Yo estudiaba la preparatoria en la Escuela Lázaro Cárdenas en Tijuana, B.C.N., México, donde en realidad no conocía a mucha gente de la escuela, ya que por ser muy grande eso me resultaba complicado, incluso es difícil ubicar a tus amigos, al menos que se ponga uno de acuerdo con ellos en verse en algún lugar de ahí. La escuela es grande debido a que hace mucho tiempo fue un casino y tenía hotel, alberca, etc., así que ya se imaginarán a qué me refiero.
El punto es que estando yo en el 4to. semestre conocí a un muchacho que decía estudiar allí en 6to. semestre. Yo nunca antes lo había visto. Él era un tipo muy apuesto: alto, de cabello castaño e inmensos ojos azules. Mis amigas nunca lo conocieron, lo que sabían de él era por referencias mías, por cómo lo describía físicamente, qué semestre estaba él cursando, etc. Lo más raro era que cuando yo pretendía presentarlo ante ellas, él me evadía siempre excusándose con que tenía prisa y ya se tenía que ir, que tenía clase, que en seguida regresaba porque tenía cosas pendientes que no podían ser antepuestas, etc., por eso jamás se los pude presentar en la dos semanas que anduvimos.
El punto es que estando yo en el 4to. semestre conocí a un muchacho que decía estudiar allí en 6to. semestre. Yo nunca antes lo había visto. Él era un tipo muy apuesto: alto, de cabello castaño e inmensos ojos azules. Mis amigas nunca lo conocieron, lo que sabían de él era por referencias mías, por cómo lo describía físicamente, qué semestre estaba él cursando, etc. Lo más raro era que cuando yo pretendía presentarlo ante ellas, él me evadía siempre excusándose con que tenía prisa y ya se tenía que ir, que tenía clase, que en seguida regresaba porque tenía cosas pendientes que no podían ser antepuestas, etc., por eso jamás se los pude presentar en la dos semanas que anduvimos.
Principalmente les voy a decir cómo fue que lo conocí. Un día yo estaba en la cafetería desayunando y él se me acercó saludándome como si ya me conociera. Me dijo: -¡Hola Judith!. Y yo lo corregí de inmediato diciéndole que no era "Judith", sino que mi nombre es Karina y él sólo me sonrió y se sentó al lado mío. Después me dijo con estas palabras: -¿Sabes?, te he echado mucho de menos, pues no puedo estar sin tí. Yo me asombré y le repetí de nuevo diciéndole: -Hey! que yo no soy Judith, me estás confundiendo. Él no me respondió nada al respecto, sólo se levantó de la silla y se me quedó viendo, al tiempo que me decía: -Voy a pasar por tí a tu casa a las 19:00 hrs. No me dejó ni hablar, cuando lo quise hacer, él ya se había ido. Yo estaba extrañada, pero después del transcurso del día y por mis ocupaciones escolares se me fue olvidando poco a poco el asunto.
Luego, estando en mi casa, justo a las 19:00 hrs. escuché sonar el timbre, abrí la puerta y ante mi asombro estaba él y me dijo: -¡Hola Judith!, y le volví a contestar con enojo: -¡Yo no soy Judith, y no sé qué pretendes lograr con esto, ni me interesa, así que déjame en paz!. Le quise cerrar la puerta, pero él la detuvo, y me dijo: -¿Por qué te enojas?. Me quedé callada. A decir verdad, él me ponía muy nerviosa y no sabía qué más decirle. Él me miró con profunda ternura y me sonrió muy dulcemente. Me dijo: -Ven, vamos a caminar al parque que tanto nos gusta. Yo seguía muy confundida, por lo que me atreví a preguntarle: -¿A cuál parque?. Él me tomó de la mano y me dijo: -Anda, ¡ya ven!, y yo me fui con él, ya que, finalmente, pensé que sólo era una rara estrategia suya para poder conquistarme. Yo le pregunté cómo se llamaba y me dijo que se llamaba José Salgado, luego se rió y me dijo: -Si ya sabes mi nombre, ¿por qué me lo preguntas?, ¿a qué estás jugando?, ¿por qué has estado tan rara conmigo?. Yo le seguí el juego y le respondí: -Está bien, discúlpame, ya no voy a ser tan grosera contigo. Después me sentí tan extraña y le pedí que me llevara a mi casa, pues en todo el tiempo tuve un poco de miedo de estar con él a solas. Me llevó a mi casa y, al despedirse, me dijo: -Mañana te veo en la escuela. Al día siguiente lo volví a ver. A la escuela me llevó un ramo de rosas y me dijo que me amaba, que era el amor de su vida y que no podía vivir sin mí. Hasta ese momento yo ya me estaba sintiendo conquistada por él, además, me gustaba mucho.
Pasó una semana y yo lo seguí viendo todos los días, pero siempre sólo por ratos, para entonces ya nos tratábamos como novios, pese a que él nunca me lo pidió directamente. Como yo no sabía dónde vivía un día le dije: -¿Por qué no me llevas a tu casa para conocer a tu familia?, él me dijo: -Pero si ya la conoces. Me quedé sorprendida y un tanto atemorizada, pero de nuevo le seguí el juego para ver hasta dónde llegaba y le dije: -Bueno, entonces llévame a tu casa para saludarlos. Y así fue, me llevó, pero no pude conocer a sus papás ni hermanos porque no estaban en la casa en el momento en que llegamos a ésta.
Un día llegó llorando y reclamándome que por qué lo había traicionado si yo era el amor de su vida. Yo le dije que no sabía de qué estaba acusándome, pues yo soy una persona leal. Me sujetó del cuello y me quiso ahorcar. Me aterroricé como nunca en mi vida. Se puso como loco. Después de eso no lo volví a ver más, no me volvió a buscar y, aunque mi decisión de no perdonarle sus arrebatos ya estaba tomada, yo necesitaba saber de él, quería saber cómo estaba, por qué había actuado así conmigo, necesitaba una explicación; así que empecé a buscarlo. Fui a los salones del 6to. semestre a preguntar por él y en ningún salón estaba, nadie lo conocía, pero no me dí por vencida, al otro día fui a su casa —a la que anteriormente él me había llevado— y me encontré con que esa casa estaba abandonada.
Pregunté a una vecina y me dijo que la familia que vivía en dicha casa se había marchado dejándola totalmente amueblada hace mucho tiempo y que se tuvieron que alejar de esa ciudad, dejando sus pertencias, debido a que les había afectado inmensamente el trágico fallecimiento de uno de sus hijos que había muerto 7 años atrás y no querían llevarse nada que se los recordara. Yo le pregunté a qué hijo se refería y me respondió que a José. Lógicamente, yo no lo podía creer, creía que me estaba volviendo loca. Le platiqué todo lo que me había pasado y me dijo que él tenía una novia llamada Judith, pero que ella lo había engañado con otro chico, luego él se sumió en total depresión y melancolía y, a los pocos días, se suicidó en esa misma casa. José estudiaba en esa escuela junto a su novia, y me dijo la señora que yo me parecía mucho a ella, al grado de que ella misma, cuando me vió, había creído que era la propia Judith la que preguntaba por las personas de aquella casa.
4 Voces del Más Allá [haz escuchar tu voz]:
Me ha encantado tu historia...muy buena para despedir un año y recibir este 2010 con toda la ilusión, esperando q nos traiga todo lo mejor!!!
Te deseo mucha felicidad!!
Besoss preciosaaa Jazmine...
Lulù:
¡Gracias por tus lindos deseos!. Esta noche, al momento de despedir este 2009 que está por concluir, al alzar mi copa, voy a brindar por la felicidad de todos mis familiares y amigos (obvio, tú estás incluída), así que ¡salud por eso!.
¡Hasta el 2010!
Hola Jazmine
pues a mi el relato
de minovio es un
fantasma, me recordo
un poco a lo que dicen
que sucedio de hotel
california, no mas q
ahi ella era la fantasma,
feliz año nuevo 2010 amiga
vane
Feliz 2010 también para tí... ¡Gracias Vane!
Un abrazo,
Publicar un comentario