Parecía ser otro día más en el hospital, llegar muy temprano para pasar visita con los médicos y ver a los pacientes que se encuentran internados en el servicio de Ortopedia Pediátrica.
Como Trabajadora Social mi responsabilidad principal es la de cuidar que todos los familiares tengan pase, realizar algún traslado que se requiera, verificar que cuenten con los materiales necesarios para su cirugía, etc.
Ya al mediodía, de ese día viernes, caminé por un pasillo que sirve como entronque de tres rutas posibles: al Hospital de Rehabilitación, al de Ortopedia (que es de donde yo venía) y al Auditorio; de frente pasó junto a mí el Dr. del Toro, un médico, alto, ya entrado en años, de los de más antigüedad en el hospital, canoso, de ojos claros, siempre usando esa agua de colonia que usan los señores grandes y la cual podía uno percibir a un metro de distancia. Me saludó como de costumbre "Buenas tardes, licenciada" y prosiguió su camino rumbo al Auditorio.
El día Lunes siguiente, por la mañana, una colega me preguntó: "¿Supiste que murió el Dr. del Toro?"; me sorprendí como cuando alguien recibe la noticia de cualquier muerte ocurrida en fin de semana (lo cual supuse sin preguntar); pensé sin comentarlo, bueno ya era un señor de edad avanzada, no es rara su muerte, a continuación le pregunté a mi compañera de trabajo: "Oye, ¿Cuando murió el sábado o el domingo?" Volteo a mirarme con ojos de extrañeza y me respondió: "Ninguno de los dos días. Él murió el viernes pasado por la mañana, ¿No escuchaste que se le realizó un homenaje de 'cuerpo presente' en el Auditorio a mediodía, ese mismo viernes?".
Se me erizó la piel de sólo escuchar aquello y entre mis adentros me dije: "PERO YO LO VI A ESA HORA… CAMINANDO AL AUDITORIO" e inmediatamente pensé: "tranquila… debe ser un error, quizá fue el viernes antepasado y yo estoy confundida". Le mencioné a mi compañera: "Adela… creo que lo vi el viernes pasado o el antepasado" y ella me contestó mas extrañada aún: "No lo pudiste ver ni el viernes pasado, ni el antepasado, ni uno antes de ese… Él ya tenía muerte cerebral desde hace dos meses, pues lo operaron de la columna y se complicó en quirófano; estaba hospitalizado en terapia intensiva desde entonces esperando que su cuerpo finalmente muriera ¿Qué no lo sabías?" Sólo atiné a mover la cabeza en actitud negativa y alcancé a decir: "Ahora estoy segura que lo vi el viernes pasado… se despedía de mí antes de dirigirse a su homenaje en el Auditorio".
Como Trabajadora Social mi responsabilidad principal es la de cuidar que todos los familiares tengan pase, realizar algún traslado que se requiera, verificar que cuenten con los materiales necesarios para su cirugía, etc.
Ya al mediodía, de ese día viernes, caminé por un pasillo que sirve como entronque de tres rutas posibles: al Hospital de Rehabilitación, al de Ortopedia (que es de donde yo venía) y al Auditorio; de frente pasó junto a mí el Dr. del Toro, un médico, alto, ya entrado en años, de los de más antigüedad en el hospital, canoso, de ojos claros, siempre usando esa agua de colonia que usan los señores grandes y la cual podía uno percibir a un metro de distancia. Me saludó como de costumbre "Buenas tardes, licenciada" y prosiguió su camino rumbo al Auditorio.
El día Lunes siguiente, por la mañana, una colega me preguntó: "¿Supiste que murió el Dr. del Toro?"; me sorprendí como cuando alguien recibe la noticia de cualquier muerte ocurrida en fin de semana (lo cual supuse sin preguntar); pensé sin comentarlo, bueno ya era un señor de edad avanzada, no es rara su muerte, a continuación le pregunté a mi compañera de trabajo: "Oye, ¿Cuando murió el sábado o el domingo?" Volteo a mirarme con ojos de extrañeza y me respondió: "Ninguno de los dos días. Él murió el viernes pasado por la mañana, ¿No escuchaste que se le realizó un homenaje de 'cuerpo presente' en el Auditorio a mediodía, ese mismo viernes?".
Se me erizó la piel de sólo escuchar aquello y entre mis adentros me dije: "PERO YO LO VI A ESA HORA… CAMINANDO AL AUDITORIO" e inmediatamente pensé: "tranquila… debe ser un error, quizá fue el viernes antepasado y yo estoy confundida". Le mencioné a mi compañera: "Adela… creo que lo vi el viernes pasado o el antepasado" y ella me contestó mas extrañada aún: "No lo pudiste ver ni el viernes pasado, ni el antepasado, ni uno antes de ese… Él ya tenía muerte cerebral desde hace dos meses, pues lo operaron de la columna y se complicó en quirófano; estaba hospitalizado en terapia intensiva desde entonces esperando que su cuerpo finalmente muriera ¿Qué no lo sabías?" Sólo atiné a mover la cabeza en actitud negativa y alcancé a decir: "Ahora estoy segura que lo vi el viernes pasado… se despedía de mí antes de dirigirse a su homenaje en el Auditorio".
Escrita por: Pilar Carmona
Fotografía de: Quim Roses
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