Se acercaba el día del cumpleaños de Aída y, para hacer algo diferente a las típicas fiestas, decidió hacer una pijamada. Su esposo estuvo de acuerdo y se dedicaron a invitar a sus amigos más apreciados.
Al principio habían acordado hacer todo en su casa, pero una de las primas de Aída, que acababa de comprar su casa en el centro histórico de la ciudad, le propuso que hicieran la reunión en su casa para "estrenarla". Aída nunca hubiera creído que su prima se decidiera a comprar una casa como esa, pues según se cuenta, las casas que están ubicadas en el centro están o embrujadas o poseídas y cuando alguna se pone en venta tarda años en encontrar comprador.
Aída aceptó la propuesta y quedaron en que harían todo el viernes. Ese día por la mañana, Aída y su mejor amiga se fueron a la casa de la prima a acondicionarla para la reunión. Eran las 14:00 hrs., aproximadamente, cuando ya habían terminado de preparar los bocadillos y de limpiar algunas de las habitaciones donde iban a dormir. Sólamente estaban Aída con sus hijas y su amiga, ya que su esposo había salido a comprar las últimas cosas que les faltaban: algo de botanas y bebidas, y la prima de Aída se encontraba de visita en la casa de su novio.
Hacía mucho calor y Aída se metió a bañarse pensando en las cosas que faltaban, cuando, de repente, sentió unas manos heladas que le apretaban los hombros, Aída, creyendo que era su esposo que trataba de portarse cariñoso con ella, no se sorprendió, pero el frío bajó por su espalda y, justo al llegar a su muslo izquierdo, le dieron un golpe muy fuerte. Aída sintió mucho coraje y al girarse para reclamarle a su esposo por haberla golpeado, fue que cayó en la cuenta de que su marido no estaba ahí. En ese instante el agua de la regadera cambió de tibia a helada y el cuarto de baño se llenó de un olor feo, parecido a carne en mal estado. Antes ya había experimentado cosas extrañas en la casa, a las que había restado importancia, pero creía que eso ya era demasiado, por lo que no esperó a terminar de bañarse y salió apresurada del baño sin mencionarle nada a su amiga, pues ella estaba embarazada y lo menos que pretendía era causarle algún malestar en dicho estado.
A la media hora llegó su esposo y, para tratar de olvidar lo sucedido se pusieron a charlar todos en la sala, pero en un momento la amiga de Aída interrumpió la plática disculpándose, pues necesitaba ir al baño.
Pasaron unos minutos y Aída y su esposo oyeron, de repente, que su amiga les gritaba desesperada, ellos pensaron que se había sentido mal respecto a su embarazo, por lo que corrieron a la puerta del baño (donde anteriormente Aída se había bañado), al tocar ella les abrió llorando y esforzándose mucho para articular palabras, pues estaba muy asustada.
Una vez que se calmó les contó que al estar ella sentada sobre el excusado alcanzó a ver por la hendidura de entre la puerta y el piso que alguien o algo pasaba varias veces de un lado a otro hasta que se detuvo detrás de la puerta, ella supuso que era Aída, pero cuando iba a salir, lo que estaba fuera empezó a girar la perilla de manera brusca y golpeando la puerta varias veces, como si quisiera entrar. Fue entonces que ella empezó a gritar.
Para ese momento, Aída ya estaba arrepentidísima de haber aceptado la idea de su prima en cuanto a hacer la reunión en esa casa, pero trataron de olvidarse de todo dispuestos a pasársela bien, después de todo, estaban por celebrar su cumpleaños.
Una vez que comenzó la fiesta, en un momento en que Aída y su prima se quedaron a solas, ésta le preguntó si durante el tiempo que llevaba viviendo ahí (que en realidad era muy poco: una semana y media) había visto o escuchado cosas fuera de lo normal, pero ella le respondió que no, por lo que Aída ya no le dijo nada pensando que no tenía caso.
A las 02:00 a.m., aproximadamente, ya sólo quedaban las personas que iban a dormir en la casa. Como ya era tarde, se fueron a seguir la plática a la sala principal, la cual se encontraba separada sólo a cuatro metros del pie de la escalera, mientras tomaban una que otra copa de vino (sin excesos, sobre todo por la amiga embarazada). Las hijas de Aída se encontraban dormidas en una de las recámaras de la parte de arriba junto con el hijo de la prima.
Aída ya había olvidado el suceso del cuarto de baño o, por lo menos, eso intentaba, pero entonces se fue la luz y, pese a que nadie lo comentó, sí se sintió en el ambiente un poco de miedo entre los presentes, pero de pronto todos escucharon golpes en el estudio que quedaba en frente de la sala.
Luego fueron gritos, un portazo y oyeron que alguien corría; los pasos salían del estudio pasando por donde ellos estaban sentados, el ambiente de la casa, para entonces, se puso helado y el olor a podrido se percibía insoportablemente. Entonces, dichos pasos subieron la escalera y siguieron así por todo el pasillo hasta llegar al final, donde se encontraba el cuarto de baño y ahí la puerta se cerró, de nuevo, abruptamente.
Al principio habían acordado hacer todo en su casa, pero una de las primas de Aída, que acababa de comprar su casa en el centro histórico de la ciudad, le propuso que hicieran la reunión en su casa para "estrenarla". Aída nunca hubiera creído que su prima se decidiera a comprar una casa como esa, pues según se cuenta, las casas que están ubicadas en el centro están o embrujadas o poseídas y cuando alguna se pone en venta tarda años en encontrar comprador.
Aída aceptó la propuesta y quedaron en que harían todo el viernes. Ese día por la mañana, Aída y su mejor amiga se fueron a la casa de la prima a acondicionarla para la reunión. Eran las 14:00 hrs., aproximadamente, cuando ya habían terminado de preparar los bocadillos y de limpiar algunas de las habitaciones donde iban a dormir. Sólamente estaban Aída con sus hijas y su amiga, ya que su esposo había salido a comprar las últimas cosas que les faltaban: algo de botanas y bebidas, y la prima de Aída se encontraba de visita en la casa de su novio.
Hacía mucho calor y Aída se metió a bañarse pensando en las cosas que faltaban, cuando, de repente, sentió unas manos heladas que le apretaban los hombros, Aída, creyendo que era su esposo que trataba de portarse cariñoso con ella, no se sorprendió, pero el frío bajó por su espalda y, justo al llegar a su muslo izquierdo, le dieron un golpe muy fuerte. Aída sintió mucho coraje y al girarse para reclamarle a su esposo por haberla golpeado, fue que cayó en la cuenta de que su marido no estaba ahí. En ese instante el agua de la regadera cambió de tibia a helada y el cuarto de baño se llenó de un olor feo, parecido a carne en mal estado. Antes ya había experimentado cosas extrañas en la casa, a las que había restado importancia, pero creía que eso ya era demasiado, por lo que no esperó a terminar de bañarse y salió apresurada del baño sin mencionarle nada a su amiga, pues ella estaba embarazada y lo menos que pretendía era causarle algún malestar en dicho estado.
A la media hora llegó su esposo y, para tratar de olvidar lo sucedido se pusieron a charlar todos en la sala, pero en un momento la amiga de Aída interrumpió la plática disculpándose, pues necesitaba ir al baño.
Pasaron unos minutos y Aída y su esposo oyeron, de repente, que su amiga les gritaba desesperada, ellos pensaron que se había sentido mal respecto a su embarazo, por lo que corrieron a la puerta del baño (donde anteriormente Aída se había bañado), al tocar ella les abrió llorando y esforzándose mucho para articular palabras, pues estaba muy asustada.
Una vez que se calmó les contó que al estar ella sentada sobre el excusado alcanzó a ver por la hendidura de entre la puerta y el piso que alguien o algo pasaba varias veces de un lado a otro hasta que se detuvo detrás de la puerta, ella supuso que era Aída, pero cuando iba a salir, lo que estaba fuera empezó a girar la perilla de manera brusca y golpeando la puerta varias veces, como si quisiera entrar. Fue entonces que ella empezó a gritar.
Para ese momento, Aída ya estaba arrepentidísima de haber aceptado la idea de su prima en cuanto a hacer la reunión en esa casa, pero trataron de olvidarse de todo dispuestos a pasársela bien, después de todo, estaban por celebrar su cumpleaños.
Una vez que comenzó la fiesta, en un momento en que Aída y su prima se quedaron a solas, ésta le preguntó si durante el tiempo que llevaba viviendo ahí (que en realidad era muy poco: una semana y media) había visto o escuchado cosas fuera de lo normal, pero ella le respondió que no, por lo que Aída ya no le dijo nada pensando que no tenía caso.
A las 02:00 a.m., aproximadamente, ya sólo quedaban las personas que iban a dormir en la casa. Como ya era tarde, se fueron a seguir la plática a la sala principal, la cual se encontraba separada sólo a cuatro metros del pie de la escalera, mientras tomaban una que otra copa de vino (sin excesos, sobre todo por la amiga embarazada). Las hijas de Aída se encontraban dormidas en una de las recámaras de la parte de arriba junto con el hijo de la prima.
Aída ya había olvidado el suceso del cuarto de baño o, por lo menos, eso intentaba, pero entonces se fue la luz y, pese a que nadie lo comentó, sí se sintió en el ambiente un poco de miedo entre los presentes, pero de pronto todos escucharon golpes en el estudio que quedaba en frente de la sala.
Luego fueron gritos, un portazo y oyeron que alguien corría; los pasos salían del estudio pasando por donde ellos estaban sentados, el ambiente de la casa, para entonces, se puso helado y el olor a podrido se percibía insoportablemente. Entonces, dichos pasos subieron la escalera y siguieron así por todo el pasillo hasta llegar al final, donde se encontraba el cuarto de baño y ahí la puerta se cerró, de nuevo, abruptamente.
Aída jamás había experimentado tanto miedo, pero lo único que se le vino a la mente fueron los niños, por lo que subió a donde se encontraban dormidos y su esposo la alcanzó para ayudarla a cargarlos, pero, tanto era el miedo del resto de ellos que, nadie quiso quedarse abajo y todos subieron a la habitación detrás de ellos. Pero entonces volvieron los pasos, sólo que éstos eran más lentos, más pesados... la madera crujía de una manera espantosa, venían de abajo... algo iba subiendo las escaleras cerrando la puerta. Las mujeres estaban llorando y, ante tal hecho, sólo se les ocurrió rezar. Creían que, en cualquier momento, alguna cosa paranormal iba a derribar la puerta y hacerles daño, pero contrario a eso, los pasos siguieron de largo hasta el final del pasillo, pues sólo escucharon cómo golpeó la puerta del baño varias veces, que cayeron cosas al piso y que se rompía algo parecido a un espejo o vidrio... y, fue justo ahí, cuando se detuvo todo. Los hombres fueron a ver qué había en el baño, pero no encontraron nada... lo único extraño que notaron fue que la regadera estaba abierta y el agua corría.
Cada quién agarró lo que pudo y salieron de ese lugar.
La prima de Aída ya no regresó a su casa. Dos días después buscó a la antigua dueña y le preguntó si sabía de algún acto violento que hubiese sucedido en ese lugar, pero ella le respondió que no tenía conocimiento de nada. Sin embargo la prima de Aída no le creyó ni una palabra, pues al estar investigando descubrió que esa casa ya había sido vendida, por lo menos, unas seis veces en lo que iba de ese año.
Cabe mencionar que aquella casa ha quedado abandonada luego del terrible suceso que vivieron esa noche, pues la prima de Aída no se atreve a ponerla en venta y exponer a nuevos habitantes.
Cada quién agarró lo que pudo y salieron de ese lugar.
La prima de Aída ya no regresó a su casa. Dos días después buscó a la antigua dueña y le preguntó si sabía de algún acto violento que hubiese sucedido en ese lugar, pero ella le respondió que no tenía conocimiento de nada. Sin embargo la prima de Aída no le creyó ni una palabra, pues al estar investigando descubrió que esa casa ya había sido vendida, por lo menos, unas seis veces en lo que iba de ese año.
Cabe mencionar que aquella casa ha quedado abandonada luego del terrible suceso que vivieron esa noche, pues la prima de Aída no se atreve a ponerla en venta y exponer a nuevos habitantes.
Adaptación: Jazmine Dguez.
[bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]
3 Voces del Más Allá [haz escuchar tu voz]:
YO QUERIA SABER
QUE HABIA SUCEDIDO AHI
ANTES
>.<
JAJA, PERO ESTUBO
ENTRETENIDA
†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†
†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†
DULCES Y FRIAS LUNAS.
†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†
†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†.†
Muy buena historia, justo me iba a meter a bañar pero despues de esto creo que mejor esperare un rato jajaja.
Madelein_FoxyGirl:
Tampoco sé qué sucedió antes, pero el cuarto de baño es donde más se presentaban los hechos paranormales ¡qué miedo!, ¿verdad?.
Cracklogan:
Con que no te ayuden a tallarte la espalda de manera inexplicable, ¿cierto? hahahaa. Gracias por visitar La Mansión Encantada©, como siempre, es un gusto para mí recibirte.
Un abrazo para ambos,
Publicar un comentario