tag:blogger.com,1999:blog-67706328602289814592024-03-12T20:18:38.912-06:00La Mansión EncantadaEste es un sitio en dónde las letras tejen por sí mismas el terror, el suspenso y el aumento de adrenalina neuronal para sus lectores. ¡Sean Bienvenidos! (bajo su propio riesgo).Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.comBlogger50125tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-48085947009947662762014-05-23T14:25:00.001-05:002014-05-23T14:25:37.138-05:00¿Qué hacemos con la abuela?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-Zcye-LBRvc0/U3-fQ7O9XNI/AAAAAAAABMc/tXOFvgqOO9o/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-Zcye-LBRvc0/U3-fQ7O9XNI/AAAAAAAABMc/tXOFvgqOO9o/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.png" height="267" width="400" /></a></div>
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Una familia decide irse de vacaciones al pueblo durante unos días. Para no dejar sola a la abuela en la ciudad, le piden que les acompañe a pesar de su delicado estado de salud.</div>
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Días después, cuando están casi a punto de finalizar sus vacaciones, la abuela sufre un ataque cardíaco y fallece repentinamente mientras sus hijos juegan en casa de unos amigos. El padre de familia, e hijo de la fallecida, abrumado por la muerte de su madre entra en una especie de estado de shock y le cuesta razonar y pensar con claridad, por lo que acude a su esposa.</div>
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Se encuentran bastante alejados de la ciudad donde crecieron y del cementerio familiar donde su madre tiene reservada una lápida junto a su difunto marido desde hace años. El hombre bien sabe que las funerarias son muy caras y el traslado de un cadáver cuesta un ojo de la cara. Mucho más cuando requieren de vehículos especiales para acceder a la zona montañosa donde estaba el pueblo donde veraneaban. Tras deliberar cuál es la mejor opción y consultarlo con su mujer, deciden que lo mejor es que ellos mismos la lleven en su camioneta hasta la ciudad y allí llamen a los servicios funerarios, de esta forma se ahorrarían los gastos de trasladar el cuerpo.</div>
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Pero claro, eso tenía una seria complicación, los niños debían viajar con su abuela muerta durante horas para regresar a casa, aunque los niños no sabían nada aún. Sólo imaginando el trauma que les podría causar tener que compartir el viaje con un muerto, tuvieron que desestimar esa opción. La opción más lógica era meter el cuerpo de la abuela en la cajuela, pero su vehículo era uno de esos modelos en los que la parte posterior tiene acceso directo con los asientos y el olor que podría desprendender el cadáver con el calor que hacía podría convertir el viaje en una pesadilla. Eso sin contar que los niños estarían jugando a escasos centímetros de la muerta y, si les daba por mirar en la parte posterior, se encontrarían el cuerpo.</div>
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Las dos únicas opciones que les quedaban eran que el marido hiciera el viaje solo con su madre difunta o transportarla en la baca del coche. Por desgracia no tenían tiempo para la primera opción porque el viaje era largo y su esposa tenía que trabajar en un par de días. Así que decidieron que lo único que podían hacer era envolverla en una vieja alfombra y atarla al techo de la camioneta junto a otras maletas para disimular el bulto. Esta era la única forma de viajar sin traumatizar a sus hijos con la muerte de su bita (como la llamaban ellos). A los niños les dirían que su abuela había decidido quedarse un par de días más y que se había quedado en la casa de una vecina.</div>
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Tras acomodar el cadáver aún caliente en la baca del coche y disimular lo mejor que pudieron la forma del cuerpo, ataron firmemente la alfombra enrollada y se prepararon para el viaje. Tenían que salir cuanto antes si querían usar la oscuridad de la noche para viajar sin que nadie se diera cuenta.</div>
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El primer par de horas circularían por un terreno pedregoso en el que entre baches, agujeros y piedras debían avanzar lentamente si no querían reventar un neumático o los amortiguadores del vehículo. Los continuos saltos estaban aflojando las cuerdas que mantenían atada a la abuela y sin que la familia lo supiera el cadáver estuvo a punto de caerse en el camino un par de veces.</div>
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Al entrar en la autopista la situación no mejoró, los saltos producidos por los baches habían aflojado los nudos, pero el rozamiento con el aire al circular a gran velocidad no mejoraba la fijación de la abuela muerta. Irremediablemente y sin que sospecharan nada el cuerpo de la abuela acabó por caer, con tan mala fortuna que el ruido de un avión al despegar en un aeropuerto cercano ocultó el sonido del golpe.</div>
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Al llegar a su destino la mujer subió a casa con los niños que estaban medio dormidos, cansados por el viaje, los pobres angelitos no habían sospechado nada. Aunque estaba amaneciendo, mañana sería otro día y deberían darles la noticia de la muerte de la bita. El marido por su parte se llevó el susto de su vida cuando, al revisar el techo de la camioneta, descubrió que la alfombra que envolvía a la abuela ya no estaba. Aturdido y asustado miraba dentro y fuera del vehículo, como intentando comprender qué había pasado, sin saber que pocos kilómetros antes el cuerpo de su madre había caído en mitad de la autopista…</div>
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Quería volver sobre sus pasos para buscar a su madre; pero, ¿cómo podría explicar qué hacía su madre muerta y envuelta en una alfombra como si fuera el cadáver de un perro? Subió a casa para avisar a su mujer y explicarle que debía regresar en la búsqueda de su cuerpo. Cuando estaba hablando con ella, una llamada de teléfono le conmocionó. La estaban realizando desde el teléfono móvil de la abuela.</div>
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“Buenos días, señor, le habla la Policía, debo comunicarle que ha sido encontrado el cadáver de una anciana en mitad de la autopista y su número de teléfono aparece como contacto en el teléfono celular que hemos encontrado en uno de los bolsillos de la fallecida. Le rogamos que se presente en el kilómetro 10,5 de la carretera de Burgos para reconocer el cuerpo lo antes posible.”</div>
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El hombre se quedó paralizado, no sabía cómo podría explicar lo sucedido sin acabar en la cárcel. Pálido por el miedo y con ojeras de no haber dormido en toda la noche, condujo hasta el lugar señalado por el policía.</div>
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Al llegar allí el espectáculo era dantesco. Varios coches patrulla habían desviado el tráfico a un único carril, en el arcén había un camión de gran tonelaje y en uno de los vehículos de la Policía se podía ver a un hombre esposado con las manos a la espalda.</div>
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El hombre se acercó a uno de los agentes y le hizo saber que había recibido una llamada, le temblaban las piernas y tenía las manos empapadas de sudor.</div>
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“Dis dis disculpe –dijo tartamudeando– me han llamado ustedes desde el teléfono de mi madre.”</div>
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“Señor – dijo el agente- lo que le voy a pedir no es agradable, el hombre que está detenido ha atropellado a un anciana con su camión, el cuerpo está totalmente destrozado y es prácticamente irreconocible, pero entre sus pertenencias hemos encontrado un teléfono móvil y un reloj de pulsera. Tal vez pueda usted ayudarnos a verificar si es su madre reconociendo estos objetos”</div>
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El asustado hijo reconocíó al instante el reloj de pulsera de su madre.</div>
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“Si, el reloj de pulsera pertenece a mi madre.”</div>
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“Caballero lamento mucho su pérdida ¿sabe usted qué podía hacer su madre caminando por una autopista de noche? el camionero nos dijo que apareció de la nada tumbada en el asfalto. Pero al hacerle la prueba de alcoholemia ha dado positivo, por lo que hemos procedido a su detención por conducir en estado de ebriedad y por homicidio involuntario.”</div>
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El hombre, con los ojos cubiertos de lágrimas y viendo una forma de no tener que explicar lo sucedido y salvar su pellejo, simplemente respondió:</div>
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“No lo sé, agente, pero espero que se pudra en la cárcel por matar a mi madre.”</div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-2206482296041994722014-05-21T17:29:00.000-05:002014-05-21T19:14:50.672-05:00Robert, el muñeco maldito<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-hOMiu37es48/U30nXNzRbMI/AAAAAAAABMA/0lWeI-2pMT0/s1600/Robert-museo.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-hOMiu37es48/U30nXNzRbMI/AAAAAAAABMA/0lWeI-2pMT0/s1600/Robert-museo.png" height="308" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Robert, el muñeco maldito, en la actualidad</td></tr>
</tbody></table>
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Desde hace algún tiempo se rumorea que las películas de Chucky, el muñeco asesino, se basaron en parte en el caso del Muñeco Robert, que actualmente tiene más de 100 años. A primera vista Robert es tan sólo un muñeco de trapo, que representa en tamaño real a un pequeño niño marinero, que viste de blanco y lleva un osito bajo el brazo. Sus ojos son negros, pequeños e inexpresivos, carentes del realismo que usualmente se ve en las muñecas embrujadas; sin embargo, algo habita en Robert, y eso ha hecho que su presencia siembre el terror en cada inocente familia que ha tenido el infortunio de poseerlo, pues nunca faltó quien afirmara que Robert se movía, que estaba vivo...</div>
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El Muñeco Robert (conocido también como "Robert el Muñeco Embrujado", "Robert el Muñeco Maligno", "Robert el Muñeco Poseído" o "Robert el Muñeco Encantado") tuvo como primer propietario a un talentoso artista y escritor de Key West: Robert (Gene) Eugene Otto, quien lo recibió de manos de un sirviente nativo de las Bahamas y versado en el vudú y la magia negra (esto ocurrió en 1906, cuando teníaa apenas seis años). Según los rumores, la familia de Otto (Robert Eugene Otto) maltrataba a una pequeña niña sirvienta emparentada con el sirviente que sabía de vudú, de modo que El Muñeco Robert fue una venganza disfrazada de regalo, pues supuestamente estaba embrujado y hasta contenía cabello real (conseguido cuando el chico se cortaba el pelo en casa) del propio Otto.</div>
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Pese al hechizo, el muñeco tenía aspecto amable y pronto consiguió el cariño de su joven dueño, que lo bautizó con su primer nombre y, según cuentan, lo llevaba casi siempre con él. De hecho, esta amistad llegó a tanto que los padres de Otto (a quien llamaban por "Robert", pues era su primer nombre) le pusieron al juguete "El Muñeco Robert", a fin de evitar confusiones con su hijo.</div>
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<span style="color: #e06666;">
El principio del horror</span></h4>
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Los padres de Otto señalaron que a menudo le oyeron hablar con su muñeco. Pronto comenzaron a escuchar que El Muñeco Robert respondía en las conversaciones, e inicialmente creyeron que Otto estaba simplemente cambiando su voz; pero, cuando los vecinos dijeron haber visto al muñeco moviéndose solo desde una ventana a otra cuando no había nadie en la casa, llegaron a sospechar que El Muñeco Robert estaba vivo.</div>
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El Muñeco Robert no se apartaba del lado de Gene. Incluso tenía su propio lugar en la mesa familiar. Sin embargo, a pesar del cariño que Otto seguía teniendo por su muñeco, los poderes de éste se volvieron más intensos y... diabólicos. Así, la familia de Otto reportó que a veces el muñeco emitía una risita aterradora, que se movía cuando no había nadie cerca; y que a algunas ocasiones, en medio de la noche, escuchaban gritar a Otto y, cuando entraban al cuarto, encontraban los muebles volteados y a Otto (asustado) en la cama junto con Robert, diciendo que éste había causado todo el desorden.</div>
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La familia de Otto y sus vecinos no eran las únicas personas que presenciaban las extrañezas del muñeco, pues varios invitados juraron que, al mirar a Robert El Muñeco, éste había cambiado de expresión e incluso parpadeado. De hecho, algunos huéspedes terminaron por finalizar sus visitas únicamente porque el muñeco los había asustado, aunque esto también se dio con trabajadores, como un fontanero que salió corriendo después de que vio al Muñeco Robert, volvió a trabajar, volvió a mirarlo y se encontró con que éste le hacía una mueca burlona y malvada.</div>
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<h4 style="text-align: justify;">
<span style="color: #e06666;">
Otto crece pero Robert se niega a salir</span></h4>
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Cuando Otto perdió a sus padres, él y su esposa heredaron la casa familiar y, cuando estaban instalándose (Otto se había ido a vivir a un sitio alquilado), encontraron al Muñeco Robert en el ático de la casa. Apenas descubierto el muñeco, la esposa de Otto se quejó de haberle visto cambiar de expresión, y le pidió a su marido que lo encerrara bajo llave, pero Otto se negó y dijo que el muñeco debía tener su propia habitación, desde la cual pudiese ver la calle...</div>
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Quizá, la decisión anterior se basaba en el miedo, pues hay que recordar que sólo Otto había conversado con El Muñeco Robert; sin embargo, el muñeco siguió produciendo fenómenos paranormales, y finalmente Otto se hartó y lo encerró en el ático, pero incluso así el muñeco continúo causando hechos atemorizantes, al punto de que algunos huéspedes afirmaron escuchar pasos y movimientos en el ático, e incluso risas demoníacas, cosas estas que tomaban más fuerza con el testimonio de personas desconocidas que timbraban sólo para informar que habían visto moverse un muñeco en la torreta del ático.</div>
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Posteriormente, el rumor del muñeco maldito corrió y, los niños que pasaban por ahí cuando iban o regresaban de la escuela, terminaron adoptando el hábito de pasar por la calle que no daba a la casa de Otto, ya que contaban que El Muñeco Robert les hacía gestos burlones... Por su parte, Otto decía que a veces el muñeco aparecía en una mecedora de la planta baja, que su esposa no lo había puesto ahí, que lo subía de nuevo al ático y después lo volvía a encontrar en la mecedora, habiendo estado atento a que nadie lo sacase del ático...</div>
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<span style="color: #e06666;">
La muerte de Otto</span></h4>
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En el año 1974 Otto falleció y su esposa Anne, guiada por una mezcla de respeto y temor, no quemó al Muñeco Robert, sino que lo metió en un baúl con llave, dentro del ático de la casa, que para aquel entonces ya se conocía como la Casa del Artista, gracias a la fama del difundo Otto.</div>
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Ahora bien, tiempo después una familia de tres (padres e hija) se mudó a la Casa del Artista (la casa del difunto Otto) y, cuando descubrieron al Muñeco Robert, la niña pequeña, que en aquel entonces tenía sólo 10 años, quedó fascinada con el muñeco y le tomó cariño, queriendo conservarlo.</div>
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<br /></div>
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Otra vez la historia del lobo disfrazado de cordero se repitió, pues primero la niñita simplemente informó que, sin explicación alguna, las muñecas que estaban cerca de El Muñeco Robert habían aparecido decapitadas... ¿Sería Robert? Sí , y eso lo supo poco después, porque sus padres la empezaron a escuchar gritar de noche, ya que Robert se movía por la habitación y a veces intentaba atacarla... Los padres de la niña sabían que algo pasaba, aunque la versión del muñeco viviente no acababa de convencerlos; sin embargo, encerraron a Robert en el ático después de que encontraran al perro de la familia fuertemente atado con cable en la sala de estar, ya que era un poco inverosímil pensar que su pequeña hija había perdido la cabeza y que el animal se había dejado atar de esa manera... Como se ve, esto ya hizo que sospecharan, aunque aún no estaban plenamente convencidos de que Robert tenía vida, pero los años pasaron y su hija, ya convertida en una mujer adulta, continuaba afirmando que Robert estaba vivo y era malvado...</div>
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<span style="color: #e06666;">
Una fama imperecedera</span></h4>
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Actualmente, la Casa del Artista es una panadería bastante popular donde se venden desayunos y tours de fantasmas por la ciudad. De hecho, la fama de Robert fue tal que Discovery Channel filmó un episodio de "¿Lo pueden creer?" en la casa en que alguna vez vivió el primer dueño del muñeco maldito. En dicho episodio, se reportó que, dentro del ático donde solía estar Robert, el fantasma de Anne había sido visto, aunque con la bella apariencia que tenía cuando usó por vez primera el traje de novia con que se manifestaba ahora espectralmente... Aparte de Discovery Channel, también filmaron allí William Shatner y Travel Channel.</div>
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Robert-museo</span></h4>
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En cuanto al Muñeco Robert, hoy en día se encuentra en el Museo Martello, aunque ocasionalmente sale para ser grabado u otras cosas, pero casi siempre permanece en su calla sellada de plástico, y aún sigue asustando gente, porque muchos miembros del personal del museo han reportado cosas inusuales, y un ejemplo fantástico es el caso de un hombre que se encargaba de abrir y cerrar el museo, y una vez dejó cerrando todo y apagando las luces, pero al día siguiente abrió el museo (nadie había entrado antes que él) y encontró que todas las luces estaban encendidas, que Robert estaba en una posición diferente dentro de su caja, y que sus pies tenían polvo fresco, como si hubiese caminado por el museo... Adicionalmente, los visitantes del museo también han reportado cosas raras, como golpecitos en el cristal o parpadeos del muñeco. De hecho, tal es su reputación de maldito, que se rumorea que nadie debe fotografiar a Robert sin su permiso: hay que pedirlo y, si Robert mueve ligeramente la cabeza hacia abajo, entonces se prosigue, pues en caso contrario lanzará una maldición sobre el osado y sus familiares.</div>
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Bien se ve que la gente continúa temiéndole a Robert, y la mayor muestra de eso son las numerosísimas cartas que cubren las paredes del museo, solicitando que Robert sea exorcizado para que deje de estar maldito...</div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-58197713646628227102014-05-19T20:33:00.000-05:002014-05-19T20:33:10.618-05:00La Amiga Imaginaria<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-PwqmgtW4AR4/U3qwTXUfYQI/AAAAAAAABLU/fRbTv1q3OGg/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-PwqmgtW4AR4/U3qwTXUfYQI/AAAAAAAABLU/fRbTv1q3OGg/s1600/Sin+t%C3%ADtulo.png" height="268" width="400" /></a></div>
<h4 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i style="font-weight: normal;">Una niña llega con su familia a su nuevo hogar, una gigantesca casa con un jardín enorme en el que hay una casita en el árbol. Pronto la niña se volverá más solitaria y sólo querrá pasar el día jugando con su amiga imaginaria…</i></span></h4>
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Casandra era una tímida niña de seis años que prefería la compañía de sus muñecas a relacionarse con otros niños. Por este motivo, no le resultó muy duro cambiar de casa y dejar atrás su antigüo barrio y colegio, cuando sus padres decidieron mudarse.</div>
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Sus padres estaban preocupados por el cambio, pero sabían que con el tiempo acabaría disfrutando de su nuevo hogar: Una vieja mansión que tenía un gran jardín, con un columpio, un tobogán e, incluso, una pequeña casita de madera en el árbol.</div>
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La niña se acostumbró en seguida a su nuevo hogar. Pero tener tanto espacio para jugar la volvió incluso más retraída y solitaria. Casandra solía subir con sus muñecas a la casa del árbol y pasaba allí varias horas hablando sola, según ella con su amiga Ana. Los padres no le dieron mucha importancia pues sabían que a esa edad eran comunes los amigos imaginarios. Las vacaciones de verano pronto acabarían y con el nuevo curso escolar haría nuevos amigos en clase.</div>
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Los días pasaban y el comportamiento de la niña cada día era más extraño, casi no hablaba con sus padres y aprovechaba cualquier momento para “refugiarse” en su casita del árbol. Los padres podían escucharla hablar durante horas con su amiga Ana. Pero lo que más les preocupaba era que cada vez conciliaba peor el sueño, hablaba dormida y parecía sufrir pesadillas, pues era habitual que entonara frases como <i><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">“tengo frío”</span></i>, <span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>“no puedo ver”</i></span> o <span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>“ayúdame”</i></span>. Una noche la madre sintió pasos en el pasillo, asustada avisó a su marido, quien salió a ver y se encontró a Casandra caminando sin rumbo; la niña parecía sonámbula y, cuando su padre la llamó, se despertó totalmente aturdida y sin saber qué hacía de pie fuera de su habitación.</div>
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Cada vez las incursiones nocturnas de Casandra eran más atrevidas y se alejaba más de su cuarto. Sus padres temían de que la niña saliera a la calle, sola y por la noche. Así que decidieron llevarla a una clínica del sueño en la que podrían “monitorear” sus hábitos para tratar su sonambulismo. Pero tras pasar dos noches no se detectó nada extraño, de hecho en ambas ocasiones, Casandra durmió plácidamente toda la noche. El psicólogo tampoco ayudó mucho, únicamente les confirmó lo que ellos ya sabían, que tenía una amiga imaginaria que se llamaba Ana y que tenía su misma edad. El psicólogo le restó importancia al hecho y les dijo que era relativamente frecuente, y más teniendo en cuenta que la niña prácticamente no tenía amistades. Les recomendó que pasaran más tiempo con ella y que trataran de relacionarla con más niños de su edad para que Casandra fuera, poco a poco, olvidando a Ana y centrándose en sus amistades reales.</div>
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<br /></div>
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Los padres siguieron al pie de la letra las indicaciones del psicólogo, pasaban cada vez más tiempo con ella y la dejaban poco tiempo libre para que fuera a “charlar” con Ana en su casa del árbol. Pero eso no hizo más que empeorar su ataque de sonambulismo, parecía como si el tiempo que ya no pasaba con su amiga imaginaria por el día, lo compensara por la noche. Sus sueños parecían cada vez más vívidos y, en un par de ocasiones, el padre la encontró a punto de salir al jardín. La niña cada vez parecía más agotada y, con el cansancio acumulado, era como si cada noche perdiera más el control y pasara más tiempo sonámbula.</div>
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Una noche el padre sintió como alguien bajaba la escalera, al ver a su hija en la puerta de casa un frío le recorrió la espalda. Al contrario que en otras ocasiones, cuando llamó a Casandra, la niña pareció ignorarle y sólamente le dedicó una mirada fugaz antes de abrir la puerta y salir al jardín. Los ojos de su hija parecían otros, era como si no la reconociera. Asustado, bajó las escaleras y salió corriendo detrás de ella, mientras la niña avanzaba en dirección a la casita del árbol; cuando estaba a pocos metros del lugar, la niña se agachó mientras balbuceaba algo que su padre no podía entender.</div>
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Casandra comenzó a escavar el suelo con sus manos, su padre al llegar a su lado la escuchó decir “tengo que salir”, “aquí hace mucho frío”. Su padre la abrazó y sintió que su hija estaba congelada, era como si no respondiera y luchaba por seguir cavando, sus pequeños dedos estaban ensangrentados por arañar la tierra y golpearse con las piedras que había en el suelo. Se había roto un par de uñas y aún así parecía no despertarse. El padre no sabía qué hacer mientras la niña pataleaba y le pedía que la soltara y la dejara continuar.</div>
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<br /></div>
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De repente, como si se le encendiera una luz en la cabeza, el padre dejó de llamarla por su nombre y la llamó “Ana”, en ese momento la niña se giró y dejó de luchar mientras se le quedó mirando.</div>
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- Ana, ¿eres tú?. – dijo el padre.</div>
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La niña le miró fijamente con unos ojitos que imploraban que la ayudaran, un par de segundos después se desmayó, al instante abrió nuevamente los ojos y esta vez Casandra con su propio cuerpo miró asustada en todas direcciones como intentando comprender dónde estaba y por qué le dolían tanto las manos. Su padre la llevó dentro de casa, donde su madre se quedó limpiando sus heridas, el daño no era tanto como parecía en la oscuridad de la noche, pero el padre sabía que tenía un asunto pendiente en el jardín, así que mientras su hija se reponía con su mujer, bajó con una linterna y una pala.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al llegar al mismo lugar donde Casandra había escavado, volvió a sentir un escalofrío. Pero no era momento de tener miedo, empezaba a intuir el motivo por el que su hija no podía descansar por las noches y quería acabar de una vez por todas con el problema. Clavó una y otras vez la pala, hasta que pudo ver algo que le llamó la atención. Una pequeña manita huesuda apareció bajo la tierra. Era tan pequeña como la de su hija y al verla sintió una tristeza tan profunda que se puso a llorar. El padre entre llantos entró a su casa y le pidió a su mujer que no saliera al jardín bajo ningún concepto mientras él realizaba una llamada.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Menos de veinte minutos después un coche de policía y un forense llegaron para levantar el cadáver de una niña de unos seis años. Investigaciones posteriores demostraron que se trataba de Ana, una niña que había desaparecido hace un par de años en uno de los pueblos cercanos. La niña al parecer había sido asesinada, pues su cadáver mostraba signos de violencia. El anterior propietario de la casa la había enterrado en su jardín, sabiendo que nadie podría investigar en una propiedad privada sin una orden judicial.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ana nunca más se comunicó con Casandra; parece que, al desvelarse su asesinato y detenerse a su asesino, por fin pudo descansar. Pero Casandra siempre guardaría el escalofriante recuerdo de cuando hablaba con un espíritu que no podía descansar.</div>
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<span style="color: #ead1dc;"><b>NOTA:</b> Siempre se ha creído que los niños tienen un don especial para ver los entes del más allá. Muchas personas identifican los amigos imaginarios, que muchos niños tienen a determinada edad, con la presencia de espíritus que podrían relacionarse y comunicarse con ellos. ¿Será verdad la leyenda? ¿Pueden los niños ver fantasmas? y lo qué es más escalofriante… ¿pueden comunicarse con ellos? Por si acaso la próxima vez que tu hijo, tu sobrino o tu hermanito hable sólo y sientas un frío recorrer tu espalda ponte a temblar porque un fantasma podría estar muy cerca.</span></div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-40104658705064015562014-04-27T00:33:00.001-05:002014-04-27T12:44:10.165-05:00La historia de Edward Mordake<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-17cSzCQyptM/U1yVMb5igsI/AAAAAAAABJk/x7jf4MbBMPE/s1600/elhombrecondosrostros_lme.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-17cSzCQyptM/U1yVMb5igsI/AAAAAAAABJk/x7jf4MbBMPE/s1600/elhombrecondosrostros_lme.png" height="271" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<span style="color: #ead1dc;"><i><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">La historia de Edward Mordake, es una de las más escalofriantes y aterradoras muestras de lo que una malformación al nacer puede deparar. Edward fue concebido con una segunda cara en su nuca, </span></i><i><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">una </span></i><i><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">cara que le susurraba…</span></i></span></blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
La historia de Edward Mordake (o Mordrake, según otras fuentes), es una de las más tristes y enigmáticas de la medicina moderna. Edward nació en algún lugar de Inglaterra en el siglo XIX y se cuenta que su familia era una de las más ricas de la región. Su padre estaba especialmente ilusionado con su nacimiento, ya que ansiaba tener un heredero varón que pudiera continuar con la tradición familiar, toda vez que anteriormente había tenido dos hijas. Pero la suerte no estuvo de parte de la familia Mordake porque, a pesar de que Edward era un niño, tal y como siempre habían soñado, había algo insólito y escalofriante en el recién nacido…</div>
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<br /></div>
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En su nuca podía apreciarse una segunda cara de menor tamaño y distintos rasgos a la original. Con el tiempo, el rostro posterior empezó a revelar su diabólica naturaleza, ya que aunque era incapaz de hablar o comer, se podía observar cómo sonreía cada vez que Edward lloraba o sentía dolor. Además, seguía con los ojos a las personas que pasaban por detrás de Edward y movía los labios como si estuviera hablando, aunque no emitía ningún sonido… <i>o al menos ninguno que pudiera escuchar otra persona que no fuera Edward.</i></div>
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<br /></div>
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Su insólita “maldición” llevó a Edward a recluirse en su habitación, no permitiendo que nadie pudiera verle, ni siquiera su familia. Sin embargo, Edward se convirtió en una persona muy culta y refinada, pues era un ávido lector y un músico con un gran talento.</div>
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<br /></div>
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Pero lo más aterrador de su gemelo demoníaco era que, de acuerdo a Edward, la chica (pues era un bello rostro femenino el que “decoraba” la parte posterior de su cabeza), le susurraba por la noche y no le permitía conciliar el sueño. Según Edward, su “gemela diabólica” nunca dormía y le susurraba en un lenguaje que parecía salido del mismo infierno. Edward aseguraba que estaba “cosido a un demonio” y solicitó a varios cirujanos que le separaran del terrible rostro femenino que le atormentaba, incluso, aunque eso le costara su propia vida. Pero ningún médico consideró posible efectuar dicha “extracción” y Edward tuvo que resignarse a vivir con un demonio en su nuca.</div>
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<br /></div>
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Hasta que un día, su sufrimiento fue tan grande que, aprovechando el descuido de las personas que estaban a su cargo, consiguió un veneno que le sirvió para acabar con su vida cuando tan sólo tenía veintitrés años. Tras su muerte, dejó una nota de suicidio en la que agradecía a sus padres y hermanas por el cariño que le habían dado y les pedía perdón por el daño y dolor que su muerte les pudiera causar. Asimismo, les hizo una última petición:</div>
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<br /></div>
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Que le arrancasen a su cadáver la cara del demonio que le había atormentado en vida, para que no pudiera continuar con sus demoníacos susurros en la tumba, y que la destruyeran. También solicitó ser enterrado en tierra baldía, sin ninguna cruz o lápida que pudiera marcar el lugar en el que descansaría eternamente su cuerpo sin vida. Tal vez Edward tenía miedo de que su “gemela diabólica” lo pudiera encontrar de nuevo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<span style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i><span style="font-size: large;">Nota:</span> </i></span>La historia de Edward Mordake apareció por primera vez en el libro “Anomalies and Curiosities of Medicine”, editado en 1896, como un escalofriante caso de duplicación craneofacial (Diprosopus) y, aunque no hay mucha documentación del caso, ni historial médico de Edward, muchas personas dan su historia por cierta.</span></blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo cierto es que, médicamente hablando, el caso es extremadamente controvertido, ya que los gemelos siameses siempre son del mismo sexo, debido a que han sido el resultado del mismo óvulo fecundado (monocigóticos) que se divide en las primeras fases (cuando sólo es un cigoto). Esto no descarta al 100% que la historia de Edward Mordake sea cierta, puesto que la “gemela malvada”, al no disponer de órganos reproductivos, bien habría podido ser realmente un hombre con rasgos más afeminados.</div>
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<br /></div>
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Lo que sí que es cierto, es que la historia de Edward ha sido fuente de inspiración para personajes del cine como Quirinus Quirrell (de la saga Harry Potter), un personaje que tenía en su nuca un “gemelo malvado” llamado Voldemort. También ha tenido su protagonismo en la música gracias a Tom Waits, quien lanzó su canción “Poor Edward” en el 2002. Aquí les comparto dicha intrigante canción, con sub-títulos en español:<br />
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<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/lkqOlhCRTeE" width="560"></iframe></div>
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Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-48498587486320832382014-03-27T22:42:00.000-06:002014-03-27T22:42:14.633-06:00La travesura de hermanitos gemelos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-UMFRgMPWbn0/UzT8RaS7wQI/AAAAAAAABHw/0l2SeFSpLqY/s1600/cementerio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-UMFRgMPWbn0/UzT8RaS7wQI/AAAAAAAABHw/0l2SeFSpLqY/s1600/cementerio.jpg" height="300" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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Pedrito y Juanito eran inseparables, no en vano eran hermanos gemelos y estaban entre los pocos niños de su edad que quedaban en el pueblo. Hacia años que la gente había empezado a migrar a la ciudad y los pocos jóvenes que habían permanecido en el pueblo lo hacían más por apego a sus mayores que por un deseo genuino de quedarse. Los padres de Pedro y Juan no eran la excepción, más de una vez se habían planteado hacer las maletas y arriesgarse a emprender una nueva vida en la ciudad, alejados de la monotonía del campo y el pesado trabajo de arar y sembrar los cultivos. Pero la idea de que sus hijos se criaran entre coches, humo y los peligros propios de las grandes urbes les frenaban. Aunque, claro, eso también tenía su contra, los niños prácticamente estaban solos y no tenían muchos amigos con los cuales poder jugar.</div>
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<br /></div>
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Los gemelos eran conocidos en todo el pueblo por sus travesuras, es normal a esa edad que los niños sean inquietos y más cuando se aburren por no tener amigos con los que correr y jugar, pero los pequeños no paraban con sus diabluras y muchos ancianos del pueblo ya estaban hartos de ellos. Incluso, más de uno le había dado una bofetada a alguno de los gemelos o había ido con el cuento a sus padres o al cura, quienes a su vez ya les habían pegado más de un tirón de orejas. Su curiosidad no tenía límites y aprovechaban cualquier despiste para colarse en la casa de un vecino o espiar por una ventana.</div>
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<br /></div>
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Como en todos los pueblos, en el que residían los niños había un viejo huraño, uno de esos abuelos cascarrabias y con mal carácter al que pocos echan de menos cuando muere. Ese era el caso de don Vicente que, cuando falleció a los 78 años de edad, no dejó mas que una sensación de alivio entre sus vecinos. Ya había protagonizado alguna pelea por sus terrenos con familiares y propietarios de las zonas colindantes, así que la noticia de su muerte no tuvo demasiado impacto en el pueblo. Aunque, por supuesto, llegó a oídos de los gemelos, que no dudaron ni un segundo que tenían que ir a investigar.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nunca habían visto un muerto y su curiosidad fue tan grande que decidieron colarse en la casa de don Vicente cuando todo el mundo había salido del velatorio. Lo de “todo el mundo” es más un decir que lo que pasó realmente porque, salvo un par de plañideras aficionadas a llorar sin motivo aparente en cada funeral que se llevaba a cabo en el pueblo (incluso cuando casi no conocían al fallecido), prácticamente no fue nadie a presentarle sus respetos a don Vicente. Tal era el abandono del cadáver del anciano que, incluso faltando pocas horas para su funeral, ni siquiera le habían metido dentro de su ataúd y aún reposaba sobre una mesa en mitad del salón de su casa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pedrito y Juanito encontraron la casa vacía y las condiciones idóneas para saciar su curiosidad y ver al muerto sin que nadie los reprendiera. Con una total falta de respeto lo manosearon, le intentaron abrir los ojos y la boca, le movieron los brazos como si fuera una marioneta y le imitaron mientras se reían de él, pero un ruido en la finca les alertó.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Corrieron hacia la salida, pero ya era demasiado tarde y, sin saber dónde ocultarse, en el último momento se metieron en un pequeño armario que estaba tirado a mitad del suelo del recibidor.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La voz de dos hombres que reconocieron como el cura y el viejo herrero, con quien habían tenido problemas en el pasado, sonó acercándose al armario.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Quién ha dejado esto aquí tirado? No se puede ni pasar al salón, ya me contarás cómo va a pasar la gente a presentar sus respetos a don Vicente- Dijo el cura. -Tampoco creo que fuera a venir nadie, don Vicente se ha labrado a pulso una reputación de maleducado durante años y no creo que le llore nadie en este pueblo. -No hables así, el hombre ya está esperando el juicio de Dios, que es el único que tiene el poder de juzgar sus actos- aseveró el cura.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ambos trataron de levantar el ataúd (los niños, mientras los hombres hablaban, se habían escondido dentro por miedo) y se dieron cuenta de que ya estaba lleno.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Ves! aún quedan buenos samaritanos en el pueblo, alguien nos ha facilitado el trabajo y ha metido a don Vicente en su caja. Llevémoslo a su descanso eterno- dijo el cura.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los niños escuchaban toda la conversación desde el interior del féretro, pero era tanto el miedo que tenían al cura y al herrero que no quisieron revelar que en realidad eran ellos los que estaban dentro y quisieron esperar el momento adecuado para escapar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nadie acudió al funeral de don Vicente, por lo que el cura, cansado de cargar con la caja y el supuesto muerto, decidió realizar una versión rápida de la misa y en cinco minutos ya había despachado la situación. Los niños, víctimas del calor y el aburrimiento, empezaban a sentirse muy cansados y casi sin darse cuenta se quedaron dormidos. No pasaron más de cuarenta minutos cuando un ruido en la tapa del ataúd les despertó. Paletadas de tierra caían sobre la caja que ya había sido sellada y ni las patadas ni los gritos de los gemelos parecieron alertar al anciano enterrador que era conocido en el pueblo por su sordera. Los niños quedaron enterrados vivos y nadie parecía haberse dado cuenta…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los padres de Pedrito y Juanito se sorprendieron cuando estos no llegaron a la hora de la merienda, pero imaginaron que estarían demasiado entretenidos jugando o que algún vecino del pueblo los había invitado a comer algo. Lo que ya les alarmó fue que anocheció y llegó la hora de la cena y no aparecían por ninguna parte. Entonces comenzaron a buscarlos y preguntaron a todo el que se encontraban por las calles, pero nadie parecía haberles visto en todo el día. Asustados llamaron a las autoridades correspondientes y una pareja de agentes se acercó a coordinar las labores de búsqueda. La madre recordó la muerte de don Vicente y tuvo la intuición de que los niños probablemente fueran a curiosear, pero allí no encontraron más que el cadáver del anciano sobre la mesa del salón, los vecinos se alarmaron cuando encontraron al muerto aún sin enterrar y rápidamente llamaron al cura.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Cómo que no está enterrado? ¡Yo mismo le llevé al cementerio y tuve que darle una misa a la que ninguno de ustedes fue! -Eso es imposible, padre, don Vicente aún descansa sobre la mesa de su casa. -Pero el ataúd estaba lleno cuando lo enterramos, si no fue a él ¡¿A quién sepultamos?!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La cara de miedo de la madre se reflejó al instante y, conociendo como conocía a sus hijos, intuyó que ellos eran capaces de haberse metido dentro del ataúd en una de sus travesuras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por más prisa que se daban en desenterrar el ataúd, el tiempo parecía eterno para los habitantes del pueblo. Era tradición allí enterrar lo más profundo que fuera posible los féretros, de esta forma se podían sepultar en una tumba a varios familiares y se evitaban olores que se pudieran tornar insoportables al visitar el cementerio en los meses más calurosos. Por este motivo llevó varios minutos remover suficiente tierra como para poder abrir el ataúd.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que encontraron allí dentro fue un espectáculo escalofriante. Los niños habían muerto asfixiados, pero no sin antes luchar por sus vidas intentando escapar. Se habían destrozado las uñas de las manos arañando la madera y sus pequeños cuerpecitos estaban cubiertos de sangre. En plena desesperación habían tratado de romper la caja a golpes y se habían lastimado entre ellos y, probablemente fruto de la misma desesperación, habían acabado peleándose como animales acorralados, de modo que podían verse marcas de mordiscos y arañazos en los cadáveres de los gemelos.</div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-40422514436581797572014-03-27T20:57:00.000-06:002014-03-27T20:57:08.936-06:00La coleccionista de Hello Kitty<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-tz0_oc9jjPs/UzTkEe1Zq9I/AAAAAAAABHg/jSw18rJKGF0/s1600/ni%C3%B1a+sin+boca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-tz0_oc9jjPs/UzTkEe1Zq9I/AAAAAAAABHg/jSw18rJKGF0/s1600/ni%C3%B1a+sin+boca.jpg" height="320" width="241" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i>Escalofriante leyenda de una chica tímida y retraída que era golpeada diariamente por un grupo de acosadoras, que se burlaban de ella porque era una fanática de la muñeca Hello Kitty y todos sus complementos…</i></span></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace no mucho tiempo vivía una chica que era una absoluta fan de Hello Kitty. Tenía la más increíble colección de merchandising de la simpática gatita y su habitación parecía más un museo, que el cuarto de una niña de su edad. Era un chica tímida y muy reservada y su extraña afición la puso en el punto de mira de un grupo de chicas indeseables que había en su escuela.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Este era un grupo de delincuentes juveniles que se divertían golpeando, robando y humillando al resto de muchachas, pero en su caso el acoso era continuo y diario. Sabían que ella nunca diría nada ni a sus padres ni a los profesores y eran lo suficientemente astutas como para golpearla en lugares en los que no quedara marca o se cubrieran con la ropa. Tan continuo fue el acoso que acabó acostumbrándose y cuando la empezaban a molestar se alejaba del dolor pensando en su adorada Hello Kitty. En sus fantasías recorría un idílico mundo donde nada ni nadie podía hacerle daño y de esta forma aprendió a ignorar el dolor y la humillación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las abusadoras vieron cómo los llantos y sollozos se convirtieron en una cara inexpresiva. Y lo que más las inquietaba, era que sus ojos parecían como muertos, vacíos e indiferentes a las palizas que recibía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La líder del grupo comenzó a darse cuenta de que su comportamiento le hacía perder el respeto de las demás que veían como era incapaz de doblegarla. La chica no se resistía, no luchaba, no lloraba, era como si simplemente la ignorara. Pero lo que era aún peor… ¡Le daba miedo!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sabía el porqué, pero esos ojos inexpresivos con los que la miraba cuando la estaba golpeando, simplemente le helaban la sangre. Un día decidió acabar con el problema y organizó a su banda para seguir a la chica hasta su casa. Aprovechando que sus padres llegaban tarde del trabajo; pretendían infligirle tanto dolor que temblara cada vez que se acercaran a ella. Sabía que eso no lo podía hacer en la escuela o en la calle porque siempre podría haber alguien que las delatara.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La chica al llegar a su casa lo primero que hizo fue ponerse una de sus pijamas favoritas de Hello Kitty, como cualquier día normal. No habían transcurrido ni dos minutos cuando el timbre de la puerta sonó. Sin pensarlo abrió la puerta y, antes de que pudiera reaccionar, dos chicas de la banda ya la tenían inmovilizada por los brazos. Un momento después la líder entró con una risa intimidante y burlona.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿No te han enseñado a preguntar antes de abrir la puerta? – Sin mediar una palabra más, la golpeó con todas sus fuerzas en el estómago dejándola sin aire y doblada de rodillas en el recibidor de su casa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las delincuentes entraron en su casa y cerraron la puerta asegurándose que nadie las hubiera visto. Arrastrándola, la subieron hasta su habitación y comenzaron a burlarse de su colección mientras destrozaban una a una sus figuras, sábanas o cualquier otro objeto con el emblema de Hello Kitty.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero la chica ya se había evadido mentalmente. Sus ojos una vez más se habían vuelto inexpresivos y parecían ajenos a todo dolor o vejación. Probaron apagándole cigarrillos en la pierna, con cortes en su piel, saltando sobre ella… pero todo parecía inútil. Esos ojos fijos, como perdidos, empezaron a atemorizar a todo el grupo y algunas de ellas comenzaron a decir que era mejor irse, que alguien podía llegar o cualquier otra excusa para ocultar la realidad. ¡Se morían de miedo!</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La líder no podía dejar las cosas así y decidió acabar de una vez por todas con el problema.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Sabes qué fue lo que dijo Hello Kitty? – le dijo mientras metía una mano en el bolsillo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero la chica no contestó y continuó inmersa en su mundo de fantasía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡No puede decir nada! – dijo la jefa del grupo – ¡¡¡Porque no tiene boca!!! – y, de repente, sacó una navaja abierta del bolsillo, con la que le comenzó a arrancar los labios de la chica. Dejando su pijama, sus sábanas y toda su habitación de Hello Kitty salpicadas de sangre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero contra todo pronóstico, la chica ni se inmutó y continuó mirándola con esos ojos sin vida. La líder de la banda, asustada, comenzó a apuñalarla en el pecho, le clavó incontables veces la navaja hasta que murió expulsando sangre por la boca y con los pulmones completamente perforados.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Las demás integrantes de la banda salieron corriendo, pensaban ir a asustarla, en ningún caso habían ido para asesinarla. Pero igualmente eran cómplices y sabían que todas ellas podían ser juzgadas. Para ocultar las pruebas que hubieran podido dejar, la líder prendió fuego a la habitación y, en pocos minutos, era toda la casa la que estaba en llamas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero por más que corrieran o se ocultaran nunca podrían escapar de lo que habían hecho y, sin saberlo, habían despertado una sed de venganza que la chica no pudo cobrarse en vida, pero sí lo haría desde el más allá.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Todas ellas empezaron a tener horribles pesadillas en las que podían ver los ojos inexpresivos de la chica asesinada mirándolas fijamente. Pero eso no fue más que el principio, cuanto más fuerte era el fantasma, más poder podía ejercer sobre ellas y un día comenzó el verdadero sufrimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin saber cómo, las asesinas comenzaron a sentir que cada vez les costaba más abrir la boca, hasta que un día despertaron con la boca como si estuviera sellada: no podían hablar, no podían comer ni beber y por más que intentaban forzar las mandíbulas, no eran capaces de despegarlas.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La líder fue la primera que sintió el efecto y la primera en darse cuenta al mirarse al espejo que su boca parecía difuminarse, como si se estuviera borrando, hasta finalmente desaparecer. Parecían un dibujo de Hello Kitty, en el que no existe boca en el rostro de la gatita. Por supuesto que nadie más, aparte de ellas, podía ver que su cara no tenía boca. Era como si el fantasma jugara con su mente, torturándolas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En un par de días las abusadoras se empezaron a sentir mal, no podían beber y comenzaban a sentir los síntomas de la deshidratación, tenían terribles dolores de cabeza y en sus delirios veían los ojos inexpresivos de la chica mirándolas fijamente en cualquier lugar. Podían sentir como las golpeaban pero no podían gritar, y lo que era aún más inquietante, una especie de fuerza malévola les impedía pedir ayuda. Poco a poco fueron sucumbiendo, rindiéndose al dolor y sus ojos fueron perdiendo brillo, perdiendo vida y volviéndose tan inexpresivos como los de la chica a la que humillaron, golpearon y finalmente asesinaron.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando se iban rindiendo, su mente abandonaba su cuerpo y entraron, una a una, en un coma irreversible. Su mente se evadía y llegaban a un idílico lugar lleno de flores y pequeñas muñecas de hello kitty que jugaban y saltaban divirtiéndose. Era el mundo imaginario en el que la chica asesinada se evadía del dolor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La líder de la banda fue la última en doblegarse y caer en un coma profundo. A los pocos segundos de llegar a aquel paradisíaco lugar, el cielo se oscureció y las decenas de Hello Kitties que jugaban distraídas, se giraron hacía ella mirándola fijamente, con los mismo ojos sin vida que los de la chica.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Había comenzado su verdadero tormento, pues en este mundo no existía forma de escapar del dolor y la chica torturada se aseguraría de que no cesara el dolor, hasta que alguien las desconectara de las máquinas que las mantenían con vida en el mundo real, en un coma profundo del que nunca despertarían.</div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-62915752804021306032014-03-26T21:19:00.001-06:002014-03-27T20:09:44.975-06:00La Pascualita<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-CRNIJ1QP9eM/UzORtpLdO5I/AAAAAAAABGg/0clf5KkdBMg/s1600/la_popular.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-CRNIJ1QP9eM/UzORtpLdO5I/AAAAAAAABGg/0clf5KkdBMg/s1600/la_popular.jpg" height="400" width="298" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Escaparate de La Popular donde se aprecia La Pascualita</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La Pascualita es el maniquí más famoso de México, ya que son cientos los testimonios de personas que aseguran que la han visto mover los ojos, llorar, sonreír e incluso salir del escaparate en noches solitarias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La Pascualita, o “La Chonita”, es una de las leyendas más conocidas de todo México. Es una leyenda que perdura en la actualidad, probablemente debido a que, a diferencia de tantas leyendas, tiene la magia de que el ser legendario esté a la vista de todos. Así, no hay quién pueda decir que el maniquí de La Pascualita no existe. Simplemente, La Pascualita sigue allí detrás de su vitrina, con todo un cúmulo de testimonios que afirman la presencia de cierta vida sobrenatural en ella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-O5aQgOpEhQQ/UzOSZnp-RQI/AAAAAAAABGo/yQ-8DYYsMhs/s1600/MX12182340386983.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-O5aQgOpEhQQ/UzOSZnp-RQI/AAAAAAAABGo/yQ-8DYYsMhs/s1600/MX12182340386983.jpg" height="320" width="256" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se sabe que el maniquí de la Pascualita apareció en un aparador de "La Popular" (un local chihuahuense de vestidos de novia), el 25 de marzo de 1930. La versión más común dice que la dueña del negocio, Pascualita Esparza Perales de Pérez, la mandó a traer de Francia. Otra versión también dice que el maniquí fue traído de Francia (de París, exactamente), pero que la Sra. Esparza lo adquirió en México, D.F., dentro de una prestigiosa tienda conocida como “El Puerto de Liverpool”, de la cual, ella solía traer telas, azahares, ramos y otros productos y accesorios que revendía en su local. Al principio no le quisieron vender la hermosa figura de cera, pero ella estaba tan prendada del maniquí, que amenazó con dejar de comprar sus suministros en la tienda si no se lo vendían, por lo que accedieron y así la Sra. Esparza lo llevó a su local. Sea cual sea la verdad, se cree que la Sra. Esparza compró el maniquí porque, además de ser sumamente bello y de aspecto realista, se parecía bastante a su hermana (encargada de confeccionar los vestidos que exponía en el escaparate de su local), e incluso a ella misma.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Según se cuenta, desde el primer día en que la novia de cera estuvo en "La Popular", todos se detenían a mirarla y, aunque la dueña le dio el nombre de “Chonita” por su aparición en el día de La Encarnación, el vulgo tenía más fuerza y, como todos la llamaban “La Pascualita” por su parecido a la dueña del local, fue ese el nombre que finalmente le quedó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Si nos preguntamos ahora porqué La Pascualita impresionaba tanto que se convirtió en un icono de la época y se ganó el título de “la novia más bonita de Chihuahua”, la razón está en que era distinta a los demás </span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: justify;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-YhR1KjQ0jjA/UzOhdnKJA_I/AAAAAAAABHQ/JRag4IlSuLA/s1600/BAhbCVsHOgZmSSI8dXBsb2Fkcy9wbGFjZV9pbWFnZXMvOGRkYThlYWE4ODhkMjU2NDZlX1Bhc2N1YWxpdGExLmpwZwY6BkVUWwg6BnA6CnRodW1iSSIKeDQwMD4GOwZUWwc7BzoKc3RyaXBbCTsHOgxjb252ZXJ0SSIQLXF1YWxpdHkgOTEGOwZUMA.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-YhR1KjQ0jjA/UzOhdnKJA_I/AAAAAAAABHQ/JRag4IlSuLA/s1600/BAhbCVsHOgZmSSI8dXBsb2Fkcy9wbGFjZV9pbWFnZXMvOGRkYThlYWE4ODhkMjU2NDZlX1Bhc2N1YWxpdGExLmpwZwY6BkVUWwg6BnA6CnRodW1iSSIKeDQwMD4GOwZUWwc7BzoKc3RyaXBbCTsHOgxjb252ZXJ0SSIQLXF1YWxpdHkgOTEGOwZUMA.jpg" height="212" width="320" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Los detalles de sus manos son sorprendentes</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">maniquís de la época: tenía un mejor acabado en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas eran implantes de verdadero pelo y pestañas humanas y su expresión, a diferencia de las de tantos maniquís de mirada inerte, era viva y reflejaba emociones, cual si estuviese dotada de humanidad…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Bien, hasta aquí simplemente La Pascualita llamaba la atención; pero, en algún momento de la década de los sesenta (no se sabe si antes o después de 1967), empezaron a surgir rumores de que la novia de cera estaba viva y era capaz de moverse de noche cuando no había nadie en el local, o sonreír a algunas personas. Particularmente, los rumores se hicieron más frecuentes cuando Pascualita Esparza Perales de Pérez falleció en 1967; entonces aparecieron personas diciendo que La Pascualita les seguía con la mirada, que su fantasma les seguía un tiempo si se quedaban viéndola fijamente o que por breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos… Inclusive, se supo de algunas empleadas que trabajaban en La Popular que renunciaron a su puesto porque vieron llorar o moverse a La Pascualita y de otras que se negaban a vestirla porque, supuestamente, le aparecían venas verdosas en las piernas, que posteriormente desaparecían al igual que las venitas rojas que más de uno vio en el blanco de sus ojos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<h4 style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Teorías sobre qué causó que La Pascualita cobrara vida</span></h4>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Estas teorías no son especulaciones hechas en el internet, son historias-explicaciones que surgieron en la tradición popular y aún perduran y que deben su variedad al hecho de que la historia oficial (expuesta arriba), no da razones a los sucesos extraños y escalofriantes que convirtieron en leyenda al maniquí. Veamos ahora esas teorías tejidas por el pueblo chihuahuense a partir de los rumores, la imaginación y la especulación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-YaghjF6UoVM/UzOUEFp1KJI/AAAAAAAABG0/hw1ZboSRwlg/s1600/22+cuca+la+hermana+de+pascuala.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-YaghjF6UoVM/UzOUEFp1KJI/AAAAAAAABG0/hw1ZboSRwlg/s1600/22+cuca+la+hermana+de+pascuala.jpg" height="200" width="144" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Cuca, hermana de Pascuala</span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>El espíritu de la dueña:</i> Esta teoría fue la primera que surgió, y la que más sentido tiene desde un punto de vista cronológico, ya que los testimonios sobre sucesos paranormales (las cosas que dicen haber visto hacer a La Pascualita), se hicieron patentes en el año en que murió la dueña de la tienda y, puesto que no se sabe en qué momento de la década de los sesenta surgieron, puede pensarse que, o bien estaban ya antes de 1967 (año en que murió la dueña), o que aparecieron en 1967. De ese modo, si fuese lo segundo, cabría pensar que se debió a lo que afirma esta teoría: a saber, que el espíritu de la dueña se posesionó del maniquí, o que simplemente sigue penando en el local y a veces entra en el maniquí. El problema de esta teoría es que no da otra razón que la devoción que la dueña sentía por su maniquí, y el parecido que éste guardaba con ella y su hermana.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>La hija muerta el día de su boda:</i> Esta teoría tiene dos versiones. La primera dice que, justo el día de su boda, la hija de Pascualita (la dueña, no el maniquí) murió por la picadura de un bicho (alacrán, araña venenosa, escorpión (el animal varía dependiendo las diferentes versiones populares) que estaba oculto en la tiara de novia y que todos la vieron caer muerta cerca del altar. La segunda versión, cuenta que la hija de Pascualita fue apuñalada por un pretendiente celoso, justo cuando ésta estaba en el altar, a punto de casarse con un hombre al que, a despecho del pretendiente, amaba verdaderamente. En todo caso, en ambas versiones dicen que, tras perder a su hija, Pascualita la mandó a embalsamar y a recubrir de parafina y cera, vistiéndola siempre con vestidos nupciales, como para recordar que murió antes de casarse, tenerla siempre cerca y, a la vez, honrarla convirtiéndola en el emblema de su local de vestidos de novia; el problema fue que, sin saberlo, había aprisionado el alma de su hija en su cuerpo embalsamado… Esto del embalsamamiento resulta poco creíble y en general la teoría no es muy aceptada, pues se sabe que la dueña, que se casó a los 17 años con Don Enrique Pérez Loera, tuvo sólo un descendiente con su esposo, y que ese descendiente era un varón llamado Enrique; sin embargo, se rumorea que también tuvo una hija y que ésta murió ahogada a los cuatro años (esto también haría imposible la teoría), o bien, que en realidad sí tuvo una hija que creció y murió el día de la boda, aunque esto último casi nadie lo cree.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>El chamán enamorado:</i> Dicen que, durante la década de los sesenta, un poderosísimo chamán había llegado de visita a Chihuahua. Este chamán estaba paseando cuando de pronto se paró, anonadado al ver la belleza de La Pascualita. Sus suaves rasgos, sus ojos grandes y dulces, sus manos delicadas, todo en ella le hacía desear que estuviese viva y fuese suya… entonces: ¿Por qué no usar sus poderes? Eso fue lo que supuestamente hizo con un ritual, a través del cual cobró vida el maniquí, y se convirtió en su amante, acompañándolo durante los dos meses que vivió en Chihuahua, siempre cada noche, a partir de las diez (hora en que ya estaba cerrado el local). Esta historia es aún más difícil de creer que la anterior, pero podría pensarse que efectivamente hubo un chamán en Chihuahua y que éste salía con una chica muy parecida a la La Pascualita…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>El taxista asesinado y la hija que se suicida:</i> En esta versión, la hija de Pascualita se enamoró de un taxista pobre y su madre, que sentía repulsión pensando en que ese hombre pudiese transformarse en su futuro yerno, terminó asesinándolo y, a causa de esto, su hija entró en depresión y se suicidó, lanzándose por un barranco, según una variante de esta versión que, asimismo, a veces se presenta con el detalle de que la hija de Pascualita ya se había casado con el taxista cuando éste fue asesinado por su madre. En todo caso, el alma de la hija de Pascualita, después del suicidio, se metió en el maniquí… Como puede verse, la teoría es muy ilógica porque resulta difícil de creer que la dueña de La Popular haya matado a un taxista sin que la Policía se entere y la mande a prisión o que lo haya matado y haya podido sobornar a las autoridades al punto de que no se hiciera público el rumor de que era una asesina (rumor que, por cierto, jamás existió, salvo en esta versión que quizá nadie crea). Volviendo a la teoría, ésta viene junto al relato de que La Pascualita, a veces cuando ve un taxi, se monta (no como maniquí, sino como duplicado fantasmal del maniquí) en el taxi y desaparece…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-DBYoZmZR0Qo/UzOWNPPmyeI/AAAAAAAABHA/59HQ2g9LwNM/s1600/ursula_micaela_morata2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-DBYoZmZR0Qo/UzOWNPPmyeI/AAAAAAAABHA/59HQ2g9LwNM/s1600/ursula_micaela_morata2.jpg" height="240" width="320" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>La maldición:</i> Aquí la explicación es que la hija de Pascualita era una muchacha mala de pésimo comportamiento, al punto de que fue castigada recibiendo (no se dice quién la envió) una maldición que la hizo fallecer; pero su madre, queriendo recordarla y preservar su gran belleza, la mandó a embalsamar y cubrir de cera…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En sus épocas de mayor fama, La Pascualita atrajo tanta gente que los curiosos, provenientes de otras ciudades del amplio México, llegaban en ciertas ocasiones a congestionar el tráfico de la Calle Libertad, forzando a que las autoridades prohibiesen transitar por allí a los coches. En este contexto, se cree que la dueña de La Popular llegó a recibir muchas llamadas telefónicas de personas enfadadas que la acusaban de violar la decencia moral, de transgredir las leyes de Dios al tener un cuerpo embalsamado y hacerlo pasar por maniquí… Inclusive, se cree que, a causa de estas sospechas, La Pascualita sufrió el daño de unas cuantas personas encolerizadas que, cuando nadie las veía, le clavaban las uñas en su piel de cera…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Supuestamente, todo esto causó que la dueña de La Popular hiciese público que La Pascualita era un maniquí; pero, pese a eso, se cuenta que cierto día llegó personal enviado por las autoridades, a fin de constatar si era cierta la acusación de que en La Popular tenían un cadáver en el escaparate.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La versión más creíble dice que los inspectores determinaron que era un maniquí, pero otra versión dice que esos inspectores eran policías judiciales (lo cual ni afirma, ni niega la primera versión), que cuando entraron les dijeron que volviesen después porque La Pascualita estaba siendo bañada que, entonces, sospecharon e insistieron en verla y que finalmente les mostraron al maniquí envuelto en bata y con toalla en el cabello, permitiéndoles únicamente revisar el rostro por “respeto al pudor”, lo cual les hizo sospechar aún más a los policías que, misteriosamente, nunca hicieron uso de su autoridad para disipar o confirmar sospechas viendo cómo era La Pascualita por debajo del cuello, cuando no tenía puesto su vestido de novia….</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Actualmente muchos creen que podría haber algo sobrenatural en La Pascualita y todavía hay bastantes personas que afirman haber vivido cosas extrañas. Una vivencia bastante frecuente es la de que al acercarse, se horrorizan al ver que el maniquí sonrió por unos segundos y después, ya de noche, recordar lo sucedido con macabra exactitud, viendo claramente esa sonrisa que antes les pareció ver de forma tan fugaz que no pudieron apreciar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">También hay historias puntuales que se conocen bastante, como la de cierta mujer que recibió un disparo en la calle estando delante de La Pascualita, a la cual suplicó que sobreviviese y, posteriormente, a causa de la milagrosa intervención de la novia de cera, logró conservar su vida; o bueno, al menos la mujer cree que La Pascualita fue la causa de que sobreviviera y por eso va a encenderle velas cada cierto tiempo, a modo de agradecimiento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Incluso, hay personas que contratan músicos para que le den serenatas a La Pascualita, a fin de que no se sienta sola; si bien no se puede saber si lo hacen creyendo que La Pascualita realmente tiene vida propia o simplemente como burla…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sea o no verdad la leyenda, es indudable que los propietarios de La Popular cuidan con esmero a La Pascualita porque saben que, conservar su belleza y fomentar su leyenda es necesario para que ésta siga siendo un imán de dinero, toda vez que La Popular sigue siendo la tienda de vestidos de novia más reconocida y concurrida de todo Chihuahua y generalmente, el vestido que modela La Pascualita (a la cual cambian de ropa cada cierto tiempo), es el vestido que más compran, en parte porque, según creen muchas personas, portar el vestido que está usando La Pascualita, equivale a adquirir un amuleto que traerá un matrimonio feliz y exitoso.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">A continuación, compartimos con ustedes, un vídeo acerca de esta interesante leyenda, producido por el programa EXN.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/cUG6MSkIfFY" width="420"></iframe></div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-92053925710356749902014-03-26T20:27:00.001-06:002014-03-27T20:21:39.374-06:00La pulsera negra<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-B-o44YFsago/UzOLPHw_3EI/AAAAAAAABGQ/2Q7GvZobrRo/s1600/750px-creepy_by_nightgraue.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-B-o44YFsago/UzOLPHw_3EI/AAAAAAAABGQ/2Q7GvZobrRo/s1600/750px-creepy_by_nightgraue.jpg" height="320" width="400" /></a></div>
<blockquote class="tr_bq" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-size: small;"><i style="font-weight: normal;">Según cuenta la leyenda en algunos hospitales de Estados Unidos de Norteamérica utilizan unas pulseras de color negro para marcar la hora a la que falleció una persona y cual fue el motivo de su muerte. Si ves a alguien con una de estas pulseras, podrías estar junto a un fantasma…</i></span></blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Thomas era un joven médico que trabajaba de interno en un frío hospital de Dakota del Norte. Su vocación y sus ganas de salvar vidas eran el único motivo por el que no caía rendido de cansancio en unas interminables guardias que podían prolongarse hasta 36 horas y que le dejaban exhausto.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Aquella noche había sido especialmente dura, el servicio de urgencias no tuvo ni un respiro y Thomas había tenido que encargarse por primera vez de una paciente sin el respaldo de otro doctor. Luchó por la vida de la chica, que no debía tener más de 22 años, durante más de dos horas, pero desde que llegó se había considerado un caso perdido y en el hospital decidieron priorizar a otros pacientes que tenían más posibilidades de sobrevivir. Los daños que había sufrido la joven en ese accidente de tráfico múltiple eran tan graves que, incluso, si Thomas hubiese conseguido obrar un milagro y la chica hubiera sobrevivido, las secuelas habrían sido tan graves que probablemente quedaría en estado vegetativo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Los médicos más experimentados del hospital habían acudido en la ayuda de los otros accidentados y decidieron “bautizar” a Thomas con un caso imposible para que un primer “fracaso” le hiciera comprender lo dura que es su profesión y no empezara a creérselo demasiado. Además, priorizando a otros de los heridos, habían conseguido salvar la vida de tres personas, en lo que había sido el peor accidente de tráfico que habían registrado las carreteras de la región en meses.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Thomas era consciente de que la chica probablemente nunca tuvo posibilidades de sobrevivir, pero aún así se sentía destrozado por dentro y tuvo que tragar saliva para contenerse las ganas de llorar cuando le puso una pulsera negra a la fallecida. La pulsera negra era un protocolo de su hospital que servía para marcar a un difunto señalando la fecha, hora y causas de su muerte. Normalmente eran las enfermeras quienes se encargaban de rellenar los datos y ponerle la pulsera antes de mandar a un cadáver a la morgue. Pero Thomas pensó que haciéndolo él, el recuerdo de su primer “fracaso” le serviría para aprender y avanzar en la que puede llegar a ser una de las profesiones más duras. Memorizó cada una de las facciones de la chica y la cubrió con una sábana para que uno de los camilleros encargados se la llevara por un interminable pasillo que conducía al depósito de cadáveres.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Al finalizar su turno, Thomas parecía un zombie, su cara demacrada por el cansancio y el fuerte impacto emocional de perder a su primer paciente lo habían dejado destrozado. No era la primera vez que alguien se moría en una mesa de operaciones frente a él, pero ésta era la primera vez que él era el doctor al mando y el “único responsable”. En su mente repasaba todos y cada uno de sus movimientos y trataba de buscar cual fue su error o si había algo más que pudiera haber hecho. Pero incluso él mismo sabía que su proceder había sido impecable y que cuando a alguien le llega la hora es imposible luchar contra el destino.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Cabizbajo y caminando casi dormido, entró en el ascensor. Se dirigía al séptimo piso donde tenía su ropa, lo único que quería era cambiarse e irse a dormir a la residencia que estaba a pocas calles del edificio del hospital. Eran las cuatro de la mañana y el hospital parecía vacío, tan absorto estaba en sus pensamientos que casi ni se dio cuenta de que había alguien dentro del ascensor cuando entró. Una mujer le saludó:</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
-¡Uff! y yo que creía que tenía mala cara, ¿muchacho, pero qué te ha pasado?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Thomas se giró y vio a una mujer de unos cuarenta años que le sonreía, estaba casi tan pálida como él y aunque no tenía muchas ganas de conversar la contestó.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
-Hoy ha sido un día muy duro, no sé ni cómo estoy todavía de pie. Además, he perdido a mi primer paciente – le dijo mientras ponía un gesto que denotaba que estaba a punto de echarse a llorar.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
-Pues por la cara que pones estoy segura que has hecho todo lo que podías; no seas tan duro contigo mismo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
-Muchas gracias, probablemente mañana pueda verlo de otra forma – dijo Thomas mientras se giraba a ver porqué se había abierto la puerta del ascensor en un piso que ninguno de los dos había marcado.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Al mirar fuera vio la silueta de una joven a mitad del pasillo, al terminar de abrirse la puerta del ascensor comenzó a girarse lentamente hacia ellos. Thomas al ver la cara de la chica dio un salto hacia atrás y pegó la espalda a la pared del ascensor mientras señalaba a la chica que había afuera y trataba de decir algo sin conseguir articular una sola palabra. De repente pareció recuperar el control de su cuerpo y se abalanzó hacia el panel del ascensor presionando repetidamente el botón que cerraba las puertas. La mujer que había en el interior del ascensor se quedó mirándole perpleja y la puerta finalmente se cerró cuando faltaba menos de un metro para que la joven que había fuera entrara en el ascensor.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
-¡E… e… esa chica! – dijo tartamudeando del susto – ¡Es mi paciente! ¡Aquella a quien no pude hacer nada para salvarla! ¡Inclusive, le puse esa pulsera negra personalmente!</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
La mujer que se había mantenido pegada a la pared sonrió y mientras levantaba el brazo le preguntó:</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¿Una pulsera cómo esta?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Thomas se giró a mirarla y vió cómo en su muñeca había una pulsera de color negro, idéntica a las que usan en el hospital. El joven médico se desmayó del susto y en su caída agarró fugazmente el brazo que le mostraba la mujer con la que había compartido la charla en el ascensor.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Minutos después encontraron a Thomas aún desfallecido en el suelo del ascensor. Todos atribuyeron su desmayo al cansancio. Pero él sabía que lo que había pasado era real; en su mano tenía una pulsera negra que había arrancado sin querer del brazo de la mujer que había en el ascensor mientras caía desmayado. Al revisar la pulsera pudo comprobar que la mujer había fallecido dos años antes en un accidente de tráfico muy similar al de aquella chica que quiso salvar.</div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-21979284092763867912014-03-26T15:48:00.001-06:002014-03-26T19:51:11.891-06:00La Madre Desquiciada<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>Una de las leyendas urbanas más espeluznantes que circulan desde hace años es la de una madre que accidentalmente acaba con la vida de sus tres hijos en el mismo día. Una leyenda no apta para corazones sensibles…</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Natalia era una madre feliz, trataba a sus tres pequeños con gran ternura y comprensión aunque más de una vez la pudieran sacar de sus casillas. Los dos primeros de sus retoños vinieron casi seguidos 5 y 6 años y la tercera, una preciosa niñita de siete meses, que aunque inesperada, fue recibida con el mayor cariño y amor que una familia le puede entregar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">El único “pero” que le podía poner Natalia a su basta familia era que su marido casi no pisaba su casa. Su aburrido trabajo como contable les daba una cómoda posición social, pero le mantenía ocupado todo el día e, incluso, cuando estaba en casa siempre estaba rodeado de documentos del trabajo. Por lo que Natalia tenía que ocuparse de sus hijos sin ninguna ayuda y en algunos momentos eso podía ser extenuante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">La noche anterior al fatídico día, la más pequeñita de la casa había decidido celebrar un concierto de llanto nocturno y Natalia casi no pudo pegar ojo. Agotada y casi arrastrándose llegó a la cama a las cuatro de la mañana tras dejar a la niña en la cuna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Cuando se empezó a quedar dormida escuchó el grito de su segundo hijo en la habitación contigua, de un salto se levantó y fue corriendo a la habitación que compartían sus dos hijos mayores y se encontró a Mario (el mediano en edad) visiblemente asustado y llorando sobre su cama. Parece que había tenido una pesadilla y del susto se había hecho pis encima, algo que por desgracia se había vuelto muy habitual desde que nació su hermanita. El niño se había convertido en un príncipe destronado y su comportamiento dejaba mucho que desear y era capaz de cualquier cosa con tal de llamar la atención. Natalia, agotada y sin pensarlo mucho, comenzó a regañar a Mario delante de su hermano Julián. - ¡Como te vuelvas a hacer pis en la cama te voy a cortar el pipi!, ¡Ni siquiera tu hermanita me da tanto trabajo como tú! </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-4C4FAtNlxus/UzNHNJuUjVI/AAAAAAAABGI/8vuJr7dpC6Y/s1600/58221_122437_650x420.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-4C4FAtNlxus/UzNHNJuUjVI/AAAAAAAABGI/8vuJr7dpC6Y/s1600/58221_122437_650x420.jpg" height="257" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">El niño lloraba desconsoladamente mientras su madre cambiaba las sábanas y le daba la vuelta al colchón. Casi sin darse cuenta eran ya las cinco de la mañana y Natalia aún no había podido pegar ojo. El biberón de las seis de la mañana y preparar el desayuno a su marido e hijos hizo el resto. No pudo dormir en toda la noche. Lo peor de todo es que los niños pasarían todo el día en casa, ya que estaban de puente. Una festividad que parece que no respetaban en la empresa de su marido, el cual fue a trabajar como cualquier otro día dejándola al cuidado de los pequeños durante todo el día.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">A media tarde y aprovechando que Mario, agotado por la noche anterior, se había quedado dormido en su habitación. Comenzó a bañar a la pequeña Clara. Era el momento ideal, pues Mario estaba insufrible y si no le vigilaba a cada paso era capaz de incendiar la casa, con tal de llamar la atención. Esa pequeña siesta le daría un respiro y la permitiría bañar a la bebé un poco antes del horario habitual. Con un poco de suerte hoy podría mandarlos a dormir un poco antes y descansar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Cuando ya sólo le quedaba lavar la cabecita a la pequeña Clara, un grito desgarrador se escuchó en el pasillo. Era sin duda Mario que seguro había vuelto a hacer otra de las suyas. Gritando y sin soltar a Clara preguntó: - ¡¿Qué pasa?! ¡¿Mario estás bien?! ¡Julián! ¡¿Qué le pasa a tu hermano?!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Estaba a punto de envolver en una toalla a la bebé, que aún continuaba enjabonada en la bañera, cuando Julián entró por la puerta y lo que vio la dejó sin habla. - Mamá, Mario se ha vuelto a hacer pis en la cama así que le he cortado el pipi como dijiste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">El mayor de sus hijos tenía el pene ensangrentado de su hermano en una mano y unas tijeras manchadas de sangre en la otra.</span><br />
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Natalia pálida por lo que acababa de suceder se levantó de un salto olvidándose que estaba bañando a la pequeña y salió corriendo hacia Julián que, al ver la furia de su madre en los ojos, escapó a toda velocidad buscando un sitio para esconderse.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Aturdida, conmocionada y agotada por la noche en vela, Natalia no sabía cómo actuar cuando llegó a la habitación de los niños y vio a Mario sobre la cama desangrándose. Tras abrazar fuertemente a Mario lo cargó en brazos y bajó las escaleras camino al coche, su única opción era llevarlo al hospital inmediatamente. Cada grito de dolor del niño bajaba en intensidad, la pérdida de sangre le estaba debilitando y sabía que tenía pocos minutos antes de que muriera desangrado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Arrancó el coche y pegó un acelerón saliendo el vehículo impulsado como si diera un salto al pisar un fuerte bache y sonó una fuerte explosión. El salto pareció sacar a Natalia de su estado de shock y de repente recordó que la pequeña Clara seguía aún dentro de la bañera. En ese momento se dio cuenta de la mortal imprudencia que acababa de cometer y bajó del coche sin mirar atrás para buscar a su hija.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Por desgracia cuando llegó era demasiado tarde, la bebita de apenas siete meses no tenía la fuerza suficiente para aguantar tanto tiempo sentada sin perder el equilibrio y yacía inerte boca abajo en el agua. Los intentos de reanimar a la niña fueron inútiles y Natalia, gritando desesperada, bajó nuevamente las escaleras de su casa con su bebé en brazos camino al vehículo que la llevaría al hospital.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Pero aún le quedaba una última y macabra sorpresa, al acercarse al vehículo todo terreno que conducía, se dio cuenta de que había un brutal charco de sangre en el suelo, al principio pensó que sería la sangre de Mario, pero al acercarse pudo constatar que bajo el coche estaba el cuerpo inerte de Julián, que al parecer se había escondido bajo el todo terreno para evitar que su madre le pegara. Con tan mala fortuna que al arrancar ésta a toda velocidad una de las ruedas le aplastó el cráneo, reventándolo y desparramando sus sesos por todo el suelo y causando la terrible explosión que Natalia había escuchado un par de minutos antes.</span><br />
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Natalia cayó al sueño de rodillas, su cara no reflejaba ninguna expresión. Solamente se mantuvo en esa posición durante unos minutos hasta que sin mediar palabra se levantó, abrió la puerta de su coche y cargó nuevamente el cuerpo ya inerte de Mario junto al de su hermanita. Entró nuevamente en su casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Un minuto después bajó de nuevo, cargó el cadáver de Julián y volvió a entrar en la casa cerrando la puerta tras de si.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Por la noche, cuando el marido de Natalia llegó a su casa que estaba a quince minutos de la ciudad, se encontró el todo terreno con la puerta abierta y a medio camino del garaje, lo que le impedía aparcar su vehículo. Se acercó al coche de su mujer y se manchó el zapato con lo que parecía una viscosa mancha de aceite, cerró su puerta y se dirigió a casa en la que todas las luces estaban apagadas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Al entrar gritó: - ¡Natalia! ¿Dónde estás? ¿Por qué tienes el coche en mitad del garaje?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Al dar la luz se dio cuenta de que había un reguero de sangre seca en el suelo que subía las escaleras y dirigía a la planta superior. Asustado corrió tanto como pudo para quedar totalmente impactado cuando al entrar en el baño.</span><br />
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #ead1dc; font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;">Sus tres hijos flotaban sobre el cadáver de su madre que los había reunido en la bañera justo antes de cortarse las venas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>Causar la muerte de sus tres hijos fue mucho más de lo que pudo soportar.</i></span></div>
Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-42789290210320823612011-11-18T13:43:00.004-06:002011-11-19T13:12:11.353-06:00"Dakota", El Edificio Maldito de Nueva York<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-57uUsSrmVl4/Tsa0cUDdzmI/AAAAAAAABC0/wlaCvVqiE6M/s1600/edificio_misterioso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="338" src="http://1.bp.blogspot.com/-57uUsSrmVl4/Tsa0cUDdzmI/AAAAAAAABC0/wlaCvVqiE6M/s400/edificio_misterioso.jpg" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif;"><b><br />
</b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;"><b>La oscura historia de uno de los </b></span><br />
<span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;"><b>edificios más emblemáticos de Nueva York</b></span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">El impresionante edifico, situado en el número 1 de la calle 72, al oeste de Central Park en Nueva York,, no solo es famoso por albergar personajes célebres y ser escenario de la muerte del mítico John Lennon, un halo de misterios y leyendas negras rodean al peculiar edificio. </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><b><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">Un poco de historia</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">El edificio comenzó a construirse en 1880 y fue terminado 4 años más tarde. Su diseño corrió a cargo del arquitecto Henry Hardenberg (autor del también mítico Hotel Plaza) y fue avalado con una fuerte inversión del propietario de las máquinas de coser Singer, Edward S. Clark. Su estilo es propio del renacimiento de la Alemania del norte y la distribución de los pisos está inspirada en la arquitectura francesa de finales del siglo XIX.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">Cuando se construyó estaba tan lejos de la ciudad que ni siquiera llegaba la electricidad y se decía que parecía estar en Dakota (al norte de EE.UU., en la frontera con Canadá), de ahí su nombre. Sin embargo, pese a su lejanía y el hecho de que estuviera rodeado de oscuridad, no impidió que tuviera éxito y fuera alquilado por completo.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">Luego Manhattan comenzó su rápida expansión hacia el norte y los precios se dispararon creando cierta exclusividad al edificio y comenzando a ser habitado por personajes ilustres, algunos de ellos muy conocidos como Judy Garland, Boris Karloff, Leonard Bernstein y Lauren Bacall. También ha sido residencia de famosos cantantes como John Lennon (su viuda Yoko Ono sigue viviendo allí), Jennifer López, Marc Anthony, Bono y su esposa activista Ali Hewson, Sting, Paul Simon o Roberta Flack. Pero a pesar de hacerse mundialmente famoso por el asesinato en sus puertas de John Lennon, siempre ocurrieron sucesos extraños entre sus muros.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">A principios del siglo XX estuvo viviendo en el edificio Dakota el famoso mago negro Aleister Crowley. Éste, considerado uno de los hombres más perversos del mundo, llevó a cabo varios rituales de magia negra dentro del edificio.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">Por la misma época estuvo viviendo el actor de cine de terror Boris Karloff, el cual participó en impresionantes veladas de espiritismo. Se dice que cuando murió Karloff hubo fenómenos de poltergeist y su persona se manifestó en el lugar mediante presencia fantasmal, que fue vista y oída por diversos inquilinos que huyeron despavoridos del edificio.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">También se dice que el sumo sacerdote de la brujería Wicca inglesa, Gerald Brossau Gardner, se alojó en este edificio cuando visitó Nueva York. En él celebró rituales mágicos invocadores de las potencias ocultas de la naturaleza. Precisamente, Polanski en el año 1968, se inspiró en este personaje para moldear las características del brujo maléfico coprotagonista de la película “La semilla del diablo” (Rosemary’s baby). Durante el rodaje de “La semilla del diablo”, y a pesar de que en el lugar solo se rodaron los exteriores, en el edificio Dakota tuvieron lugar todo tipo de extraños accidentes que diezmaron al equipo. En este edificio se produjo el desequilibrio nervioso de la actriz protagonista Mia Farrow y la ruptura de ésta con Frank Sinatra. La película convirtió al Dakota en foco de atención al desvelarse por la prensa las connotaciones mágicas y ocultas que el edificio poseía. Diversos grupos de practicantes de la magia negra y de sectas satánicas se congregaron ante el edificio Dakota para amenazar a Polanski y su equipo e impedir que la película se llevara a cabo. Entre estos personajes se encontraba el tristemente célebre Charles Manson, el hombre en quien, tiempo después y con varios miembros de su secta, se encargaron de convertir en realidad las amenazas. En 1969 llevaron a cabo la matanza de Cielo Drive, en Hollywood, donde asesinaron a un grupo de personas, entre ellas a la actriz Sharon Tate, esposa de Polanski y a su bebé no nato atravesados por un tenedor. El último film rodado en el edificio ha sido la versión americana de “Abre los ojos”(“Vanilla Sky”), protagonizada por Tom Cruise, y el último en conseguir un apartamento ha sido el actor Alec Baldwin, por la “asequible” cantidad de más de 8 millones de euros.</span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Californian FB', serif; font-size: 12.5pt;">Pero no solo hace falta dinero para vivir en él, sino que, además, hay que pasar una férrea aprobación general del resto de vecinos que, ni Antonio banderas, ni Melanie Griffith pudieron sortear en 2005.</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-48916511216492890022011-10-30T15:24:00.001-06:002011-11-16T09:48:08.939-06:00Sobrenatural<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-RrWYGV-fboA/Tq2-8GMFiZI/AAAAAAAABBI/woXj7dWvXLo/s1600/esp%25C3%25ADritu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="315" src="http://2.bp.blogspot.com/-RrWYGV-fboA/Tq2-8GMFiZI/AAAAAAAABBI/woXj7dWvXLo/s400/esp%25C3%25ADritu.jpg" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Mi nombre es Rafa y en ocasiones desaparezco. Solo sé de mi, mi nombre y, que tal vez mañana al levantarme no recuerde ni eso. No consigo recordar nada más. No sé si tengo familia o si alguna vez he tenido una vida.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Desaparezco y me vuelvo etéreo, incorpóreo, traslúcido… Me gusta visitar sitios donde haya mucha gente. Es tan fácil como concentrarse en una persona y conseguir ver a través de ella, en sus emociones, en sus pensamientos y en sus recuerdos. Son personas al azar que me llaman la atención por un motivo u otro. Gente corriente que encuentro en metros, mercados, parques… No es que me sienta orgulloso de la condición en la que me muevo últimamente, pero solo así consigo sentirme un poco humano, con algo de energía para poder moverme. Al principio solo lo hacía en contadas ocasiones, pero pasado un tiempo soy como un vampiro al que no sacia nada. ¿Y ellos? No parecen notar mi presencia en el momento. Luego, pasada mi intrusión, notan ese penar, esa sensación de pérdida y confusión inexplicable. Y yo consigo sentirme aún más culpable por ello.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En otras ocasiones me gusta visitar a gente a la que veo cada día. Son, por llamarlos de algún modo, mis habituales. No sé bien por qué, pero comienzo a caminar y siempre voy a parar donde están ellos. Es como si su energía me llamase de algún modo. Porque no todas las energías me proporcionan el mismo resultado. Algunas me llenan de felicidad y otras me dejan melancólico.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A las tres suelo abordar el mismo autobús, todos los días en la misma parada. En la esquina de Reforma con Insurgentes se sube ella. Es una niña hermosa, de unos 14 años. Sube las escaleras cansada y se sienta en el mismo asiento. Si, realmente es la niña más hermosa que he visto, pero no es eso lo que más me llama la atención de ella. Son sus bonitos ojos ojerosos, tristes y ausentes, pero igualmente bonitos. Y esa forma de sujetar que tiene el libro que lleva siempre consigo, como si su vida dependiera en ello. Es un libro de cuentos infantiles, demasiado infantiles para ella a mi parecer. Sus recuerdos están plagados de esos cuentos. Algunos días de sus ojos brota una lágrima, una sola lágrima que produce en mí un extraño sentimiento. Qué no daría yo por saber a quién va dedicada y qué no dejaría de dar por sentir que cae por mí. Tengo ganas de consolarla, pero siempre llego tarde, cuando me decido ya no está. Ha bajado en su destino y la veo alejarse despacio con su caminar cansado.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A las cinco voy al mismo parque. Es un parque enorme lleno de columpios y flores. Justo al fondo hay unas pistas de fútbol. Tras esperar sentado una media hora en un banco los veo aparecer. El mismo grupo de estudiantes que juegan un partido a las cinco y media. Entre ellos destaca un niño de unos ocho años. Es un niño alegre, rebosante de energía. Es el mejor de su equipo, aunque se le dan mal las matemáticas. De mayor quiere ser como su padre. El niño corre incansable detrás de la pelota y yo le animo en silencio. Me gustaría decirle que no se rinda nunca, que corra así de libre por la vida y no deje que nadie le diga lo que tiene que hacer. Sin duda conseguirá todo lo que se proponga en la vida. Cuando acaba el partido durante un momento se queda con la mirada quieta en un punto fijo, expectante, como si buscara en ese rincón de la pista a alguien que no ha llegado o está por llegar. Lo curioso es que en ese mismo rincón estoy yo, entonces por animarlo levanto la mano y saludo. Y el sonríe, sonríe y vuelve a ser el mismo niño inagotable. Y vuelve a correr…<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A las siete llego a la misma casa. Es el único lugar que visito donde nunca hay nadie. Aunque me cansa en exceso no lo puedo evitar. La casa está llena de polvo y de ropa tirada por los suelos. Hace mucho que nadie abre sus habitaciones y aunque hay signos de que vivan niños nunca los veo. Es como si sus habitantes, como en mi caso, se hubieran olvidado de su existencia. Sé que no es fácil compararse a una casa, pero es así como me siento, deshabitado. Sin duda es una buena casa, llena de vida, pero sus ocupantes están consiguiendo que poco a poco la vaya perdiendo.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Y el final del día es para ella. En esa pequeña sala de hospital solo se oye el sonido de las máquinas y su llanto. Apoyada en la cama y cogida de la mano de ese hombre su llanto me llega al alma. Sus recuerdos son desordenados y confusos. Soy incapaz de procesar tanto contenido. El hombre no tiene recuerdos, es como mirar en un recipiente vacío, solo observo oscuridad. Esta visita normalmente me deja agotado y me obliga a marcharme a descansar.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Al día siguiente todo se repite de nuevo. Y al siguiente. La única diferencia es mi cansancio. Cada día me siento un poco más debilitado. Y mayor es mi dependencia hacía mis “paradas habituales”. El tiempo que les dedico es cada vez mayor y eso, poco a poco, me va consumiendo. En el fondo sé que el tiempo se está acabando, pero no se qué tiempo. Es todo muy confuso.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Hoy en el hospital no la veo. La mujer no está junto a la cama. Y el permanece quieto e impasible. A veces me resulta familiar. Pero por más que lo intento no consigo recordar nada. La busco y la encuentro en otra sala de espera. Tiene la mirada resignada, piensa en cómo dar la mala noticia a sus dos hijos. Está sufriendo por ellos, cree que su hija mayor no lo aguantará, que no soportará perderlo así. Solo ha podido parar sus pesadillas con aquel viejo cuento que le leía su padre. Tendrá que buscarle un psicólogo que consiga que se sienta mejor. Todos tendrán que ir. Y su hijo, ¡Dios santo!, su pequeño no sabe nada, piensa que su padre está muy ocupado trabajando. Tan ocupado para no ir a verlo jugar al parque cada día como solía hacer. Pero sobretodo lo que más le preocupa es como enfrentar la vida sin su amor, sin ese hombre que durante quince años la hizo la mujer más feliz del mundo y le dio a dos hijos maravillosos. Cómo poder transmitir su recuerdo a ellos para que no lo olviden. Y en cómo volver a su casa después de semanas sin hacerlo, sola, sin él. Un gemido escapa de su boca y comienza un llanto inconsolable. Tal es su desesperación que no consigo calmarla. No escucha mis palabras de consuelo. No consigo abrazarla… Sara, ese es su nombre, y sus hijos son María y Saúl. Ella sabe que no hay marcha atrás, que hoy antes que acabe el día desconectarán a su marido y desaparecerá para siempre. Tal es su dolor que acaba desmayándose.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br />
</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Hola, mi nombre es Rafa y desaparezco…</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Book Antiqua', serif;"><o:p></o:p></span></span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-27965872297843541282011-09-19T15:24:00.001-05:002011-09-19T15:37:22.748-05:00Los Ensayos del Durmiente<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-AR-XI8KcFKk/Tneil4bJcVI/AAAAAAAAA_o/NQGtuPZKg0c/s1600/BWS-Hypnos.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="http://4.bp.blogspot.com/-AR-XI8KcFKk/Tneil4bJcVI/AAAAAAAAA_o/NQGtuPZKg0c/s400/BWS-Hypnos.JPG" width="400" /></a></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; font-size: 15px; line-height: 24px; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">Recurrentemente, algunos sueños abordan las mentes durmientes de aquellos que se entregan a los brazos de Morfeo pero, ¿qué de aquellos que redundan sus días vívidos, abordando indiferentes los brazos de Hypnos?</div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;"><br />
</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Tendré que explicarme mejor antes de continuar... Los antiguos dioses tenían funciones determinadas en nuestros destinos, fueran estos fatales o propicios.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Con el paso de los años —de los siglos—, nosotros, mortales e indiferentes con los secretos antiguos y arcanos, hemos abandonado en el olvido o la apatía los designios de aquellos más viejos y más sabios, hasta el punto de invocarlos sin conocimiento, sin consciencia y, aquellos, recordados, extraídos del olvido, nos abren ansioso los brazos como padres cariñosos a los ruegos de sus hijos.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Ansiosos ellos por dar abrigo a nuestros ruegos, a lo que pedimos, el padre Hipnos ordena solícito a su hijo, nos conduzca a los reinos de Morfeo...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Tretas de la costumbre, nos dejamos inundar por los ensueños, por el regalo de Morfeo olvidado mucho, mucho tiempo atrás a su padre, padre de todos los sueños y padre de nuestro fatal destino.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Hipnos nos lleva de su mano invisible cuando dormimos en brazos de Morfeo; nos lleva a conocer nuestros temores, nuestras alegrías ocultas en alegorías y ríos; en bosques y sonrisas y, nosotros —desdichados—, hemos olvidado...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Nuestros padres inmortales son celosos. Tantas historias nos lo advierten, tantas voces nos lo han antes advertido...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Sordos, ciegos hijos mortales que no vemos más allá del sueño, un breve descanso del que pronto despertaremos.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Morfeo, truculento un poco, va cobijándonos tiernamente entre sus brazos. Con el manto de su padre nos da el consuelo que nosotros le pedimos.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">No en vano su padre, Hipnos, es el gemelo del dios Tanatos, del dios de la muerte suave, del indespertable sueño...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Morfeo nos abraza, nos tranquiliza con el sueño en la promesa del vacío, con el ensayo de la muerte que nosotros, al nombrarlo escogimos...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">...y él nos mira y nos sonríe, nos miran, nos sonríen...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Morfeo nos mira y mira de soslayo a su padre, Hipnos nos sonríe y mira de reojo a su hermano y éste, con los ojos vacíos nos devuelve la mirada que aún no hemos encontrado y, con él en el letargo de la lontananza, de un recuerdo que extraemos del olvido, miramos sus cuencas vacías, viciadas del sueño que refleja los trucos que encontramos cuando un alma se desprende en su camino hacia el infierno.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Nos devuelve la mirada del Cerbero, del Caronte y nos promete las aguas de la Estigia y del Leteo.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Cruda realidad que no vemos. Fácil realidad a la que nos entregamos.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Nosotros, hijos perennes de sabios y de viejos. </span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Nosotros, pequeños mortales ignorantes cambiamos de padres y los elegimos... </span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">...cambiamos de dioses al elegir nuestro fatal destino.</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Si lo viéramos junto a nuestra cama, al pie del lecho reconfortándonos, cuidando nuestro sueño...</span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">Si lo oyéramos susurrando: "reconóceme, reconócete, que soy el ensayo del durmiente, soy el gemelo del dios Tánatos... </span></div><div style="color: #ead1dc; font-family: 'Calisto MT', serif; margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 24px;">...soy el ensayo de tu muerte..." </span><br />
<div style="text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="color: #444444; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; line-height: 24px;">Por: Daniel Carrillo</span></div></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-87265862352562036232011-08-23T13:33:00.002-05:002011-08-23T13:33:00.160-05:00El Heredero<div class="ecmsonormal" style="line-height: 20px; margin-bottom: 1em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><div style="text-align: justify;"><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Alfonso era un hombre de unos treinta años, tenía un empleo seguro, amores que habían pasado por su vida, pero nadie en especial por el momento. Adoraba sus pasatiempos al aire libre y sus paseos en bicicleta. Sin familiares cercanos porque sus padres habían fallecido y era hijo único. El sabía de la existencia de un tío, entonces pensaba entre sí, que ya a esta altura sería un viejo avaro y cascarrabias, desde las últimas noticias que había tenido, siempre vivió solo en su vieja casona con sus tantos años como él o más.<o:p></o:p></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Una mañana despertaba con el pelo enmarañado y sus ojos tan pegados que no podía abrirlos mientras golpeaban la puerta, tratando de llegar otra vez de un grito seco avisa</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">:</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> ¡ya voy!</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> había llegado el cartero con la correspondencia informándole que su tío había fallecido, sin ningún otro pariente cercano el tendría el honor de heredar sus pertenencias.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Llegado el día se puso en viaje a la que sería ahora su nueva casa, contento, ya no tendría que pagar alquileres cada mes.<o:p></o:p></span></div><div align="center" class="separator" style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-kfCsPD4xFRo/TicoClZAKyI/AAAAAAAAA_Y/pKVlLjswMIk/s1600/foto+blog+mansion.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-kfCsPD4xFRo/TicoClZAKyI/AAAAAAAAA_Y/pKVlLjswMIk/s320/foto+blog+mansion.jpg" width="248" /></span></a><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Se puso a recorrer las habitaciones y, sin darse cuenta, se paso toda la tarde</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> en un momento se dirigió al sótano solo ahí le faltaba</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> hurgando había encontrado varias cosas interesantes, entre ellas un cuadro, era un retrato de su tío que le llamo mucho la atención, estaba muy escondido, pero con una mirada que le atajó desde el primer momento. Le sacó un poco las telarañas y lo despolvó y ya un poco cansado, lo colocó en una mesa que ahí mismo se situaba.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Decidió irse a dormir, ya que el sueño le surgía y ya conciliado hace no más de cinco minutos, su cuerpo comenzó a temblar, a transpirar, a delirar entre sueños, como si quería despertarse y no poder</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> sólo se le presentaba aquella mirada</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">:</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> la del cuadro aquél.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">A la mañana siguiente despertó un tanto atormentado, como si no hubiese descansado, pues se sentía agotado, pensó que el día de ayer había sido muy largo. Tomó una breve ducha, un ligero desayuno y ya no tenías ganas de dar esos paseos en bicicleta como le gustaba tanto en las mañanas, sólo quiso quedarse todo el día en la casa reacomodándola</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> una de las primeras cosas que hizo fue colgar el cuadro justo arriba en la cabecera de su cama. Pasada una semana y los sueños le sucedían una y otra vez, la mirada del cuadro se hacía penetrante, inquisitiva y algo siniestra. Su aspecto había cambiado, se había vuelto un poco ermitaño y quejoso, sentía como si los días eran uno y no trascurrían, sólo un veneno por sus venas, un sabor a maldad, una posesión en su cuerpo que desfiguraba su alma</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> una tremenda fuerza que lo absorbía cada vez más</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Después de un mes un amigo de Alfonso decidió ir a visitarlo, ya que no tenía noticias de él. Tocó la puerta, pero nadie salió, así que decidió entrar por sí mismo llamándolo</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">:</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> ¡Alfonso!, pero nadie le contestaba</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> escuchó algo, desde la habitación una voz frágil y que se quebraba, así que llegó hasta allí y con una sed inexplicable de maldad Alfonso lo tomó por detrás, degollándolo en el acto.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">El cuadro sigue en su mismo lugar, pero sus siniestros ojos parecen recobrar vida día a día y Alfonso continúa en la casa con una posesión inexplicable derramando sangre de cuanta persona cruce su puerta</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span></span><span class="Apple-style-span" style="clear: left; color: #ead1dc; display: inline !important; font-family: Verdana, sans-serif; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"></span></div></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-52564734959436633092011-07-22T21:32:00.011-05:002011-07-29T07:38:15.502-05:00El Escondite<div class="MsoNormal" style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: 12.0pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Lucida Bright', serif; font-size: x-small;"></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Lucida Bright', serif; font-size: x-small;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-toybR5JHVTI/TioviE8NOlI/AAAAAAAAA_c/trktL0HEKnA/s1600/cementerio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="http://4.bp.blogspot.com/-toybR5JHVTI/TioviE8NOlI/AAAAAAAAA_c/trktL0HEKnA/s400/cementerio.jpg" width="400" /></a></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px; line-height: 20px;">Tengo miedo. No quería venir aquí pero al final me han convencido. Pero no quería… Ir al cementerio no está dentro de mi idea de una noche divertida. Además sólo tengo once años, ya tendré tiempo de ir al cementerio cuando me muera. El cementerio de mi pueblo queda además en las afueras, tardaría más de 10 minutos en volver a casa corriendo si pasara algo. ¿Qué? ¿Qué puede pasar? ¡Yo que sé!.</span></div><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: x-small;"> </span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: x-small;"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">A Juan se le ocurrió la absurda idea de ir a jugar al cementerio. A “El Escondite”, nada menos. Es el más valiente de nosotros tres, dice que esto para él no es nada. Puede que no para él, pero para mí sí lo es, es algo, algo que me aterra. No es que Luis sea muy valiente, pero no quiso echarse atrás, quizá por vergüenza. Aún así, Luis es más valiente que yo.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: x-small;"><span style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Bueno, ha llegado la hora de echarnos a suertes quién se la queda. </span></span><span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;">-Lo decidiremos a modo de “piedra, papel o tijera”.- dice Juan. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;">Es algo razonable, lo único que puede haber de razonable estando en un cementerio a la una y media de la mañana para jugar al escondite, todo es una locura, pero es razonable sortear quién se la queda jugándonoslo a piedra, papel o tijera.</span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print';"> </span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Hay una probabilidad entre tres de que me la quede yo, espero tener suerte, no sería justo ser el que más miedo tiene y quedármela yo. Bien vamos allá. Tres, dos, uno…</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;">Yo he sacado una piedra y Juan y Luis un papel, está claro, he perdido y a la primera. Me están entrando ganas de gritar, tengo que aguantarme, mi respiración se acelera.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px; line-height: 20px;">Me han dicho que cuente hasta cincuenta en el ciprés que hay cerca de la entrada y que luego los busque, sólo eso, casi nada. Estoy ya de espaldas a ellos junto al ciprés, ya han comenzado a esconderse, no me ven ni me oyen, ya no aguanto más. Me he puesto a llorar en voz baja, ¿qué demonios hago aquí? ¿Cómo me dejé convencer?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print';"> </span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><div style="font-size: small;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Bien, ya ha pasado un rato, me he limpiado las lágrimas con la manga y ya no se me nota que he llorado (creo). El cementerio es muy grande, yo en cambio soy muy pequeño. Estoy mirando desde el ciprés y no veo nada, tampoco oigo nada, no están por aquí cerca, seguro que se han escondido en lo más profundo. Un momento ¿y si oigo o veo algo y no son ni Juan ni Luis? Creo que me moriría aquí mismo.</span></span></div><div style="font-size: small;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;"><br />
</span></div><div style="font-size: small;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;">Me cuesta empezar a andar, todo mi miedo se ha concentrado en mis pies, los siento muy raros. No estoy seguro, pero creo que me costaría hablar. Bien, empecemos, hay mucho sitio por dónde buscar. El cementerio tiene forma de rectángulo (más o menos), yo estoy en uno de los extremos, enfrente de mí hay tumbas individuales pulcramente organizadas formando lo que podría llamarse calles. Más adelante (hacia la mitad del rectángulo) está todo ocupado por criptas y tumbas individuales (pero éstas más grandes y sofisticadas que las otras), creo que esto ocupa más de tres campos de fútbol grandes en total.</span></div></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Empiezo a andar, no oigo ni veo nada anormal. Intento no hacer ruido para que mis pisadas no corrompan el silencio del cementerio, como si al hacer ruido estuviera molestando a los muertos en su eterno descanso. Parecían estar diciéndome que si yo les molestaba, ellos también podrían molestarme, ¡vaya que sí podrían! Muy despacio empiezo a mirar por la primera calle todos los nichos vacíos en los que puedan estar Juan y Luis (ya tendrán tiempo de estar en ellos en el futuro, todo el tiempo del mundo), para encontrarlos de una vez, ir corriendo hasta el ciprés y terminar el juego. Sería fantástico encontrarlos a la primera.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">En la primera calle no están, sólo hay gente muerta. Qué tranquilo está todo, no, tranquilo no es la palabra, está muerto, todo está muerto, exceptuándonos a mí, a Juan y a Luis. Tres almas vivas en la casa de cadáveres. Miraré ahora en la segunda calle, un momento ¿qué es eso? ¡Ah! sí, es la tumba de mi abuelo, estuve aquí hace unos años, cuando murió. DAVID LÓPEZ ESTERUELAS 1910-1998. Era mi abuelo paterno, a mí me pusieron su mismo nombre, me llamo David López Blanco, es un nombre muy parecido al de mi abuelo. Cuando yo muera (dentro de 100 años más o menos) mi nombre estará escrito en una tumba como esta, ni mejor ni peor, la gente que pase por ella, ya sea para llorarme o para jugar al escondite, podrá leer en ella mi nombre. A mí no me importará porque estaré muerto.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Continúo mi ronda, empiezo a estar más relajado, no sé por qué, pero tengo un mal presentimiento.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;">-¡Nos has despertado!- dice una voz. </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"></span></span><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px;">No, no puedo respirar, por qué me pasa a mí esto, ¡mierda!. Oigo una risa estentórea de Juan, ¡qué hijo de puta!, se me acaba de pasar el susto, no del todo, pero se me pasa. Les estoy oyendo correr, no hay duda de que van hacia el otro extremo del cementerio, bien, esto quiere decir que no voy a tener que mirar más calles, se han ido hacia los mortuorios, se habrán escondido detrás de una gran cruz u otra figura similar. No tengo prisa, que se escondan lo mejor que puedan, en cuanto les vea, nos iremos a casa, les guste o no.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px; line-height: 20px;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px; line-height: 20px;">El mármol blanco de las tumbas hace un feo contraste con lo negro de la noche, no es una visión muy agradable. He visto muchas películas de terror y no hay cosa que me dé más miedo que la visión del blanco de las tumbas con el negro de la noche. Bueno, de lo malo, malo, parece que mi sensación de pánico se está disipando (poco a poco, claro), ya no siento ganas de gritar ni de llorar, pero sigo estando algo asustado.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 13px; line-height: 20px;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Al fin y al cabo, esta no es la peor situación en la que me he visto. El año pasado, una vez jugando por la noche a tocar timbres y escapar, el señor Daniel (nuestro borrachín local), que tiene ya cerca de setenta años, nos sorprendió “in fraganti”, porque dio la casualidad de que estaba en la puerta a punto de salir para ir al bar y comenzó a pegarnos con su bastón sin ninguna intención de hacer sólo la finta porque fuésemos unos niños. A mí no me atrapó, pero a Luis le dio un fuerte golpe en la cabeza que le hizo un chichón bastante grande y le hizo sangrar. No les dijimos nada a nuestros padres por miedo a que nos castigaran y, además, a Luis aquello le sirvió para jactarse entre todos los niños de haber recibido un fuerte golpe y no atemorizarse por ello, ya que seguimos yendo a tocar timbres a la semana siguiente. Luis el valiente.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">La noche se está despejando, la luna (cuarto menguante) brilla en el cielo ahora sin nubes, sí, pensándolo mejor, nunca tuve tanto miedo como cuando el señor Daniel casi nos muele a golpes con su bastón. Pero como era (bueno es) sólo un viejo borrachín, pudimos escapar sin problemas. Hoy sólo es un día más de diversión, Hasta me estoy empezando a encontrar medianamente a gusto aquí en el cementerio. Dicen que en la ciudad de los ciegos el tuerto es el rey, pues bien, en la ciudad de los muertos el vivo (ósea yo) debo ser el rey también.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Estoy vivo y nada tengo que temer de los que no lo están, soy el rey de la ciudad (bueno, Luis y Juan también) aquí y ahora. Miro mi reloj luminoso, son las dos de la mañana. Bien, encontraré a ese par de estúpidos y nos iremos a casa que ya se está haciendo tarde. Oigo voces, no me asustarán, esta vez les he reconocido a la primera. Luis ha dicho algo en voz alta, luego los dos han gritado bastante fuerte, como si se asustaran de algo; un golpe de algo pesado cayendo al suelo y luego silencio. Me han dado una pista de donde están, sólo he de seguir el ruido.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">¡Qué cabrones!, han ido a esconderse detrás de la última cripta. El brazo derecho y parte del torso de Juan (creo) se asoma detrás de la cripta más alejada. Además los muy idiotas se han ido a esconder detrás de una cripta de las que no tienen ninguna figura, qué idiotas, con las estatuas y cruces tan grandes que tienen la mayoría. Bueno, la mayoría no, esa es la única que no tiene figura. Los pobrecillos han sido bastante tontos (en la ciudad de los tontos el normal es el rey), ahora Luis (creo) asoma su mano por el otro lado del mortuorio, encima la mueve bruscamente para que yo lo vea mejor. Estoy a veinte metros de ellos y ya hasta los oigo gritar y jadear como locos en un manicomio. ¡Ya está!<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Ahora mismo vuelvo al ciprés y daré por ellos como que les he descubierto. Si me acerco demasiado pueden echarse a correr y ser más rápidos que yo, de hecho si ahora mismo se pusieran a correr quizá me alcanzarían. No, no quieren correr parece, peor para ellos, volveré andando en un apacible paseo, sin prisas, ni miedo, ¡Soy el rey de la ciudad!<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Puede que siga siendo un miedoso al lado de Juan y, sobre todo, de Luis, pero ya no me dan miedo los cementerios, desde hoy. Me siento poderoso, no sé, es muy raro. Bien, ya estoy en el ciprés.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">-¡UN, DOS, TRES POR JUAN Y LUIS!<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Espero, parece que no quieren venir. Está claro, quieren que vuelva y darme un buen susto. Darle un susto a David el miedoso. Lo admito, tiemblo de pánico en verano cuando vamos a nadar al río o a la piscina municipal, no creo que aprenda a nadar nunca, pero he aprendido a “nadar” en los cementerios, no hay duda.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">¡Ese par de imbéciles! Siguen ahí detrás del mortuorio sin figura ¿Serán tan tontos de creer que no les veo? Al menos el que parece Luis ha tenido la decencia de dejar de agitar la mano, pero aún así le sigo viendo, ¿Es que no se da cuenta? Estoy a cinco metros de ellos y aún no les oigo decir nada, los muy idiotas son capaces de haberse quedado dormidos.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">¡Oh! ¡DIOS MIO! Había una razón para que no se movieran… Una especie de santo (la figura que debía de llevar el mortuorio) se ha caído encima de Juan y Luis. Por eso Luis movía la mano bruscamente y aquellos jadeos. Cuando los encontré estaban agonizando, ambos tienen aplastadas las cabezas, ¡esto no puede estar pasando!.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Me tranquilizaré, ahora voy a dar media vuelta y me iré despacio, por donde he venido, ha pasado algo terrible, pero al menos yo estoy bien. En una cripta cercana hay una estatua de un santo que tiene algo raro ¿Qué es? ¡Ah!, Juan le ha puesto su gorra en la cabeza jugando antes (cuando estaba vivo), quizá quince minutos antes respiraba, antes de… bueno, de eso.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">No pasa nada, me iré a casa y contaré todo; me he quedado sin mis mejores amigos, pero estoy vivo. No podré estar sin desquiciarme por completo durante mucho tiempo, pero aguantaré hasta llegar a casa, sí, aguantaré. Pero no pueden ver los adultos, cuando lleguen, esa gorra ahí encima de la cabeza de San lo que sea. Un momento y listo. Subo con cuidado a la tapa del mortuorio, me agarro a san lo que sea, bien… un rato mas… ¡OHHH, NOOOOOO! La estatua se mueve, yo me caigo con ella, ¡PUTA MADRE!<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">Apenas consigo ver nada en la noche, estoy tumbado boca arriba. La estatua de este hijo de puta (ya no tiene para mí consideración de santo) me ha caído encima. Aunque no lo veo, siento que mi caja torácica ha encogido claramente y siento una agonía de dolor en cada latido de mi corazón. Si ahora mismo viniera alguien aquí creo que me podría salvar. Aún tengo posibilidades, yo no voy a acabar como Juan y Luis. Pronto amanecerá y vendrá alguien, no tengo de qué preocuparme. Yo no voy a acabar como ellos, no, ¡yo no!.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="color: #ead1dc; font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;">- Aquí los reyes somos nosotros ¿qué te creías?<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: small; line-height: 15pt; margin-bottom: 12pt; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Segoe Print';"><span style="font-family: 'Segoe Print'; font-size: 10pt;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">¿Qué es esa voz? Debe ser una alucinación. Los muertos no hablan. Qué raro, me está entrando sueño... normal, hace rato que debiera estar en la cama. Seguro que me despertaré en el hospital y los médicos ya me habrán curado, todo habrá quedado en un susto. Qué sueño, un poco que duerma no me hará mal, me ayudará a ahorrar energía, así aguantare más tiempo. Pero seguro que no tardan mucho en encontrarme. Qué sueño. Qué sueño, tengo mucho sueño…<o:p></o:p></span></span></span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-62904740034452828812011-07-20T14:09:00.006-05:002011-07-20T21:44:50.265-05:00La Sorpresa...<div style="line-height: 20px; margin-bottom: 1em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: right;"><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Esa noche llegué temprano a casa, el trabajo no estuvo pesado ese día y pude regresar temprano. En mi mente la idea de llegar y encontrarlo despierto me enloquecía de dicha, planeaba en mi cabeza, inocente de lo que ocurriría, una noche romántica con el vino que acababa de comprar y placer</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> pensaba ingenuamente que con eso llenaría los vacíos que dejaba el trabajo entre nosotros dos.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">La lluvia caía cada vez más duro, como anunciándome la tragedia, pero no la quise oír, hacía mucho tiempo que había dejado de oír la lluvia, las flores, el aire, hacía tiempo que no vivía, era un zombie producto de una sociedad consumista que cada vez se hundía más en su propia miseria y rutina</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">:</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> números, café, números y más café, fin de mes, un sueldo que apenas cubría mis necesidades y la certeza de que el mes entrante sería igual. Al principio me fue difícil adaptarme a una rutina tan horrenda, durante mi adolescencia siempre critiqué a las personas robot, así solía llamarlas</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> ahora me había convertido justo en eso que tanto odiaba y criticaba.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Mi único escape a esa vida sin dirección, y a la vez con metas firmemente trazadas, era él. Lo conocí en un parque, fue tan hermoso ese día, ¿cómo olvidarlo? Él estaba allí sentado, con su guitarra y su voz mágica haciendo un poco más llevadera con sus canciones la vida de personas infelices como yo, mi meta de ese día era clara</span><span style="font-family: FangSong; font-size: 11pt;">:</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> el suicidio que siempre estaba entre mis planes</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: FangSong; font-size: 11pt;"> </span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">él quizá vio mi rostro y entendió que quería abandonar la vida, justo cuando pasé a su lado me sonrió y detuvo la canción, me invitó a sentarme junto a él y acompañarlo, pero ni siquiera me percaté de lo que me dijo, seguí caminando, como una mujer que se abandona a sí misma, porque después de todo eso era yo</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> Pero él se paró y corrió hacia mí, me tomó de la mano y me detuvo, en su mano izquierda llevaba la guitarra, cuando alcé la vista y vi su rostro entendí que era con él, con su sonrisa y su cabello largo y despeinado que quería levantarme todos los días del resto de mi existencia, existencia que, de no haber sido por él, no hubiese querido tener más.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Ahora ya llevaba años a su lado, lo amaba tanto, el tiempo ya había hecho estragos en nuestros espíritus y nuestros cuerpos, pero aún así seguíamos juntos, la rutina se había apoderado de mí y ya no lo hacía feliz.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Por eso quería sorprenderlo una lluviosa noche de lunes. Caminé desde el trabajo hasta la casa, la lluvia me besaba con fuerza. Llegué a casa por fin, toqué, pero nadie abrió, busqué entre mi bolso las llaves y abrí la puerta, al entrar oí gemidos, al principio me aturdí, pero luego de un rato descubrí que eran de una mujer y que provenían del segundo piso, despacio subí las escaleras y la puerta de mi cuarto, de nuestro cuarto, estaba medio abierta, pude distinguir la espalda de una mujer que se asomaba por las sábanas blancas, sábanas que yo había puesto el día anterior.</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><o:p></o:p></span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><br />
</span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">La mujer seguía gimiendo y retorciéndose sobre los miembros del hombre que un día me dio una razón para vivir y ahora me daba otra para morir. Las manos de él le acariciaban la espalda a esa linda mujer que ahora lo hacía sentir hombre, en la cama donde yo algún día también lo hice. No soporté más la escena, retrocedí unos pasos y llamé la razón, no sabía si entrar y descubrirlos de nuevo, poder gritarle a él el dolor que sentía, el odio que me invadía y se apoderaba de mí por completo o simplemente irme, desaparecer de su vida, así como desaparecí de la mía hacía ya tiempo. En un intento desesperado por calmarme me tapé la boca para evitar que oyeran mis sollozos, las lágrimas brotaban de mis ojos a goterones, como la lluvia del cielo, que hacía sólo unos instantes me había avisado la tragedia y no había querido escuchar.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Duré no más de dos minutos atragantándome con mi propio llanto y mi dolor, dolor que sólo yo comprendía</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> me sentía menos mujer, después de todo buscó en brazos de otra el placer que quizás yo no le brindé, la belleza que yo había perdido hacía tiempo.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Mientras pensaba, la mujer no paraba de gemir y luego empecé a oír su voz, él también gemía, gritaban de placer y yo sólo me limitaba a oír, ella lo hacía dueño de todas sus fantasías sexuales diciéndole cosas que quisiera nunca haber escuchado.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-jyadR8tU0a4/TicnUz3D1cI/AAAAAAAAA_U/HbZDlwTShYk/s1600/girlsmoking50.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://3.bp.blogspot.com/-jyadR8tU0a4/TicnUz3D1cI/AAAAAAAAA_U/HbZDlwTShYk/s400/girlsmoking50.jpg" width="264" /></a><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Luego de un rato tirada en el piso, sentí de nuevo el llamado de la vida, olí flores frescas y bajé las escaleras, suavemente fui hasta la cocina, abrí el refrigerador y saqué una cerveza, encendí un cigarrillo mientras mis lágrimas, al igual que los gemidos de la mujer de arriba, cesaban. Puedo decir con certeza que hacía años no disfrutaba tanto de una cerveza y un cigarrillo, el olor a vida me llamaba, terminé mi cerveza, encendí otro cigarro, ya sabía qué tenía que hacer, el cuchillo que reposaba en la mesa pasó a mi mano y el aroma a flores frescas lo percibía cada vez más cerca</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> ¡ah! cómo extrañaba yo los días en que olía flores junto a mi guitarra y buscaba mariposas posadas en los arbustos, extrañaba los días en que oía los cantos del viento y la risa del agua, extrañaba los días en que</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> vivía</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Subí de nuevo las escaleras, no me importó esta vez hacer ruido, abrí completamente la puerta y los ví allí. Estaban abrazados como dos seres que se aman, abrazados como un día yo lo abracé a él. El ruido de la puerta al abrirse los hizo percatarse de mi presencia. Recuerdo muy bien su expresión de sorpresa, me vio a los ojos, pero le parecieron muy feos y bajó la mirada</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> y ella, ella sólo trataba de vestirse torpemente.<o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">No me dijo nada, no había nada que pudiera decirme</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> mientras yo sólo pensaba a cuál de los dos asesinar primero. Me decidí por ella, finalmente fue más el hecho de que fuera joven y bella lo que más me hería, así que tomándola por el cabello introduje el cuchillo en su vientre tantas veces como me fue posible, la sangre no se hizo esperar y el olor a flores frescas invadía mi olfato, podía oír el canto de la lluvia al caer sobre el tejado</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">;</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"> terminé con ella y caminé hacía él, que permanecía inmóvil, no creo que me creyera capaz de cometer algo como lo que acababa de hacer, lo tomé también por el cabello, pero él de un golpe se soltó y me empujó, recuerdo tanto su expresión de desconcierto y sorpresa, caí al piso levantándome casi inmediatamente y arremetiendo de nuevo contra él, contra su pecho, contra su rostro, contra sus ojos y su sonrisa, clavé el cuchillo en su carne mientras me empecé a divagar con una guitarra en el patio de mi casa uniendo acordes y creando lindas melodías, a mi lado, en un jardín de flores humedecidas por el rocío y el viento levantando mi cabello y haciéndome soñar, las mariposas jugueteando a mis espaldas y una sensación de tranquilidad y paz. No estoy segura de cuánto tiempo duré en letargo, sólo sé que fue el suficiente para sentirme viva otra vez</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;"><o:p></o:p></span></span></div><div style="line-height: 15.0pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Batang, serif; font-size: 11pt;">Todavía tengo su sonrisa guardada en el alma y su sangre seca en mi rostro. Ahora puedo decir que logré mi objetivo, finalmente lo pude sorprender aquella noche de lunes</span><span style="font-family: 'Segoe UI', sans-serif; font-size: 11pt;">…</span></span></div><span class="Apple-style-span" style="color: #444444; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Por: Andrei Garlarza</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-25033588326482262952011-07-05T13:38:00.009-05:002011-07-06T15:41:07.900-05:00Miedo enRED@do<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 2px; -webkit-border-vertical-spacing: 2px;"></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-nsY6NXK1KmI/ThNZIDwg69I/AAAAAAAAA_Q/S9r6ugXHD90/s1600/blog.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="257" src="http://4.bp.blogspot.com/-nsY6NXK1KmI/ThNZIDwg69I/AAAAAAAAA_Q/S9r6ugXHD90/s320/blog.jpg" width="320" /></a></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Has hablado alguna vez con gente muerta? Yo solía ser un hombre incrédulo, racional en toda circunstancia. Solía hacer chistes con los muertos, con mis muertos, tomar a broma los relatos de apariciones, conjuros y todo lo relacionado a espíritus. Ahora ya no puedo.</span><o:p></o:p></span></span></div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> </span><br />
<div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Es maravilloso el avance de la tecnología. La primera vez que me invitaron a una página social no sabía por dónde empezar, con tanta información. Subí mi foto, llené mi perfil y, sin mentir, me dediqué a adornar tanto como pude mi solitaria vida. Ya que tenía algo de práctica y después de aceptar a algunos contactos como mis amigos, me aficioné a visitar páginas de antiguos conocidos, con lo que me entretuve y me asombré de todo lo que puede contar una foto o un detalle de las personas, más allá de lo que afirman sobre su vida. Ya no vivo en mi ciudad natal, y había perdido contacto con muchas personas, incluso de mi familia, así que en mi búsqueda me reencontré con algunos de ellos.</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Me sentí nostálgico cuando revisé perfiles de antiguos compañeros de escuela o de trabajo, me alegré por algunos y compadecí por otros; me reí pensando que unos no cambian, me impactó ver como otros han cambiado demasiado, ojala en todos los casos para bien. Mi curiosidad me llevó a buscar a mis ex novias o chicas con las que salí y no sabía nada de su vida. En algunos casos la información era pública y sórdidamente me divertí un rato, mientras que en otros me quedé con las ganas de saber si salían con alguien, tenían hijos o se habían puesto gordas.<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Es curioso ver las fotos que publican, algunos para presumir cómo viven o viajan, otros sólo para compartir cosas importantes de su familia. Algunos ponen 25 fotos de la misma escena, y tienen colección de todos los acontecimientos, aunque sean cotidianos. Las fotos principales, que van junto al nombre, también revelan aspectos importantes: los hay quienes están solos, en primer plano, al fondo en un bello paisaje, acompañados de su pareja, solo con sus hijos, o todos juntos. A veces aparecen sólo sus hijos, un dibujo o un logo. Y algunos, extrañamente, no ponen una foto jamás. Así que ese archivo, esa vida virtual, se convierte en un reflejo de la propia vida. En casi todos los casos, porque los muertos no pueden narrar lo que piensan o sienten. O eso era lo que yo creía. Solía revisar mi página unas cuatro veces por semana, aunque al principio, con la novedad, pase algunas semanas haciéndolo a diario, incluso dos o tres veces al día. <o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Un día, se me ocurrió una broma macabra para el día de halloween: abrir una cuenta con el único compañero de generación fallecido; enviaría mensajes al resto de la generación y conseguiría polémica, susto entre ellos y, para mí, mucha diversión. No sé realmente por qué pensé que sería divertido. No sé por qué pensé en Horacio, ya que era un buen tipo, moderadamente bien parecido y popular, aunque nunca fuimos muy cercanos. Supongo que por esa razón, nunca conectarían que yo pudiera administrar esa cuenta falsa. Éramos compañeros de salón, algunos años en la pequeña ciudad a la que pertenezco, hasta que él se había mudado a otra ciudad y yo a la capital del país. Un día, de forma extraña, hace unos 11 años ya, recibí una llamada en mi trabajo. Era Horacio, interesado en hacerme unas preguntas porque sabía que yo vivía en la capital, y pensaba visitarla. En el anuario consiguió el teléfono de la casa de mis padres, mi madre le había dado mi nuevo número. <o:p></o:p></span></span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">No me dio muchos detalles, sólo dijo que andaba tras una muchacha por aquí y que necesitaba los datos de un hotel cercano a su casa y económico. Se los di, junto con el número del apartamento donde yo vivía. Pasaron algunos días y una noche, mientras bebía una cerveza frente al televisor, sonó el teléfono. Era Horacio, se oía abatido y triste. Me agradeció los datos del hotel, que le había resultado cómodo y me contó que las cosas no habían salido bien, que había visto y salido con la mujer a la que pretendía, pero que ella lo había rechazado, al parecer tenía un novio. Entonces intenté consolarlo, compadecido de que se encontraba solo en una ciudad grande y recurriendo a alguien relativamente extraño. Así que lo invité al apartamento, a charlar y beber, pero rechazó la invitación. Si me informó cuando regresaría a su ciudad no lo recuerdo.<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Pocas semanas después, experimenté una dolorosa sensación: me había enterado de la muerte de Horacio, que fue en su departamento, en circunstancias extrañas, de las que realmente nadie sabe, ya que circularon varias versiones: un asalto, un accidente casero… todo en medio de sangre. El cadáver lo encontró su hermano, que fue en su búsqueda después de algunos días de no contestar sus llamadas. Eso debió ser perturbador, porque regresó a vivir con sus padres después de aquello. Mi madre me informó la tragedia cuando lo leyó en el periódico local, al recordar que le había llamado preguntando por mí.<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Llevé a cabo mi plan: Abrí la cuenta después de averiguar algunos detalles como fecha de nacimiento. Pasé algunas horas aquel viernes enviando mensajes de contacto a cada uno de los compañeros de la escuela, siguiendo una lista que previamente elaboré para evitar olvidar alguno, empezando por sus amigos cercanos o quienes aparecían frecuentemente en algunas fotos viejas que había conseguido. Claro que no me olvidé de las chicas que se rumoraba le gustaban o había salido con ellas. Me tardé bastante y aún con lo cansado que estaba después del trabajo, complete la lista y oprimí "enviar".<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pero sin conocer las reacciones de todos esos contactos, me llegó el primer mensaje. Fue a la mañana siguiente de enviarlos, movido por la curiosidad, ingresé a mi cuenta con la idea de leer mensajes de pánico o de indignación (más respeto a los fallecidos) y tenía un mensaje en la bandeja de entrada. Remitente: Horacio Cárdenas. Me temblaron las piernas y una oleada eléctrica me recorrió la espalda. ¿Alguien me estaría devolviendo la broma? Nadie conocía mi intención de hacerla ni la palabra clave de ingreso a la cuenta. Al leer el mensaje reconocí a su autor: Horacio. –Hola- recitaba el saludo, -desde mi visita a tu ciudad mi vida se complicó, hasta terminar, ahora estoy en un lugar extraño y he encontrado la forma de conectarme contigo, espero me ayudes-. Esa fue la primera pista, nadie, </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">—</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">ni mi madre</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">—</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> sólo la mujer que visitó y yo, sabíamos que había estado aquí.</span><o:p></o:p></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Fueron los dos días más angustiantes de mi vida. El fin de semana más espantoso. Cerré de golpe la computadora y me salí del departamento. Caminé nerviosamente por la calle y me detuve a comprar un café. Todavía era muy temprano, había poca gente y yo me sentía asustado y perseguido. Volví como a la media hora, intentando convencerme que haber dormido poco me había afectado. Abrí la computadora y entonces leí: -No te asustes, compañero, que lo que hayas oído de los espíritus malos no aplica en mi caso, te perdono la broma, pero en serio necesito tu ayuda. P.D.: ¿Te gustó tu café?<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Poco a poco el espacio público se fue llenando de los esperados mensajes, de casi todos los que había contactado, excepto yo. Mandaría alguno o sospecharían. Me fue difícil porque me temblaban tanto los dedos que escribir se hacía casi imposible. -Necesito que mi familia sepa porqué morí- Me pedía en su siguiente mensaje. Yo daba vueltas de un lado a otro, no tenía hambre o sueño y casi me da un infarto cuando sonó el teléfono. A pesar de que era un insistente vendedor de seguros, agradecí su llamada y la atendí como una forma de sentirme acompañado o auxiliado por alguien.<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Por fin me decidí a responder los mensajes, cuando comprobé que sólo a mí me habían llegado. –¿Qué quieres que haga? Si puedo, te ayudaré, pero antes dime: ¿que fui a hacer a tu casa el segundo año que compartimos juntos?- Intenté autentificar que fuera él, haciéndole una pregunta difícil de recordar para él o de saber para alguien más. –Un trabajo de maquetas- escribió, -lo recuerdo porque manchaste mi silla favorita mientras comentabas que te gustaba mi colección de cochecitos, sobre todo el cavalier sedán 1953-. Increíble la precisión de la respuesta, así que me convencí.- Te contaré la verdad de mi muerte y te encargarás de que la sepan, y cuando mueras notarás de algún modo que habré agradecido lo que haces por mí-. Pensé que era mejor que no me agradeciera de ningún modo ni que mencionara mi muerte como un evento cercano, a pesar de saber que era un evento inevitable. -Después de estar aquí en tu ciudad y ver a la mujer de la que estaba enamorado, regresé a la mía, profundamente triste. Ella me rechazó, de una forma cruel después de haberme dado esperanzas, de recibir regalos y atenciones de mi parte y de pedirme que la fuera a buscar. No sabía porque lo hizo, hasta el día en que morí. Tenía lágrimas en los ojos la última vez que nos vimos, pero pensé que eran fingidas, pensé que realmente era una mala persona, pero es un ángel. Pensó en sacrificarse por mí y no supo que alguien terminó sacrificándome.-</span></span></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">De repente mi miedo se confundió con mi curiosidad, con las ganas de resarcir no haberlo escuchado aquel día que me llamó afligido y que ahora podía compensar… ¿informando a la familia lo sucedido? Me creerían o peor aún: ¿Me culparían de alguna forma? -Aquella noche en la que morí, abrí la puerta, saludé a mi visita, y después de ofrecerle alguna bebida, recibí un golpe en la cabeza que me aturdió, con el mismo vaso en donde le había servido un refresco. Sin recuperarme aún, me acusó de pretender a la mujer que él amaba, a la que había amenazado para que me dejara, pero que de cualquier modo sabía que yo seguía presente en su corazón, que mientras viviera no había esperanza de que me olvidara y, peor aún, de que lo amara a él. Así que me asestó tres puñaladas mortales y luego me empujó con fuerza tal que recibí un fuerte golpe en la cabeza. Diles a mi madre y a mi padre que mi asesino lleva mi sangre y vive con ellos. Dile que fue mi hermano quien hundió su cuchillo en mi cuerpo.-</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;"><br />
</span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">Al leer aquello me dio vueltas la cabeza, cómo les diría, no tenía pruebas, me quedaba claro que era una advertencia importante y tenían que saber. Era mi responsabilidad. Pase esa noche revolviéndome en mi cama, y cercano al amanecer me venció el cansancio. Dormité algunas horas y en la mañana me levanté mareado y vomité un poco. Hacia el mediodía comí ligeramente, presionado por las treinta y dos horas que tenía sin comer. En la tarde me decidí y llame a sus padres, pensando que avisaría que iría a visitarlos para darles la noticia en persona. Así que llamé, sin pensar mucho que pasaría si contestaba el hermano, o que pasaría si al llegar allá me toparía con él. Pensé en anunciarme para el siguiente fin de semana, ya que el viaje sería largo. –Bueno-, contestó su madre pausadamente, con un tono que se me figuró tendría después de mucho llanto. -Sra. Cárdenas, habla un amigo de Horacio, ha pasado mucho tiempo y no creo que se acuerde de mí, tengo algo importante que decirle y me gustaría ir a verla, vivo en la capital y quizá haré el viaje la próxima semana, ¿podría recibirme? Lo que tengo que decirle también concierne a su esposo- Me pareció oír un sollozo, y la madre de Horacio me contestó: -Efectivamente no te recuerdo, pero te recibiré. Aunque podría no ser la próxima semana, sino hasta dentro de algunas más y no estará mi esposo ya que lo enterramos el día de ayer-. –Disculpe, ¿Necesita ayuda? ¿Cómo murió?- Pregunté cortadamente –Fue muy extraño, sospechamos de suicidio, aunque tenía un golpe en la cabeza difícil de provocárselo él mismo, pero no te puedo dar detalles, tengo que colgarte, llama después, por mi no te preocupes, estoy con mi hijo menor, que me cuida.- Y cortó la llamada. <o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">El corazón me latía aceleradamente mientras colgaba. La muerte del padre de Horacio sucedía mientras me asignaba mi misión. ¿Era responsable ahora por la suerte de su madre? ¿Debía llamar a la policía? ¿Quién me creería? Irracionalmente pensaba también en algo que me producía más terror: Ver descubierta mi broma en la red y las consecuencias que había traído. Lloré apesadumbradamente sobre mi computadora.<o:p></o:p></span></span></span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="margin-bottom: 0.0001pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="color: #ead1dc;">De repente, de un sobresalto me levanté de mi escritorio, habían pasado algunas horas, pero aún era viernes. El mensaje estaba terminado, la lista de nombres completa, sólo faltaba oprimir "enviar", al parecer me había quedado dormido. No sentí alivio, pero al intentar borrar de mi máquina y de mi mente aquella horrible broma, abrí un mensaje del hermano de Horacio que<span class="Apple-style-span"> decía: -Confío en tu silencio, sé que vives solo-.</span></span></span></span></div></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-30323254861070535582011-06-29T16:06:00.002-05:002011-06-29T16:08:10.841-05:00Despedida<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-0WfbYzVhMX8/TguS9jTH1QI/AAAAAAAAA-s/sEb2MvI_J7I/s1600/pasillo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="296" src="http://3.bp.blogspot.com/-0WfbYzVhMX8/TguS9jTH1QI/AAAAAAAAA-s/sEb2MvI_J7I/s400/pasillo.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: normal;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Parecía ser otro día más en el hospital, llegar muy temprano para pasar visita con los médicos y ver a los pacientes que se encuentran internados en el servicio de Ortopedia Pediátrica.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Como Trabajadora Social mi responsabilidad principal es la de cuidar que todos los familiares tengan pase, realizar algún traslado que se requiera, verificar que cuenten con los materiales necesarios para su cirugía, etc.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ya al mediodía, de ese día viernes, caminé por un pasillo que sirve como entronque de tres rutas posibles: al Hospital de Rehabilitación, al de Ortopedia (que es de donde yo venía) y al Auditorio; de frente pasó junto a mí el Dr. del Toro, un médico, alto, ya entrado en años, de los de más antigüedad en el hospital, canoso, de ojos claros, siempre usando esa agua de colonia que usan los señores grandes y la cual podía uno percibir a un metro de distancia. Me saludó como de costumbre <em>"Buenas tardes, licenciada"</em> y prosiguió su camino rumbo al Auditorio.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El día Lunes siguiente, por la mañana, una colega me preguntó: <em>"¿Supiste que murió el Dr. del Toro?"</em>; me sorprendí como cuando alguien recibe la noticia de cualquier muerte ocurrida en fin de semana (lo cual supuse sin preguntar); pensé sin comentarlo, bueno ya era un señor de edad avanzada, no es rara su muerte, a continuación le pregunté a mi compañera de trabajo: <em>"Oye, ¿Cuando murió el sábado o el domingo?"</em> Volteo a mirarme con ojos de extrañeza y me respondió: <em>"Ninguno de los dos días. Él murió el viernes pasado por la mañana, ¿No escuchaste que se le realizó un homenaje de 'cuerpo presente' en el Auditorio a mediodía, ese mismo viernes?".</em></span><br />
<br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se me erizó la piel de sólo escuchar aquello y entre mis adentros me dije: <em>"PERO YO LO VI A ESA HORA… CAMINANDO AL AUDITORIO"</em> e inmediatamente pensé: <em>"tranquila… debe ser un error, quizá fue el viernes antepasado y yo estoy confundida".</em> Le mencioné a mi compañera: <em>"Adela… creo que lo vi el viernes pasado o el antepasado"</em> y ella me contestó mas extrañada aún:<em> "No lo pudiste ver ni el viernes pasado, ni el antepasado, ni uno antes de ese… Él ya tenía muerte cerebral desde hace dos meses, pues lo operaron de la columna y se complicó en quirófano; estaba hospitalizado en terapia intensiva desde entonces esperando que su cuerpo finalmente muriera ¿Qué no lo sabías?"</em> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sólo atiné a mover la cabeza en actitud negativa y alcancé a decir: <em>"Ahora estoy segura que lo vi el viernes pasado… se despedía de mí antes de dirigirse a su homenaje en el Auditorio".</em></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: right;"><span style="color: #444444; font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Escrita por: Pilar Carmona</span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: #444444; font-family: Trebuchet MS;">Fotografía de: Quim Roses</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-16118898743105827172011-06-28T15:08:00.005-05:002011-06-29T21:55:57.581-05:00La Bañera<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-6Nn1pAuuedo/Tgqzpzu5ZiI/AAAAAAAAA-M/h3DmUY0Fg3U/s1600/shock-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="242" src="http://4.bp.blogspot.com/-6Nn1pAuuedo/Tgqzpzu5ZiI/AAAAAAAAA-M/h3DmUY0Fg3U/s400/shock-2.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Esa noche no podía dormir en mi cuarto, estaba segura que estaba llena de bichos, cucarachas, arañas, moscas, mosquitos… ratones suaves y mojados. Mis pies eran más silenciosos que los besos, pero besar no era algo que tuviera en la cabeza en ese momento.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Mejor dormir en el salón, en el sofá con una manta aunque era incomodo y se le clavaban en la espalda los listones de madera que sujetaban los cojines. Sentía una especie de consuelo dormir de esa forma tan espartana, no era más que un auto-castigo que aliviaba mi alma y me dejaba meterme en mis sueños.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Me despertó de pronto un ruido, ruido acompasado <em><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;">glub, glub, glub,</span></em> gotas de agua. ¿Hay goteras en el techo? Encendí la luz y vi que no, allí estaba todo normal. No, no llovía, además, la noche era totalmente tranquila, silenciosa, podía oír el silbido tenue de la electricidad estática de la tela del sofá en mis oídos. Entonces me di cuenta que eran gotas de agua que se oían en el baño.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">¿Hay alguien ahí?, pregunté con una voz poco creíble. Después de decirlo me sentí un poco tonta. No hay nadie, no puede haber nadie, estoy sola en casa. Nadie va a volver. Me levanté a cerrar el grifo para que dejara de molestarme. Entre en el cuarto de baño y encendí la luz, vi que toda mi ropa estaba tirada en la bañera y yo la había dejado colgada en la percha. Estaba toda mojada, los calcetines, la camiseta, ropa interior y todo se había vuelto de un solo color, rojo como la sangre, rojo como los pantalones. Distinguí también algo marrón, grande que se movía y que en ese momento no conseguía identificar. Era un bicho. Al fin supe lo que era, una rata enorme, inmensa, peluda y fea que me miraba con cara de pocos amigos o mejor dicho, con furia.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">No podía subir por el resbaladizo y pendiente esmalte de la bañera, no podía saltar porque había demasiada agua y la profundidad no le dejaba encontrar la base para poder impulsarse hacia arriba. Nadaba y nadaba buscando apoyo emitiendo débiles sonidos. Pero ¿y si al final podía saltar?, dicen que las ratas son muy listas… ¿y si me salta a la cara?, seguro que puede, ¿si me salta a la cara?</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Lo primero que se me ocurrió fue tomar una toalla y arremetí contra ella con todas mis fuerzas, la toalla se deslizo por el agua y volvió a subir, repetí esto varias veces pero la rata seguía nadando dentro de la bañera intentando salir de allí dando saltos cada vez más altos. La toalla cada vez pesaba más y más me costaba dominarla por que estaba empapada de agua que se salpicaba por todo el baño.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Necesito otra cosa, algo. Me decía a mí misma. Fui a la cocina y allí encontré la escoba. Volví al baño y cuando llegue vi que la rata de un salto conseguía salir de allí, corría por el suelo hacia donde yo estaba. Me defendí con el palo de la escoba pero aún así no pude evitar su ataque, me clavo sus dientes en la pierna. Empezó a salir sangre, y seguía mordiendo mientras yo intentaba defenderme con la escoba y la rata cada vez era más y más grande.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Por fin la rata se dio cuenta que yo ya estaba muerta, había muerto hacia algún tiempo. Solo quedaba el esqueleto. La rata se fue no sé dónde, la vi salir por la puerta de la terraza, supongo que iría a buscar a otras víctimas.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Yo me sentí tranquila, me serví un café negro, cargado y me lo bebí lentamente. Pensé en telefonear a alguien para contar lo que me había pasado, pero no lo hice. Era tarde para hacerlo, las tres de la madrugada, buena hora para salir a tomarse una copa, pero ¿a dónde iba yo con estas fachas? Sólo huesos, toda la ropa me quedaba grande, parecía prestada, poco favorecedora.</span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: #444444; font-family: Verdana;">Por Chispa</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-4002504181108473312011-06-22T17:25:00.000-05:002011-06-22T17:27:08.657-05:00Alguno debía morir...<div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Habíamos perdido todo lo que alimenta a una relación, y me refiero a alimentarla saludablemente.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">La ausencia de cariño, de eventual ternura, de simple apego embebido o no de afecto; eran muestras fidedignas de que la amistad y el amor habían desaparecido por completo. A esa altura de los acontecimientos sabía perfectamente que nada tenía solución, ni tan siquiera una separación ya que su personalidad de ofidio-arpío me destruiría a diario por el resto de mi vida.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Ecos del vulgo azuzaron mis recuerdos, fugaz y convincentemente invertí el mensaje con el esperanzador resultado: "Nada tiene solución a no ser que mueras". Así fue como esa noche decidí que sería su última cena.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Mi falta de determinación hizo que además del veneno, también haya conseguido antídoto. Fue muy fácil, no tanto como asumir mi indecisión ¿o se trataba de miedo?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">La suspicacia de él se reveló de inmediato cuando le propuse encargar la cena. Algo especial. Argumenté confusa y estúpida que deseaba una velada tranquila para hablar despojados de odios, noche sin afrentas, apuntando a ganarnos mutuamente moléculas de confianza.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-WZVgwKl4bq4/TgJpxmty8XI/AAAAAAAAA9s/P3Xx10xWT1E/s1600/copa+derramada.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="http://1.bp.blogspot.com/-WZVgwKl4bq4/TgJpxmty8XI/AAAAAAAAA9s/P3Xx10xWT1E/s320/copa+derramada.jpg" width="320" /></a><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Me sentí más segura y resuelta cuando en medio de mucho recelo y extrañeza él aceptó y hasta accedió a sacar una botella del mejor tinto de su colección particular de vinos. En ese momento confieso que lo odié aún mucho más. Tantas ocasiones en que llegué a suplicarle que compartiéramos semejante delicia, solo para obtener un rotundo "NO" como respuesta, y ahora, esta noche en que había decidido acabar con él, asentía sin presiones. Maldito cabrón.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Llegó tarde el encargo, justo al acabar la botella. Sorprendente e inexplicablemente trajo otra de su bodega. Fue en ese momento cuando derramé todo el veneno en su vaso que atesoraba un dedo del brebaje rojo.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Pechugas de pollo a la almendra y salsa de champiñones, ensalada húngara y pastel de limón. El festín se concretó entre ásperos halagos a los platos, torpes intentos de conversación y miradas de reconcomio.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-as1fI9pKTeA/TgJrBF6JvPI/AAAAAAAAA9w/BejdFksNR3k/s1600/poci%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-as1fI9pKTeA/TgJrBF6JvPI/AAAAAAAAA9w/BejdFksNR3k/s320/poci%25C3%25B3n.jpg" width="213" /></a><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Mi corazón dio un vuelco al oír su “te quiero”, después de largos y amargos años. No pude contestar nada y él impuso un paréntesis enfilando hacia el baño. Confusa, indecisa, así me dejó allí sentada. Lo único que atiné a hacer, fue regar su vaso nuevamente, pero esta vez con todo el antídoto. Nueva oportunidad, anular el veneno.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Él tardó menos de lo esperado, se dejó ver a pocos metros apuntándome con la pistola que nunca habíamos usado. Vaya noche para estreno… sin duda alguien debería morir esa noche. Había visto la manipulación de su vaso y con gritos enfurecidos me instaba a beberlo. </span><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Así me bebí su salvación.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Desde hace tres días; él, el arma, las botellas y el vaso, son tan solo un mal recuerdo enterrado en lo que era el jardín.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="color: #666666; font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Por Antonia</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-595631811529375572011-06-15T14:53:00.015-05:002011-06-29T20:59:31.539-05:00Su destino "El Camposanto"<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><i>"Esta historia es de una experiencia que tuve cuando trabajaba como taxista en Celaya, Gto. México aquí se hablaba mucho o era común escuchar experiencias de compañeros taxistas que llevaban a una mujer al panteón y que desaparecía cuando pasaban por ahí; yo nunca creí eso y pensé que era algún invento para espantar a los que trabajábamos de noche, pero después de lo que me pasó ya no pude decir que los fantasmas no existen",</i> señaló Fermín N., previo a comenzar su relato.</span><br />
<br />
<span style="color: #ead1dc;">En la historia que contaban los taxistas, se hablaba de una mujer que "les hacía la parada" en la <i>calle 16 de Septiembre</i> y posteriormente les solicitaba que la llevaran al <i>Panteón Municipal</i>, ella vestía de negro y se mostraba reservada en sus comentarios.</span><br />
<span style="color: #ead1dc;"> </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"> </span></div><div id="enfasis_texto" style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif; text-align: justify;"><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><i>"Era una noche cerca del Día de Muertos, me acuerdo bien, como por en estas fechas hace cinco años, andaba yo por las calles 16 de Septiembre y Madero cuando me hizo la parada una mujer, se me acercó y me preguntó que cuánto le cobraba por llevarla al panteón",</i> comentó el taxista. <i>"Le respondí que serían 30 pesos, se veía grande de edad, le podía haber cobrado más porque la tarifa sube después de la media noche, pero como estaba sola y pensé que le podían hacer algo malo, le cobre menos, ella subió y nos dirigimos al panteón",</i> dijo.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-DlXMCJtShNA/TfkNPRG5K9I/AAAAAAAAA9k/33YvnScrb0c/s1600/61843_134826713231250_133270150053573_169194_5388070_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-DlXMCJtShNA/TfkNPRG5K9I/AAAAAAAAA9k/33YvnScrb0c/s320/61843_134826713231250_133270150053573_169194_5388070_n.jpg" width="260" /></a></td></tr>
<tr style="color: #666666;"><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: x-small;">Panteón Municipal de Celaya, Gto.</span></td></tr>
</tbody></table><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;">De la misma forma, comentó que <i>"como la vi algo triste le saqué plática, le iba preguntando cosas normales, pero ella siempre me contestaba muy propia y reservada, hasta cierto punto cortante y evitaba mucho ser vista porque se cubría con su cabello".</i></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">"Cuando ya estábamos llegando al panteón, me di la vuelta para preguntarle dónde la dejaba y fue en ese momento que me di cuenta de que no estaba nadie en el asiento trasero, paré el carro y no la vi por ningún lado, no sabía qué había pasado, luego me acordé de la historia, me espanté mucho en su momento y ahora pienso que tal vez llevé a un fantasma, ya no soy taxista, pero cada que pasó por la calle 16 de Septiembre me persigno y pido por el descanso eterno de e</span>sa mujer",</i> concluyó.</span></div></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-46863270682382928722010-04-26T22:07:00.003-05:002010-04-26T23:11:13.341-05:00Gaby y el gato<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><img border="0" height="316" src="http://1.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S9ZU1uJ6TCI/AAAAAAAAA9E/CHK-lNxu5n8/s400/mansion+encantada.jpg" tt="true" width="400" /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Esta historia que se narra a continuación le ocurrió a una persona a la que conocí brevemente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Resulta que un día Gaby salió del colegio como todos los días, pero ese día, por alguna extraña razón, decidió tomar un camino diferente. Después de caminar unos minutos, vio a una niña llorando y Gaby le preguntó qué le pasaba. La niña señaló con el dedo una vieja casa y entre lloriqueos le explicó que su gato se había metido allí, la niña no quería ir a buscarlo, tenía miedo, se le veía muy aterrada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Amablemente Gaby, que era muy buena persona, decidió ayudar a la niña y buscar al gato.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Al llegar a la entrada, la puerta estaba abierta y no había nadie en la casa por lo que decidió entrar. Ya estando dentro, la puerta se le cerró de golpe, a pesar de ello Gaby decidió continuar adelante, de pronto apareció el gato corriendo por las escaleras, Gaby lo siguió, al llegar al segundo piso, el gato estaba allí, en medio del pasillo mirándola fijamente, parecía como si el gato la hubiera estado esperando y cuando Gaby se le acercó para tomarlo, éste escapó hacia una habitación que tenía la puerta entreabierta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Al entrar en la habitación, Gaby se quedó sorprendida, era la habitación de una niña, tenía las paredes forradas de papel rosa y unas repisas llenas de preciosas muñecas que miraban fijamente a los intrusos. Pero Gaby no se sorprendió por la cantidad de juguetes que habían en la casa, ni tampoco porque un caballito de cartón balanceaba solo misteriosamente. La habitación, a diferencia del resto de la casa, estaba nueva, como si el tiempo no hubiera pasado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">De pronto fijó la mirada en una foto, se podía ver a una familia, al parecer el padre, la madre y su hija, la niña que ahora estaba allí en la calle esperando que le recuperara a su pequeño gato.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;">Gaby se empezó a asustar de verdad, todo esto ya no le gustaba, así que decidió volver sin el gato y escapar de aquella casa antes de que ocurriera algo. Al darse la vuelta para salir, ahí estaba la chiquilla, pero ahora se le veía ensangrentada y sollozando replicaba: <em>"¡ELLOS ME MATARON!, ¡Y TAMBIEN LO HARAN CONTIGO!".</em></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Al día siguiente encontraron el cuerpo de Gaby, igual como se encontró el de aquella niña muchos años atrás.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Se preguntarán cómo sé esta historia. Y bien, he de admitir que yo soy aquella niña y que si lo confieso es porque quiero que me traigas a mi gato…</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-8729109184600675582010-03-08T22:43:00.013-06:002010-03-09T22:13:25.515-06:00Madame Lalaurie<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #ead1dc;"><img border="0" height="320" kt="true" src="http://4.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S5XRmUoL0sI/AAAAAAAAA8c/FwUol1B4gdk/s320/madame+lalaurie-painting.jpg" width="236" /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">La Historia de Madame Lalaurie, es una de las más conocidas historias de la ciudad de New Orleans. Esta tragedia habla sobre el brutal trato que le fue dado a un grupo de esclavos. Todo comienza en el año 1832 cuando el Dr. Louis y su esposa Delphine Lalaurie se mudan a la mansión en El French Quarter, dentro de dicha localidad. Empezaron a ser conocidos por sus fiestas sociales y eran respetados por la gran riqueza que poseían. Madame Lalaurie fue conocida por ser la mujer más influyente de la ciudad. La gente que era invitada a las fiestas conocían la hermosa casa de tres niveles y sus lujosas decoraciones. En estas fiestas los invitados eran tratados con gran cuidado y siempre se les intentaba complacer en todo. Los que conversaban con Madame Lalaurie se quedaban impactados por su belleza y su inteligencia y no dejaban de hablar de ella durante la fiesta.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Pero ese era el lado que les permitían ver. Había otro lado más oscuro. Debajo de la tela elegante de su increíble vestido, había una mujer cruel de sangre fría.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S5XRrU1HQHI/AAAAAAAAA8k/PEFJ7jQFW9o/s1600/mansion+lalaurie.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="color: #ead1dc;"><img border="0" kt="true" src="http://4.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S5XRrU1HQHI/AAAAAAAAA8k/PEFJ7jQFW9o/s320/mansion+lalaurie.jpg" /></span></a><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">La Mansión Lalaurie era atendida por docenas de esclavos y Madame Lalaurie era muy cruel con ellos. Mantenía a su cocinera amarrada a la chimenea de la cocina con cadenas, otros esclavos eran tratados aún peor. Fue una vecina de Madame la que empezó a sospechar que algo no iba bien en la Mansión. Existían muchas sospechas a causa de la rapidez con la que los esclavos eran contratados en la casa. Las sirvientas eran reemplazadas sin ninguna explicación, el chico que cuidaba el establo un mal día desapareció y jamás lo volvieron a ver. Hasta que un día un vecino que iba subiendo las escaleras de su casa escuchó un grito desesperado y desde su ventanal vió a Madame Lalaurie sosteniendo un látigo y corriendo tras una indefensa niña, ambas estaban en la azotea de la mansión, el vecino siguió con la vista a Mdme. Lalaurie y a la niña y allí pudo ver cómo la pequeña saltó al vacío; posteriormente, fue también testigo cuando la niña era enterrada en el jardín de la mansión. Los vecinos denunciaron este hecho y el matrimonio se vió obligado a vender los esclavos. A pesar de esto, Madame consiguió que un familiar los comprara y se los devolviera en secreto.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Después de este suceso nadie asistía a los eventos de La Mansión Lalaurie. La familia fue ignorada.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Un día, un terrible incendio se propagó por la mansión. Según se cuenta que, la propia cocinera, harta de los maltratos y abusos a los que era sometida, fue la que provocó el siniestro. Después de apagar el fuego, los bomberos descubrieron una puerta secreta en el ático, al entrar se encontraron con docenas de esclavos amarrados a la pared en condiciones bastante lamentables. Otros fueron hallados atados a mesas de cirujano con las</span><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"> intervenciones quirúrgicas más macabras y aberrantes que la mente más retorcida pueda imaginar. Algunos más fueron encontrados con los ojos o la boca cosidos, otros presentaban amputaciones por diferentes partes del cuerpo, practicaron operaciones de cambio de sexo y cualquier tipo de operaciones monstruosas que se les ocurría. Se encontraron también a muchos de estos esclavos metidos en jaulas para perros. Habían restos humanos en estado de descomposición por todas partes, así como también cabezas y visceras metidas en jarras. Algunas de las mujeres tenían el estómago abierto y sus intestinos enroscados en sus propias manos. Los hombres estaban en peores condiciones: sus uñas habían sido arrancadas, sus ojos extirpados y sus genitales amputados. Cuando llegaron los bomberos aún habían personas vivas.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Madame Lalaurie y su familia huyeron, unos dicen que a Francia y otros que se fueron a vivir al bosque cerca de un lago. No existen archivos en los que se compruebe que fueran castigados por los crímenes cometidos. El matrimonio desapareció como por arte de magia.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Después de esto la mansión fue saqueada y durante un tiempo estuvo habitada por vagabundos que iban allí a pasar la noche. Se decía que la gente que entraba ya no volvía a salir. Los vagabundos que han podido huir, dicen que espectros se les aparcen en toda la casa. Más tarde, la mansión pasó a ser un colegio para niñas, pero también acaba por ser desalojada por el mismo motivo. Finalmente, la compra un magnate de la ciudad que al poco tiempo decide marcharse asustado también por las cosas extrañas que ocurrían. Actualmente, la casa ha sido redecorada y usada para apartamentos. Pero pese a los lavados de cara, la mansión sigue siendo una puerta al infierno donde los sucesos extraños y terroríficos no dejan de sucederse.</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-90368786804509110572010-02-28T16:38:00.014-06:002010-02-28T17:05:51.676-06:00La Tienda de Antigüedades del Sr. Kirby<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><img border="0" height="400" kt="true" src="http://2.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S4rvl-K6X3I/AAAAAAAAA8U/6vZm7sUY-2s/s400/mu%C3%B1ecas+antiguas+por++jesus+rafael+tortosa+sarrio.jpg" width="327" /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El anciano Sr. Kirby, tras el recuento de la recaudación diaria, salió de su tienda, con intención de volver a casa, junto a su esposa. Cerró la puerta del establecimiento y, silbando una alegre tonadilla, se alejó calle abajo, a duras penas iluminado por la escasa luz de las farolas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Atrás dejaba la tienda, después de diez horas de trabajo. Era un local grande, aunque el Sr. Kirby había conseguido convertirlo en un lugar acogedor, a pesar de su tamaño, y el polvo se acumulaba sobre las estanterías, a veces incluso semanas enteras, hasta que la esposa del anciano, se decidía a visitar el lugar, y las limpiaba, sin hacer caso de las protestas de su marido, quien aseguraba que, el polvo, le daba a la tienda un aire más digno, más antiguo, pues, en el establecimiento, había montado el Sr. Kirby su próspero negocio de antigüedades y cosas raras. Allí podías encontrar casi cualquier cosa: Desde una vieja plancha de hierro fundido que, tal vez, perteneció al Presidente Franklin. Hasta el cromo aquel que nunca aparecía en los sobres que te comprabas de niño. Mas, sin duda alguna, de lo que más orgullosos estaban los dos viejos propietarios del bazar, era de su colección de muñecas. Muñecas antiquísimas, se rumoreaba que la más moderna de aquellas muñecas databa de antes de la Segunda Guerra Mundial, y que había pertenecido a la familia del Presidente Roosvelt. Su valor, como se comprenderá, era poco menos que incalculable. No era, sin embargo, ésta la preferida del Sr. Kirby, sino una mucho más vieja, sucia con el trajecito medio descosido, con las manitas de porcelana, y un único ojo de vidrio, a la que el viejecito había bautizado, desde el primer día, con el nombre de Rose Mary, en honor de su única hija, muerta cuando a duras penas tenía tres años, en un horrible accidente de tráfico.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Como ya hemos dicho, Douglas Kirby, caminaba hacia su casa, donde le esperaba su amada mujer, con el plato de cena sobre la mesa, y una amorosa sonrisa en los labios. Recién había cumplido los setenta años, pero conservaba intacto todo su cabello, aunque completamente blanco. Poseía un rostro alargado y fino, ojos pequeños y vivarachos, una nariz prominente, y una boca pequeña, de labios finos, y constante gesto fruncido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Pocas eran las veces que, fuera de su tienda, se paraba a charlar con sus conciudadanos, lo que había generado el rumor absurdo de que, estaba un poco chiflado. Muchos afirmaban que había traspasado el límite, y lo acusaban de hablar con sus muñecas, cuando se quedaba solo en el establecimiento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">En un bar cercano, mientras tanto.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Ustedes no son de por aquí, verdad?</em> —Willie, dueño del bar, no quitaba ojo de los dos forasteros que, sentados en una mesa cercana a la puerta, vigilaban, con demasiada atención, la tienda de antigüedades—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Eh?</em> —uno de los tipos, dedicó a Willie una extraña sonrisa—, <em>-No, somos de Chicago.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Ah!</em> —El barman, asintió con un leve cabeceo, y dedicó su atención a un nuevo cliente, que acababa de entrar—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Poco más tarde, William, volvía a interesarse por los dos desconocidos:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿De Chicago, ha dicho?</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Así es, de Chicago</em> —respondió, de nuevo, el mismo hombre—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Son anticuarios?</em> —El dueño del establecimiento, hizo un gesto con la cabeza, en dirección a la tienda del Sr. Kirby—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡No!</em> -Contestó esta vez el otro hombre.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Ah, no? </em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-No, no.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Pues, parecen muy interesados en el anticuario</em> —comentó Willie, con tono mordaz e irónico—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Eso, amigo, se debe a que nos gustan las antigüedades</em> —se apresuró a responder, de nuevo, el primero de los dos individuos—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Ah, pues, en esa tienda, lo máximo que encontrarán, serán muñecas rotas, cubiertas de polvo </em>—y, tras este comentario, Willie, dejó el tema por zanjado, y se dedicó, de lleno, a atender a los parroquianos—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Media hora más tarde, los dos forasteros, salían del bar, y se encaminaban al motel de la viuda Klein, donde habían alquilado un par de habitaciones, las cuales, según su costumbre, no tenían pensado pagar, cosa que llevaban haciendo, impunemente, desde hacía meses, en su recorrido de robos y atracos por los EE. UU.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Crees que el barman hablaba en serio, Roy?</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-No. Supongo que lo dijo para despistar.</em> <em>Seguramente se olió lo qué pensamos hacer y pensó que, si nos decía que en la tienda no hay nada de valor, nosotros nos iríamos del pueblo, ¿no crees?.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Marty, eres un chico listo!</em> —el llamado Roy, alzó la cerveza que estaba bebiendo, y brindó a la salud de su compañero—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Horas después, ya entrada la noche, los dos delincuentes, salían de sus habitaciones, y se dirigían a la tienda del Sr. Kirby llevando consigo un gran saco de tela.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Si todo lo que nos contó aquel tipo, es cierto, podemos hacer un gran negocio.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Pues, Marty, yo no acabo de creérmelo</em> —Roy, se detuvo, y miró a su amigo, mientras rebuscaba el juego de ganzúas en los bolsillos de su pantalón—. <em>Hasta que no lo vea con mis propios ojos.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Mira, ahí está la tienda!</em> —Marty, hizo un gesto a su amigo y, tras comprobar que no había nadie en las cercanías, cruzó la calle, en dirección al bazar del Sr. Kirby—</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Deja, voy a probar con las ganzúas </em>—Roy, sin perdida de tiempo, mientras, su compañero, vigilaba, comenzó a manipular la cerradura de la persiana con el juego de garfios—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Ya está?</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Sí!,</em> —levantaron la persiana lo suficiente, para poder entrar agachados al interior del local—, <em>comencemos a buscar.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Mira!</em> —exclamaba, pocos minutos después, Roy, mientras mostraba a su compañero una pequeña cajita tallada en ébano—. <em>¡Esto debe de valer, por lo menos, trescientos dólares!</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Deja eso</em> —ordenó, Marty, con voz firme—. <em>Aquel hombre, fue claro. Sólo las muñecas.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-O.K.</em> —Roy devolvió la caja de madera a su lugar, y siguió a su compañero al fondo de la tienda, en busca de la valiosa colección de muñecas antiguas—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Ves algo?</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-No, esto está muy oscuro.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Espera</em> —Marty, rebuscó en los bolsillos de su pantalón, hasta dar con una pequeña linterna—; ahora encendió la diminuta lamparilla de bolsillo, iluminando, con el pequeño haz de luz, una enorme estantería, repleta de muñecas y muñecos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Demonios, qué susto!</em> —exclamó Roy, al ver todos aquellos rostros de porcelana, mirándoles desde los estantes—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Shht, calla!</em> —Su compañero, se llevó un dedo a los labios—. <em>Vamos a meterlas en la bolsa.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Espera</em> —pidió Roy, mientras se alejaba camino de la puerta del local—; <em>dejé el saco de tela en la entrada.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-No tardes.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Y Marty se quedó solo en el estrecho pasillo de la oscura tienda. </span><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">No había pasado ni un minuto cuando...</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡FUERA!</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Eh!</em> —Marty, espantado, giró la cabeza hacia el lugar de donde había surgido la voz, sin encontrar otra cosa que las viejas muñecas—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Mientras, en la entrada:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Dónde diablos habré dejado el maldito saco?</em> —Iluminándose, a duras penas, con el débil resplandor que entraba por debajo de la persiana, Roy, buscaba la bolsa de tela—.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
<span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Finalmente, tras varios minutos de búsqueda, se incorporó, y se marchó en busca de su amigo, con intención de pedirle la linterna.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Marty, estás ahí?</em> —Sin respuesta—. <em>Necesito la linterna.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Roy, por favor, ayúdame!</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡¿Marty?!</em> —A tientas, el ladrón, siguió la voz de ayuda de su amigo, hasta llegar al lugar donde, hacia escasos cinco minutos, le había dejado para ir a por el saco. Mas, junto a la estantería llena de muñecas, no había nadie Sólo la pequeña linterna, aún encendida, tirada en el suelo—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Qué está pasando aquí?</em> —Roy, temblando de pies a cabeza, se agachó, y recogió la lamparilla portátil—. <em>¿Marty, estás ahí?</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡FUERA!</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Q-quién anda ahí?</em> —A duras penas pudo evitar el ladrón que, con el susto, la linterna de bolsillo cayera de sus manos—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Y, entonces, como en una extraña y psicodélica pesadilla, ante los asombrados ojos de Roy, una a una, todas y cada una de las muñecas de la estantería, comenzaron a agitarse, a moverse y ¡a hablar!.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Eres malo!</em> —Murmuraban, mientras, con sus diminutos deditos de porcelana, señalaban al maleante—. <em>¡Y te vamos a castigar!</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Mierda!</em> —Roy, giró sobre sus talones, e intentó escapar—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Dónde crees qué vas?</em> —A sus pies, tres muñecos, le cortaban el paso, estirando sus blancos bracitos hacia él—. <em>¡Vamos a castigarte!</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡No, malditos monstruos!</em> —Furioso, y asustado, Roy, comenzó a patear a los muñecos, quebrando sus frágiles bracitos y cabezas de porcelana—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Asesino, asesino!</em> —Gritaban, desde el estante, aquellas muñecas, que no podían moverse—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Muerte al ladrón!</em> —Se escuchó, de repente, una voz mucho más potente que las otras—. <em>¡Qué corra el mismo destino que su cómplice!</em> —Y algo surgió de detrás de la estantería—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Mierda, demonios!</em> —Roy, tropezó y cayó al suelo, cuan largo era, al ver aquello que se le venía encima.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡Tu amigo está aquí, conmigo!</em> —Armada con unas pequeñas tijeras de costura, una muñeca, bastante más grande que el resto, avanzaba hacia él, sonriéndole, mostrándole unos blancos dientecillos de plástico—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Quién, qué eres tú?</em> —El ladronzuelo, intentó reptar hacia atrás, apoyándose en sus codos—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Me llamo Rose Mary, y soy una linda muñequita</em> —canturreó la muñeca, mientras daba un paso hacia Roy—. <em>Juega conmigo, y seamos amigos.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡N-nooo!</em> —gritó Roy dejando notar en sus ojos una singular expresión de terror.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Al día siguiente...</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¿Y, dice usted, Sra. Klein, que esos dos hombres marcharon sin pagarle el alquiler de las habitaciones?</em> —Nick Travis, Jefe de Policía de Rock Bridges, tuvo esa mañana doble trabajo. Por un lado, el atraco a la tienda de antigüedades del viejo Kirby. Por otro, dos tipos habían marchado, sin pagar, del motelito de la viuda Klein.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Mientras, en el bazar del Sr. Kirby.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-¡No se llevaron nada!</em> -Lucille Kirby, ayudaba a su marido a recoger las muñecas que se encontraban caídas de las estanterías.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>-Seguramente, no tenían ni idea del valor de estas muñecas</em> —su marido, con gesto amoroso, tomó a Rose Mary del suelo, y la volvió colocar en su sitio, mientras le susurraba en su orejita de porcelana— <em>¡Muchas gracias!.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><span style="color: #444444; font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Ilustración: Jesús Rafael Tortosa Sarrio</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-56517565224053081462010-02-07T17:59:00.003-06:002010-02-28T16:40:46.331-06:00El Sepulturero<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><img border="0" height="300" kt="true" src="http://3.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S29TZoCb7II/AAAAAAAAA78/AHO0wQxXkPs/s400/cementerio.jpg" width="400" /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Carlos, de 80 años, se levantaba a un nuevo día con gran agilidad, el hombre apenas tenia unas débiles arrugas y seguía con un cabello frondoso y rizado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Su estatura de 1.80 mts., acompañados de un cuerpo fornido, su tez muy morena, como de un bronceado de playa, con sus expresivos ojos oscuros, le hacían, ni siquiera, parecer un hombre de medio siglo, manteniendo un tono atlético y ciertamente atractivo, en la ciudad todos se maravillaban y algunos, ciertamente le temían, pues aseguraban que su aspecto no podía ser real; miles de leyendas urbanas caían sobre este enigmático personaje.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Carlos se lavaba con parsimonia, sabía que otro día pasaría de la forma más rutinaria, volver a enterrar a los muertos y mantener el cementerio limpio, mientras que las horas entre la penumbra pasaban sin descanso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Del sepulturero apenas se conocía nada, tan sólo su trabajo y su sobrehumano aspecto físico.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Hombre silencioso que apenas se movía del cuarto donde vivía en el propio cementerio, allí pasaba sus horas libres escribiendo poesía sobre los muertos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>-¡Carlos sal un momento!</i> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">—</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">ese que grita su nombre es el jefe del lugar, un hombre regordete de mediana edad</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">—</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">. Carlos, saliendo al exterior, saluda:<i> </i></span></span><br />
<span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><i>-¡Hola Manolo!.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-¡Hola Carlos!,</i> <i>te presento a Juan es un joven que estará unos meses contigo, creo que te vendrá bien un ayudante.</i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El sepulturero clava su negra mirada en el joven de poco más de la veintena, un joven alto, pero delgado, de pelo castaño y aspecto aniñado, por supuesto se nota que es el típico estudiante que no está preparado para ese trabajo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-Carlos: La verdad es que no necesito ningún ayudante, me las arreglo bien yo solo</i> —dijo el sepulturero al jefe del lugar—.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"> -<i>Manolo: Eso ya lo sabemos, pero nos preocupa que siempre estés solo, necesitas compañía y el necesita aprender el oficio, los dejo solos y espero que les vaya todo bien.</i> Sin nada mas que añadir el jefe da media vuelta y se va entre las lapidas del pequeño cementerio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El joven se acerca de forma tímida hacia su nuevo jefe y le tiende la mano, su mirada es desconcertante; todos le decían que no aparentaba su edad, pero esto no se lo podía imaginar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-Es un placer señor, ¿cómo lo hace?</i> —preguntó el joven al sepulturero— <i>¿Me gustaría tener su aspecto cuando llegue a su edad!</i> —añadió—.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"> <i>-Primero tienes que llegar... sígueme y empecemos</i> —respondió el sepulturero resignado por haber obtenido la ayuda que no había solicitado—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El joven pasó todo el día en una pesadilla siguiendo a su compañero que apenas le dirigía la palabra por todo el cementerio, sujetándole el peso de los ataúdes, mientras su compañero, literalmente, volaba de un sitio a otro y terminaba sus trabajos de forma ágil y eficaz.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">La noche se acercaba y se despidieron.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Juan llegó extenuado a su casa, no podía imaginar lo que le esperaba cuando aceptó ese trabajo, aunque sabia que lo necesitaba para pagar sus estudios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>Algún día</i> —pensaba el joven—, <i>seré un gran escritor y no necesitaré ensuciarme las manos ni aguantar a tipos como ese sepulturero.</i> En él se veía algo que lo ponía muy nervioso y no podía evitar.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El teléfono sonó, era su madre quien lo entretuvo un buen rato mientras le decía que lo echaban de menos en el pueblo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El chico colgó con una sonrisa, adoraba a sus padres, siempre pendientes y entregados a él, ese verano su padre decidió que si quería irse a estudiar literatura, debía primero aprender el trabajo duro para que se acostumbrara a ganarse con su propio sudor sus objetivos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Desde luego tenían razón, él se alquiló ese pequeño estudio cerca de su trabajo, esa experiencia le vendría bien para madurar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Pero en la solitaria noche no podía dejar de pensar en su tranquilo pueblo y en Mónica, su gran amor, una pueblerina sin ambiciones ni su cultura, pero le daba igual, adoraba su inocencia y cada día le parecía más bella con sus oscuros cabellos acompañados de sus penetrantes ojos negros.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">A la madrugada siguiente el cementerio presentaba un aspecto tenebroso, una densa niebla recorría aquel lugar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El sonido fantasmal del tiempo movía los árboles haciéndolos crujir, parecía el sonido de la muerte, Juan movió la cabeza dejando de lado sus pensamientos y se encaminó a su destino.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Carlos lo recibió con una sonrisa, lo cual extrañó a Juan porque ese hombre nunca sonreía.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-¡Hola Juan!, pasa a mi habitación, apenas tenemos trabajo</i> —le dijo—. Una vez en el interior, un irreconocible Carlos le seguía hablando amablemente:</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-Escuché que quieres ser escritor y que estudias para eso, yo también escribo, son poesías que tratan sobre este gran lugar, sobre la muerte, pero también sobre mi vida. </i><i>Mi mujer escribía poesía, murió hace mucho tiempo, pero la mantengo conmigo en mis poemas;</i><i> después mi vida se vio avocada a esta triste existencia.</i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El sepulturero miraba como en trance al techo, mientras el chico lo escuchaba atentamente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando por la noche empezó a leer sus escritos, no pudo conciliar el sueño en toda la noche, estaba leyendo una auténtica belleza, esas líneas eran mórbidas, escritas con una ternura terrorífica, en una de ellas se veían rimas donde se retrataba, con una gracia extraordinaria, cómo un hombre hacía el amor con la muerte.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Le aterrorizaba lo que estaba leyendo, pero a la vez sentía algo que jamás antes experimentó, una fuerza recorría su cuerpo, sentía su sangre caliente en las sombras, de repente sintió deseos impuros.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Tiró las hojas donde venían escritas las poesías al suelo, sentía todavía una violencia en su interior, <i>¿quién es ese hombre? —</i>se preguntaba—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Cómo podía escribir tanta belleza y a la vez tanta tenebrosidad, se sentía aterrorizado; durante unos momentos sintió deseos de matar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Quería olvidar aquellos diabólicos escritos cuando se levantó y los recogió del suelo, sabía que ese hombre extraño le estaba quitando su alma.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando por la mañana el joven llegó al destino de siempre vió al enterrador totalmente desnudo abriendo un ataúd.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Carlos empezó a correr, pero de repente se detuvo y volvió al lugar, necesitaba saber más, necesitaba descubrir su secreto.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Entró por las buenas en la habitación, sin disimular para nada su presencia, pero el enterrador ni volvió la vista.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Gimiendo de forma evidente, estaba copulando con un bello cadáver, joven pero sin vida, una rubia hermosa de apenas la treintena estaba siendo manejada como un muñeco; en el silencio de la madrugada sólo se escuchaba al hombre aullar sobre aquel cuerpo sin vida. Llegando al orgasmo sacó su pene totalmente brillante, erguido de rodillas copula sobre el cuerpo sin vida. Tranquilamente se pone en pie, sin volver la vista se dirige al muchacho:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"> <i>-Juan, espérame afuera... estaré contigo en un momento.</i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El joven estaba totalmente hipnotizado en la puerta, totalmente excitado a pesar del acto monstruoso que acababa de observar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El enterrador salió al exterior y continuó diciéndole:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"> <i>-Veo que ya sabes mi secreto de juventud.</i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i> -¿Su secreto? ¡Dios mío!</i> —respondió el joven con mirada atónita—. <i>¡He visto cosas horribles, pero esto no tiene nombre, usted está enfermo, lo que escribe, esas malditas poesías me torturan...!, ¡tiene 80 años y se mueve como un maldito gato, no tiene ni una cana!</i> —continuó diciéndole el muchacho—.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"> <i>-Estás aterrorizado, pero sigues aquí, podrías salir corriendo, decírselo a los superiores, pero volviste, estás excitado y te cuesta creerlo, mis lecturas te parecen diabólicas, aunque también hermosas </i>—objetó el sepulturero—. <i>Cada día al levantarte piensas que quieres ser como yo, poseer mi genialidad, mantenerte joven con el paso del tiempo. Ellos están muertos nosotros vivos, lee las escrituras de sus lápidas</i> —siguió diciéndole al joven—.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El chico se movió como en un sueño del que quisiera uno despertarse, leyó con incredulidad algunas de las lápidas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Poetas, escritores, guionistas... todos son artistas de la escritura, como un trueno la verdad le viene a la mente, empieza a visionar a Carlos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Carlos camina en un día lluvioso cuando una joven y prestigiosa escritora sale de su casa, él la sorprende por detrás con un corte limpio le rebana el cuello.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-Usted mata a todos los escritores y después copula con ellos absorbiendo su vida y su talento, sus poesías hacen experimentar lo que usted siente cuando mata, su excitación, su enfermedad, la emoción de la caza y cada vez que mata es usted mas fuerte, mas talentoso</i> —le recriminó Juan al sepulturero—.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El cielo nublado cae sobre ambos hombres, el canto de los cuervos levanta un leve viento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;">El sepulturero se acerca al joven y le dice: <i>-No es muy agradable cuando tengo que hacerlo con un hombre, pero el sacrificio vale la pena, dentro de poco me quitare más años de encima. </i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Todas esas muertes se fingían bajo un robo, siempre terminaban echándole la culpa a un mendigo, yo un día fui escritor, nadie jamás me reconoció el más mínimo talento, sólo se fijaban en mi mujer, en sus libros, ella fue siempre una gran escritora, ¡la envidia me devoraba!.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Un día, sin saber lo que hacía, truqué los frenos de su coche, cuando el accidente la mató, robé su cadáver y lo disequé, cada vez que le hacía el amor su talento me poseía de una forma descomunal, también descubrí que no sólo eso, cada vez me sentía más fuerte, más joven, por mi no pasaban los años.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando me mudé para este lugar, nadie ha querido averiguar nada sobre mi, sólo soy el sepulturero, tengo mucho tiempo para atrapar a esos artistas, soy un vampiro, en estos momentos nadie puede igualar mi arte, si me sigues conseguirás lo mismo.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">¿Quieres ser escritor? Acompáñame en mi viaje y serás lo más grande que pueda existir, te daré la vida eterna, el destino nos unió, ¡sólo te queda aprovecharlo!.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El joven sin pensarlo, entra en la habitación casi de manera automática, el monstruo sonríe con una sobrecogedora mueca, satisfecho de tener a su marioneta, ya nadie podrá detenerlo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Tan feliz está en sus pensamientos que no pudo reaccionar cuando Juan le apuñaló por la espalda, cayendo casi sin vida al suelo, lo miró con odio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">No comprendía qué pudo fallar, lo tenía hecho y, sin embargo, el que tenía que ser su ayudante lo miraba con una sonrisa irónica.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><i>-¡Te denunciaré!, cuando todos comprendan lo que hacías y que sin duda descubrrán cuando estudien los cadáveres, comprenderán que tuve que hacerlo, nadie pondrá en duda tu locura, saldré fácilmente inocente por defensa propia</i> —le dijo firmemente Juan—. <i>Sé lo que tengo que hacer, tú ya mataste a muchos de ellos, tienes sus talentos y su fuerza, simplemente me alimentare de tu cadáver y seré lo más grande que exista jamás.</i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<span style="color: #ead1dc;"></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Con esas palabras el joven empieza a caminar alegremente a dar parte de lo ocurrido, mientras el enterrador muere en su propia tristeza, el debió saber que la maldad humana cuando florece te transforma en un monstruo y cuando eres un monstruo nunca aceptarás compartir tus secretos. </span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6770632860228981459.post-47153566964776902152010-01-25T13:03:00.010-06:002010-02-28T16:41:04.165-06:00El Relicario de Isabel<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><img border="0" height="308" mt="true" src="http://2.bp.blogspot.com/_mxMIrP4y4F0/S13qvjxs6-I/AAAAAAAAA6Q/snAW7_AGzq4/s320/relicario.jpg" width="320" /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Era una madrugada más en la Ciudad de México, pero lo que hacía a esta noche especial era que se sentía más fría y más oscura que otras y un taxista se disponía a regresar a su casa después de todo un día de arduo trabajo. En la calle ya no había gente deambulando, pero al pasar frente a uno de los cementerios de la ciudad, se percató de que una chica le hacía la parada, éste se siguió debido a que se encontraba exhausto, además de que ya era muy tarde para hacer otra dejada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Sin embargo, a los pocos segundos reflexionó y pensando en su sobrina de 17 años que había sido asaltada tres años atrás, pensó: <em>"pobre chica, no la puedo dejar ahí expuesta a no se qué miserable"</em> y, acto seguido, retrocedió su vehículo hasta llegar a ella, quien parecía tener aproximadamente 18 años. Al contemplar su rostro, el taxista sintió un frío intenso y cierto sobresalto, al que no le dio demasiada importancia, pues la niña era dueña de un rostro angelical, inspiraba pureza, de piel blanca, cabello sumamente largo, de complexión delgada, facciones finas, con unos grandes ojos color marrón, pero infinitamente tristes, tenía puesto un vestido blanco de encaje y en su cuello colgaba un relicario bellísimo de oro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El taxista acongojado le preguntó hacia dónde se debía dirigir y ella le respondió que quería que la llevara a visitar siete iglesias de la ciudad, las que él quisiera; su voz era suave, muy triste, pero dejaba notar un tono muy extraño, que le dejó una sensación de cierto miedo y misterio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El conductor del taxi la llevó a cada una de las siete iglesias sin replicar, en cada una ella pasaba cerca de tres minutos y salía con una expresión de serenidad y tranquilidad, pero sin abandonar de sus ojos esa mirada de profunda tristeza.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Al final del paseo, ella le dijo al conductor del taxi: </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">- <em>Discúlpeme si he abusado mucho de su bondad, mi nombre es Isabel, no tengo dinero para pagarle en este momento, sin embargo le dejaré este relicario, pero antes quisiera saber si me podría hacer un último favor: Vaya a la colonia del centro, en esta tarjeta está anotada la dirección donde vive mi padre, entréguele mi relicario y pídale que le pague su servicio, ah!, y dígale que lo amo en el alma y que no se olvide de mí. Ahora déjeme donde me recogió, por favor.</em></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El taxista se sintió como en un trance, en donde actuaba automáticamente a la petición de la chica, y la dejó ahí, frente al cementerio donde momentos antes ella lo había abordado. El hombre se fue a su casa, pero se sentía mareado, le dolía intensamente la cabeza, y su cuerpo le ardía por la fiebre que empezaba a tener, su esposa lo atendió de ese repentino mal, duró así tres días.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando se recuperó, trajo a su mente lo que le sucedió en su última noche en el taxi, recordó a la jovencita angelical de las iglesias y también la petición que ella hizo y pensó que todo había sido muy raro, supuso que quizá ella se había fugado de su casa, pero ¿por qué la había recogido y regresado a aquel cementerio?, ¿de qué se trataba realmente todo eso?, de pronto pensó en el relicario, al tiempo que dirigía su mirada a su mesita de noche, donde noches antes lo había dejado. Ahí estaba la joya que, aunque estaba un poco sucia de tierra, se distinguía por su brillo y metal precioso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Se paró súbitamente, tomó su taxi y fue a la dirección que le diera la chica, pero no con la intención de cobrar por el servicio que había quedado pendiente, sino de descubrir la verdad detrás de ese misterio que le inquietaba, que le estremecía extrañamente y que no le había dejado en paz desde entonces.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Tocó a la puerta de madera, era una casa grande, estilo colonial, antigua, de esas que caracterizan a las de esa zona de la ciudad; entonces abrió un hombre de edad avanzada, alto y con unos ojos como los de Isabel en rasgos, pero sobre todo idénticos en su aspecto triste. El taxista le dijo a ese hombre: <em>- Disculpe señor, vengo de parte de su hija Isabel, ella solicitó mis servicios hace tres noches, me pidió que la llevara a visitar siete iglesias y, luego de hacerlo me dejó su relicario como prenda para que usted me pagara.</em> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El hombre al ver la alhaja rompió en un inconsolable llanto, hizo pasar al taxista y le mostró un retrato.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><em>- ¿Es ella la chica de la que me habla?</em> —le preguntó el hombre—.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;"><em>- Sí ella es, con ese mismo vestido</em> —respondió el taxista—.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;"><em>- No puede ser, precísamente hace tres noches mi querida hija cumplió siete años de muerta, falleció en un accidente automovilístico y este relicario que le dio fue sepultado con ella y ese mismo vestido, el mismo de la foto, que era su favorito... ¡hija, perdón, debí haberte hecho una misa, debí haberme acordado de tí, debí...!.</em></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">El hombre lloró, lloró y lloró como un niño, el taxista estaba pálido, pasmado de la impresión, ¡había convivido con una muerta!... eso lo explicaba todo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: #ead1dc;">Volviendo de su estupor, le dijo al padre de Isabel: <em>- Señor, yo la ví, yo hablé y conviví con ella durante el servicio que le brindé; ella me dijo que lo amaba, que lo amaba mucho, y que no se volviera a olvidar de ella, creo que eso le dolió mucho.</em></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #ead1dc; font-family: Verdana, sans-serif;">Se dice que el padre de Isabel recompensó al taxista obsequiándole toda una flotilla de taxis para que iniciara un negocio propio, todo en agradecimiento por haber ayudado a su niña adorada a visitar las iglesias en su aniversario luctuoso.</span></div>Jazmine Dguez. [bajo el pseudónimo de Lilith†La†Enemiga†d†Eva]http://www.blogger.com/profile/11560911353085859718noreply@blogger.com9