
Tenía 21 años cuando esto ocurrió, ahora tengo 35 y aún me dan escalofríos de pensarlo. Me tomé una semana de vacaciones en mi trabajo y me fui a la bella Pontevedra (Galicia), con cuatro amigos más.
Estuvimos visitando sus grandes vistas y a los dos días decidimos visitar pequeños pueblos del alrededor de Pontevedra. Estuvimos en Mondariz, una pequeña localidad habitada por campesinos y vendedores, muy bonita.
Llegamos de noche y decidimos alojarnos en el único hotel del pueblo, situado en las inmediaciones de un bosque bastante extenso, Juan, uno de mis amigos, decidió salir al bosque, pero la mayoría nos negamos, realmente nos asustaba salir en mitad de la noche, y más en tierras gallegas, donde la magia y lo enigmático se apodera de cada rincón.
Pero cerca de la una de la madrugada, de nuevo, Juan, nos volvió a insistir con la misma pregunta, se estaba haciendo pesado, además no podíamos dormir, eso hizo que nos aventuráramos desgraciadamente al bosque.
Al cabo de un recorrido de más o menos un kilómetro, encontramos un pequeño cementerio, lo rodeaba una reja de hierro forjado, con una puerta principal. Entramos y vimos únicamente lápidas y tumbas semiabiertas, el cementerio parecía estar abandonado, al principio no se nos ocurrió nada de nada, pero al salir del campo santo vimos a un señor correr y, sin parar de correr ni un instante, nos dijo que nos escondiéramos, ya que si no lo hacíamos, moriríamos. Nosotros nos empezamos a reír de él mientras se perdía en la oscuridad, y al recorrer unos pocos metros, escuchamos una especie de murmullos, al prestar más atención vimos un resplandor que se acercaba al mismo tiempo que escuchamos unos pasos, pasos de personas. Entonces sí que nos asustamos, instintivamente y como si todos hubiéramos quedado en acuerdo entramos al cementerio de nuevo para escondernos. No quisimos mirar para ver qué era, sólo estábamos callados y sentimos cómo, cerca de nosotros, pasó un grupo de gente y luego cómo los pasos se fueron alejando. Durante los intensos momentos sentimos todos un olor a corrompido y quemado.
Cuando ya no escuchamos nada más salimos y más adelante vimos unas huellas de pasos marcados en el húmedo suelo; se podía apreciar perfectamente que había pasado un grupo de gente y que su rastro se dirigía, justo, en la misma dirección donde se había escondido aquel señor que se fue corriendo. Finalmente salimos del bosque, a eso de las cuatro de la madrugada para regresar lo antes posible al hotel.

No sabemos lo que realmente sucedió esa noche, pero nunca supimos nada de aquel señor que desapareció huyendo entre la oscuridad de aquel bosque maldito…
2 Voces del Más Allá [haz escuchar tu voz]:
Hola, accidentalmente me encontré con su Mansión Encantada y, le felicito, buen blog.
Visite el mío, tal vez le agrade:
Http://Elcementerioolvidado.blogspot.com
Saludos desde mi Oscuridad.
Knight-Dark Moon:
Celebro a placer el accidente que te trajo a La Mansión Encantada© y aprecio el que me sigas; ahora eres uno de mis huéspedes distinguidos. ¡Muchas gracias!, ¡Eres bienvenido!.
Respecto a la invitación que me externas para visitar tu blog, quiero que sepas que asistiré encantada.
Te envío un frío abrazo,
Publicar un comentario